lunes, 23 de mayo de 2011

Tres meses en la gran familia de ABC

Hoy voy a hablar de un grato recuerdo y, para ello, tengo que trasladarme al verano de 2008. A comienzos del mes de julio de ese año comenzó una de las mejores experiencias de mi trayectoria laboral: las prácticas en ABC de Sevilla. Cuando entré allí, a decir verdad, iba con la incertidumbre de qué me iba a encontrar, por ser la primera vez que iba a trabajar en un medio de comunicación importante.

Desde pequeño había escuchado maravillas del ambiente laboral que se respiraba en ese periódico, ya que mi abuelo, Juan Selas, trabajó allí desde 1943 hasta 1989. Aunque, claro, uno hasta que no lo comprueba por sí mismo no puede opinar. Pero, después de lo que viví allí, digo lo siguiente: mi abuelo tenía toda la razón, ya que me encontré a un grupo de personas con una calidad profesional y humana como pocas veces me he encontrado en mi vida. 

Cuando llegué me presentaron al que iba a ser mi jefe durante los tres meses que iba a estar allí: Jesús Alvarez, encargado de dirigir la sección de Cultura. No olvidaré sus palabras después del apretón de manos: "vas a ser uno más y quiero que tengas iniciativas, ideas, que aportes cosas". Fue un consejo que seguí desde el primer momento. Ese primer día de contacto creo que también fue cuando me presentaron a uno de los redactores de la sección, Andrés González Barba, el cual me saludó y , no sé por qué, intuí, como así fue, que nos íbamos a llevar muy bien.

He de admitir que el transcurso de los días no hizo otra cosa que hacerme ir cada día con unas ganas tremendas, a pesar del calor, pero en Sevilla en esa época del año ya se sabe.

Con el tiempo fui conociendo a más personas, no sólo de la sección donde yo estaba sino de otras, que me recibieron igual de bien. Ahora empieza una enumeración que espero hacer amena porque quiero recordar al mayor numero de personas.

En mi sección también estaba Pilar García, con la que compartí muchos fines de semana, a la cual nunca agradeceré bastante su bondad y su paciencia conmigo, ya que reconozco que yo era algo torpe y nunca, nunca se molestó porque la interrumpiese en su trabajo para resolverme una duda: siempre que la llamaba se levantaba de su asiento para acercarse a mi ordenador y resolverme la duda que tuviese en ese momento.

Luego estaba Marta Carrasco, una mujer de gran sabiduría que me dio valiosos consejos, aparte de hablarme con ganas de una serie que le encantaba y que es un referente de la  comedia americana, The Big Bang Theory y luego estaba Alberto García Reyes, la gran enciclopedia del Flamenco.

Pasando a otras secciones, recuerdo a mucha gente: a Remedín Vázquez, que me conocía desde pequeño porque veraneábamos en el mismo sitio, Rotamar, y a Angela. Las dos eran un encanto.

Luego, y en el recorrido por la redacción, conocí a una persona, en la sección de deportes, que desprendía alegría y optimismo por todos lados, Roberto Arrocha. Cuando me presenté, me dijo que estaba para lo que necesitase y siempre recordaré el día que trajo a su hija a la redacción. Se le caía la baba y no era para menos, porque la niña es muy guapa. La despedida de Roberto el día que me fui es de las que nunca olvidaré, gran periodista y gran compañero. De deportes he de admitir que me quedé con ganas de tratar un poco más a otros como Gerardo Torres, pero nunca se sabe las vueltas que puede dar la vida. 

Dentro de esta enumeración hay dos personas que, he de admitir, tenía ganas de conocer antes de entrar a hacer las prácticas por la sencilla razón de que conocían a mi abuelo y él me había hablado de ellas: Gloria Gamito y Clara Guzmán. Cuando yo me incorporé, estaban las dos de vacaciones y fue Andrés González Barba quien me las presentó a ambas cuando volvieron porque me daba un poco de corte presentarme. Aún recuerdo la sonrisa de ambas cuando les dije que era nieto de Juan Selas ya que las dos le recordaban con mucho cariño.

Con Gloria era un no parar de reír con sus ocurrencias cuando llegaba y recuerdo un día en que una noticia que yo fui a cubrir, en vez de en Cultura se puso en su sección, Local, le dije que ese día iba a ser un "intruso" y su respuesta fue "bienvenido el intruso". También conocí a su hija, Gloria De La Torre, lo cual me hizo mucha ilusión por ser ambos descendientes de trabajadores de la empresa.

Con Clara Guzmán era también una delicia hablar, ya que le gustaba la moda y el cine, como a mí. Me podía llevar horas y horas hablando con ella y recuerdo con especial alegría dos momentos, uno, en el que me dijo que se alegraba de que yo estuviese con ellos porque ABC había sido siempre una empresa familiar y otro en el que  me corrigió un texto de prueba voluntariamente diciéndome "déjame, que esto lo he hecho muchas veces" y me señaló los fallos de redacción siempre con el tono amable que caracterizaba a todos los redactores. También recuerdo de su sección a José Manuel Otero del cual leo todas sus columnas de opinión televisivas.

De la sección de Local no puedo olvidarme tampoco de María José Carmona,  Lola Alvarado, A. Estrella Yáñez, Amalia F. Lérida, Aurora Flórez, José Luis Losa o Juanjo Borrero que siempre que me dirigía a ellos me trataron estupendamente al cruzarme en la fotocopiadora o al pasar por sus mesas. Así era un gustazo ir todos los días a trabajar.

No puedo dejar de mencionar al equipo de maquetación: en primer lugar Francisco Quesada, que fue, además, el encargado de un cursillo de dos días previos a entrar en la redacción, Javier Arias, un encanto de persona, que luego fue una delicia de profesor y su mítica teoría de los M &Ms que pasó a la historia. Javi, me enseñaste mucho y te lo agradezco. Luego Alejandra Navarro y Charo, que fueron dos de las que más traté cuando tenía que mandar la maquetación de una página en la que yo tuviese que escribir. Ambas geniales, y unas grandes profesionales de la maquetación, como el resto por supuesto. Es que se sentía que se trabajaba en equipo, y así es como un periódico funciona.

Tampoco puedo olvidarme de los fotógrafos extraordinarios que allí trabajaban: Rocío Ruz, que me hizo una foto metido en la cama de un hotel, admitiéndome que era de las fotos más curiosas que había hecho y también las fotos del rodaje del filme After, la pobre embarazada, que me daba un apuro...

Luego Nieves Sanz, Millán Hercé, Kako Rangel, Díaz Japón, Gogo Lobato, Serrano....Creo que todos me hicieron alguna foto para ilustrar la noticia o el reportaje que estuviese haciendo y la calidad de su trabajo era extraordinaria.

Con lo que respecta al trabajo diario he decir que la relación con mis compañeros fue estupenda: Jesús Alvarez  fue, como jefe y como persona, impecable. Reconozco que al principio me imponía pero luego encontré un tema de conversación con el que pude acercarme más: el tenis. Él era fan de Federer y yo más de Nadal pero nunca discutimos por ello sino que dio pie a interesantes intercambios de opiniones y, yo no sé si me lo tenía reservado, pero siempre le agradeceré el que me encargase cubrir la presentación de un libro de un guionista de Hollywood, concretamente el de películas como Troya o Lobezno. Por la manera  en que me lo anunció: me avisó un martes  y me lo confirmó al día siguiente,quiero creer que era una sorpresa que me tenía reservada. Además, Jesús,  yo siempre decía la misma frase cuando me refería a ti :"es un jefe para llevárselo a casa" (y no es peloteo eh?). Siempre tendré presente cómo me trataste de bien. Nunca sentí que me hablases en un mal tono y eso es de agradecer. En lo referente a Andrés, confirmo lo que me dijo un día: nos faltó coincidir un fin de semana para hablar más de cine y otros temas que teníamos en común, pero qué pedazo de pan eres.

Con todo esto, que debería ser más largo, quiero recordar a una serie de personas que provocaron (y la culpa es de vosotros, os pongáis como os pongáis) de que el último día que trabajé allí, apareciendo con una bandeja de pasteles que alguno me consta que se acuerda, tuviese un nudo en la garganta porque no quería irme de ahí para nada. Pero bueno, fue una etapa que se acabó, tengo la esperanza de volver algún día y si no, el recuerdo de todos vosotros no se borrará nunca ni de mi mente ni de mi corazón, aparte del orgullo de haber pertenecido a una gran familia, la de ABC de Sevilla.

Ah, no olvido a Manuel  Capelo, Benito Fernández ni a Alvaro Ybarra pero mi trato fue menor  aunque les felicito por el grupo de personas que tenían a su cargo, y si a alguien no lo he mencionado que me disculpe.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado, gracias por compartirlo, un fuerte abrazo

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  2. Andrés González-Barba25 de mayo de 2011, 17:17

    Querido Alejando, como siempre es de agradecer tu enorme generosidad ante todos los que compartimos contigo tus prácticas en ABC. Un fuerte abrazo

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  3. Saludos Alejandro de tu acesor de imagen, ADRIÁN QUINTA

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