sábado, 19 de noviembre de 2011

Carcajadas al English Style

        CRÍTICA TEATRAL: VEINTICINCO AÑOS MENOS UN DÍA

No hay nada como sentarte en la butaca de un teatro y mantenerte entretenido y reír durante hora y media. Eso es lo que consigue Veinticinco años menos un día de Antonio Alamo. El autor propone una historia con el mundo del teatro como telón de fondo planteada desde una visión muy particular: desde la representación de una obra y lo que ocurre detrás de los escenarios en un juego donde los actores asumen diferentes roles en cuestión de segundos. Esta es una de las obras de las que es cierto que no se debe desvelar mucho del argumento pero hay que decir que es una apuesta arriesgada que sale airosa. 
Instante de la representación, con Ana Fernández al fondo
Algunos de los puntos a favor de esta obra que se pueden enumerar son, por ejemplo, el sistema narrativo: se "lee" una obra de teatro y se va representando a medida que la lectura avanza, lo que hace que, cuando se mencionan las acotaciones sobre las actitudes que adoptan los personajes, éstas, muy acertadamente, se exageren, debido a la propia naturaleza rocambolesca de la obra de teatro de la que se narra su trayectoria desde su estreno. Por otro lado, la inclusión de lo que ocurre detrás del escenario es muy significativo para entender el destino que tuvo la obra. Tanto es así que el planteamiento, cómico eso sí, de la recuperación de la figura de un autor olvidado puede ser un acertado toque de atención hacia aquellos autores teatrales que, en la actualidad deberían ser reivindicados y redescubiertos para el gran público.

La obra tiene un planteamiento que provoca que las risas sean constantes y la trama está aderezada por divertidos momentos musicales, además de hacer un divertimento sobre el mundo del teatro por la aparición explícita de los técnicos de los efectos especiales, algo que, en la actualidad no suele suceder. Por otro lado las interpretaciones son muy destacables, donde destaca la mezcla constante del idioma de Cervantes y el de ShakespeareAna Fernández y, por extensión, todo el reparto, están en estado de gracia.

Por último, invito al público a que descubran a un autor: P. D. Green y una obra, The tea is ready que tuvo un peculiar periplo que no deben perderse. 

FOTO: SERGIO PARRA

2 comentarios:

  1. Me hubiera encantado haber ido a verla y leyendo tu post mas coraje me ha dado.Enhorabuena por lo bien y bonito que escribes.Me declaro admiradora tuya.
    Milhojas rosas

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  2. Enhorabuena por el artículo y por tus seguidores. Te lo mereces. Eres un luchador. Clara

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