viernes, 18 de enero de 2013

Adiós a Fernando Guillén, un actor con una mirada especial

El actor Fernando Guillén ha fallecido a los 80 años. Con él se va uno de los mejores actores de este país, con una mirada que quedará para la posteridad. Con una trayectoria inmensa, este artículo pretende rendir homenaje a un actor que, por encima de otras muchas cualidades, amaba su profesión.
Fernando Guillén (1932-2013)
Deseo hacer una semblanza más personal, destacando títulos que pude ver con mis propios ojos y que me hicieron admirarlo cada vez más, aunque he de reconocer, como en el caso de Carlos Larrañaga, que me hubiese gustado verle en alguna obra de teatro, pero la televisión y el cine han rellenado ese hueco, ya que un servidor le ha visto actuaciones memorables en ambos medios.

Fernando Guillén, nacido en Barcelona en 1932, fue un intérprete familiar en la televisión desde siempre. De hecho, una de las series en la que participó forma parte de mi colección particular. Me refiero a Motivos personales (2005), la magistral serie de suspense encabezada por Lydia Bosch, Daniel Freire, Marta Calvó, Pedro Casablanc y Ginés García Millán donde Guillén compartía escenas para el recuerdo con otra gran veterana, Concha Velasco. Cada vez que ambos compartían escena había que quitarse el sombrero.
Con el reparto de Motivos personales
Para hacer una especie de hilo conductor, ha de mencionarse que no era la primera vez que actuaba con Concha Velasco. Trabajó con ella en el filme Más allá del jardín (Pedro Olea, 1996) e interpretó a Don Luis Mejía en el recordado Don Juan Tenorio dirigido por Gustavo Pérez Puig que Velasco hizo con Paco Rabal en 1966 para el espacio dramático Estudio 1, donde sí encarnó al inmortal galán en otra versión siendo Doña Inés  interpretada por María José Goyanes.

Precisamente, Fernando Guillén fue un asiduo de este y otros espacios dramáticos catódicos. Un servidor pudo verle encarnando a la perfección a Yago en Otelo de William Shakespeare (1972), adaptación de Antonio Gala, y donde actuaba al lado de actores de la talla de Alfredo Alcón, Maribel Martín, Manuel Galiana o el recientemente desaparecido Sancho Gracia. Otro Estudio 1 que le vi fue el de La señorita Julia de August Strindberg (1970) junto a Nuria Torray.

Otra interpretación para el recuerdo fue en La Pesadilla (1967), una de las míticas Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador en la que actuó junto a Gemma Cuervo, con la que estuvo casado, formó compañía teatral y tuvo tres hijos, Natalia y los actores Fernando y Cayetana Guillén Cuervo.
Con sus hijos, Cayetana y Fernando, en los Goya
Siguiendo con su trayectoria televisiva, hubo dos trabajos que marcaron su carrera especialmente. El primero de ellos fue la serie La saga de los Rius (1976), adaptación de las novelas de Ignacio Agustí que dirigió Pedro Amalio López, con un reparto de lujo que incluía también a Maribel Martín, Ramiro Oliveros, Emilio Gutiérrez Caba, Victoria Vera y Teresa Gimpera, en la que su hijo Fernando debutó siendo un niño.

El segundo trabajo destacado en la pequeña pantalla fue su encarnación de un militar asesino en El crimen del capitán Sánchez (1985), episodio de la primera etapa de La huella del crimen, donde, dirigido por Vicente Aranda, era el padre de Victoria Abril y una debutante Maribel Verdú y mataba de un estremecedor hachazo al pretendiente de la primera. Más tarde volvería a coincidir con ambas actrices y Aranda en Los jinetes del alba (1990).

Fernando Guillén trabajó junto a sus hijos en numerosas ocasiones. Con Cayetana coincidió en dos filmes consecutivos de José Luis Garci: La herida luminosa (1997) y El Abuelo (1998), adaptación por todo lo alto del texto de Benito Pérez Galdós que estuvo a las puertas del Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa y Don Juan en los infiernos (Gonzalo Suárez, 1991), interpretación que le hizo ganar el Goya al Mejor Actor
Con Don Juan en los infiernos (1991) ganó el Goya
Por su parte, coincidió con ambos en Corsarios del Chip (Rafael Alcázar, 1996) y con Fernando trabajó en el debut de éste como director junto a Karra Elejalde, Año Mariano (2000) y participó en uno de los capítulos, curiosamente ambientado en el mundo del teatro, de Los misterios de Laura, serie que su hijo protagoniza junto a María Pujalte desde 2009. Otra película en la que padre e hijo trabajaron juntos fue en La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987).

Almodóvar es uno de los muchos directores con los que Fernando Guillén trabajó, volviendo a ser dirigido por él en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) otro filme candidato al Oscar o Todo sobre mi madre (1999) que sí ganó la dorada estatuilla, y en cuyo reparto también estaba su hija Cayetana.

Otras películas destacadas de su filmografía son La noche oscura (Carlos Saura, 1989), primera nominación al Goya, Acción mutante (Alex de la Iglesia,1993), You 're the one (José Luis Garci, 2000) al lado de Lydia Bosch o Julia Gutiérrez Caba o Otros días vendrán (Eduard Cortés, 2005) junto a Cecilia Roth y Antonio Resines que le supuso otra nominación al Goya

Su voz era otra de sus señas de identidad y en el cine puso sus cuerdas vocales para ser el narrador en off en el doblaje español de Amelie (Jean-Pierre Jeunet, 2001) e interpretó a un actor de doblaje en la ya mencionada Mujeres al borde de un ataque de nervios de Almodóvar

Ante un micrófono de doblaje en el filme de Almodóvar
Con respecto al teatro fue un actor muy versátil representando tanto clásicos de nuestro teatro como El alcalde de Zalamea de Calderón de La Barca, junto a Gemma Cuervo como contemporáneos, estrenando obras de Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte en 1953) o Antonio Buero Vallejo (Un soñador para un pueblo, en 1958 o Las Meninas, en 1960). En 1969, representa, de nuevo junto a Gemma Cuervo, El Malentendido de Albert Camus, obra que Cayetana Guillén Cuervo prepara en estos momentos en Madrid. En 1994, Fernando Guillén actuó en el montaje de Llama un inspector, la célebre obra de J.B.Priestley y se despidió de los escenarios con El último vals de Louis Aragon en 2007.
Con Gemma Cuervo
Con un legado impresionante en el panorama artístico de este país, Fernando Guillén es de los actores que perdurará en el recuerdo de generaciones, en parte gracias a esa mirada, que expresaba tanto como sus palabras y gestos. Descanse en paz.

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