viernes, 7 de octubre de 2011

La entrañable Shirley

                       CRÍTICA TEATRAL: SHIRLEY VALENTINE 

El teatro es palabra y movimiento que consigue despertar sentimientos en el público y hacer que reaccione de diversas maneras, como que ría o se emocióne ante lo que se ve en el escenario. Todo esto tiene mucho más mérito si se consigue con un solo personaje en escena, donde habla consigo mismo o con el público, lo que se conoce como monólogo. El Teatro Quintero ha inaugurado su temporada con uno, y la jugada le ha salido redonda. Shirley Valentine, de Willy Russell, es una pieza excepcional, algo a lo que contribuye la actriz que encarna a la mujer del título: Verónica Forqué

La obra consigue que te rías a carcajadas en muchos momentos y sientas ternura en otros, ya que Shriley es un ama de casa que cuenta al público y a la pared de su cocina lo que ha sido su vida y la ilusión que tiene por realizar un viaje a Grecia, un lugar donde la protagonista puede sentirse libre y salir de su rutina, que acepta con resignación en un primer momento. 
Verónica Forqué, una perfecta Shirley Valentine
La adaptación que realiza Nacho Artime de la obra estrenada en 1986 tiene pequeños guiños más modernos para hacer el texto más cercano al espectador aunque Shirley hable de temas universales como el matrimonio, el sexo o la rebeldía. Además, la puesta en escena es muy sencilla pero muy realista y el vestuario, sobre todo el de la primera parte de la obra contribuye al retrato del ama de casa que es Shirley Valentine.

La interpretación de Verónica Forqué es sencillamente perfecta y se nota que la directrices que le ha marcado el director de la función, su pareja en la vida real, Manuel Iborra son las idóneas para que Shirley consiga expresar pasajes de su vida con humor, tristeza o melancolía. El personaje pasa por estas etapas con una enorme convicción y eso es gracias a las inmensas dotes interpretativas de Forqué, que demuestra ser una de las grandes intérpretes de este país.

Hasta hoy había visto representado un solo monólogo: Cinco horas con Mario de Miguel Delibes, con una prodigiosa Lola Herrera en un papel, el de Carmen Sotillo, que ha retomado recientemente Natalia Millán. Pues bien, hoy puedo decir sin ninguna duda que Shirley Valentine, es, como la mencionada pieza de Delibes, uno de los grandes monólogos del siglo XX, con una protagonista de la que te gustaría saber más cosas y, sobre todo, hacerte amigo suyo, porque Shirley es una mujer, en el buen sentido, para llevársela a casa.

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