De nuevo el cine español está de luto. El director, productor y guionista José Luis Borau ha muerto a los 83 años de edad. Se ha ido un hombre imprescindible en la historia del cine español, con una mirada muy personal y que amaba el séptimo arte profundamente. Desarrolló su creatividad como director y guionista, comenzando con documentales y títulos enmarcados en el spaghetti western o el thriller.
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José Luis Borau (1929-2012) |
La década de
1970 fue la que hizo despegar muy alto la carrera de
Borau, ya que participa como
coguionista en
Mi querida señorita (Jaime de Armiñán, 1972) una valiente historia en la que
José Luis López Vázquez interpretaba a una mujer mayor que se da cuenta de que es un hombre. La película tuvo una importante repercusión internacional, llegando a estar
nominada al
Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa, premio que le arrebató otro español,
Luis Buñuel por el filme francés
El discreto encanto de la burguesía.
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López Vázquez en Mi querida señorita, con Borau como guionista |
En su siguiente filme como director,
Hay que matar a B. (rodada en
1973 pero estrenada dos años más tarde) fue un thriller internacional en el que participaron actores de la talla de
Burgess Meredith o Patricia Neal. Tras esta experiencia, su siguiente filme fue menos ambicioso pero mucho más exitoso:
Furtivos (1975), un seco drama rural, con una desgarradora
Lola Gaos, acompañada por
Ovidi Montllor, Alicia Sánchez, Ismael Merlo y el propio Borau. La película fue un gran impacto que ganó la
Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, otro impulso más para el reconocimiento internacional de nuestro cine.
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Lola Gaos en la escena cumbre de Furtivos |
Dos años más tarde, se vio vinculado de nuevo al éxito gracias al filme Camada negra (Manuel Gutiérrez Aragón, 1977), donde de nuevo trabajó como guionista, que triunfó en Festival de Berlín, donde Gutiérrez Aragón ganó el Oso de Plata al Mejor Director. Además, su protagonista, una joven y hermosísima Angela Molina ganó el Fotogramas de Plata. Precisamente Angela Molina fue la elegida para protagonizar la siguiente película de Borau como director, La Sabina (1979), de nuevo con un reparto internacional que incluía a Jon Finch, o Harriet Andersson, una de las actrices fetiche de Ingmar Bergman.
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Angela Molina en La Sabina (1979) |
Cinco años más tarde se embarca en otra aventura internacional,
Río abajo, con
David Carradine acompañado por
Scott Wilson y Victoria Abril. Su siguiente filme,
Tata Mía (1986) fue un nostálgico ejercicio con
Carmen Maura, Alfredo Landa, Miguel Rellán (Goya al al Mejor Actor de Reparto) y el regreso al cine de
Imperio Argentina tras un largo retiro.
El ingenio de Borau también se vio en la pequeña pantalla con la serie
Celia (1993), adaptación de los libros juveniles de
Elena Fortuny sobre las peripecias de una traviesa niña
(Cristina Cruz), perteneciente a una familia adinerada. La serie contó con actores de la talla de
Ana Duato, Pedro Díez del Corral, Silvia Munt o María Luisa Ponte. A pesar de ser una serie incompleta, tuvo éxito dentro y fuera de nuestras fronteras.
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Cristina Cruz, la traviesa Celia |
Tras rodar
Niño Nadie en
1997, dirigió su último filme en el
2000,
Leo, con
Icíar Bollaín como protagonista. Esta película le hizo ganar el
Goya al Mejor Director.
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José Luis Borau con el Goya |
Presidente de la Academia de las Artes Cinematográficas de España durante los años 90, Borau hizo del cine su pasión, algo que todos los cinéfilos apreciamos por una filmografía arriesgada, a veces a contracorriente, pero siempre con fe en las historias que quería contar.
Descanse en paz.
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