miércoles, 9 de enero de 2013

Nuria Espert muestra la ambición del ser humano en "La Loba" de Lillian Hellman

Regina Giddens es un personaje que ha marcado el teatro del siglo XX. Surgida de la mente de la escritora Lillian Hellman, Regina es para los españoles La Loba, una mujer sin escrúpulos que para muchos tiene el rostro de Bette Davis, por la película que dirigió William Wyler en 1941.

Los sevillanos van a poder disfrutar de La Loba de Hellman con Regina Giddens interpretada por la portentosa veterana actriz Nuria Espert. La obra estará en cartel en el Teatro Lope de Vega del 10 al 13 de enero, con doble función el sábado 12.  

Este montaje teatral, que en Sevilla retoma la gira, es una coproducción de Juanjo Seoane y el Centro Dramático Nacional (CDN) dirigido por Gerardo Vera (también responsable de la dramaturgia y la escenografía) con el que Vera se despide de este último tras ocho años al frente de él. Precisamente, la versión de este montaje de La Loba (The little foxes en inglés, que significa Los pequeños zorros) la realiza el sucesor de Vera en el CDN, Ernesto Caballero.
Juanjo Seoane y Nuria Espert               Alejandro Reche

En el escenario Nuria Espert estará acompañada por actores de la talla de Hector Colomé (el padre de Félix Gómez en 14 de abril. La República), Carmen Conesa (Alicia en La Señora), Víctor Valverde, Jeaninne Mestre, Enrique Joven, Paco Lahoz, Markos Marín e Ileana Wilson.

Nuria Espert presentó a los medios sevillanos la obra acompañada por el director del Teatro, Juan Víctor Rodríguez Yagüe y Juanjo Seoane, quien estuvo hace poco en el mismo escenario con otra de sus producciones, Los habitantes de la casa deshabitada, de Jardiel Poncela.

Seoane explicó que el proyecto de La Loba se lo propuso hace tiempo a Nuria Espert "pero hicimos antes otras cosas, como el anterior éxito de ella La violación de Lucrecia, ese maravilloso monólogo de William Shakespeare. Con respecto a La Loba, se lo dije a Gerardo Vera y quiso que fuera su proyecto cumbre para finalizar su andadura al frente del Centro Dramático Nacional, y pude hacerla después de siete años intentándolo".

Por su parte, Nuria Espert, aseguró que "Lillian Hellman es una de los grandes nombres del teatro norteamericano". Con respecto al montaje dijo que "esta obra necesita un reparto extraordinario, al que es difícil juntar, pero se ha conseguido. Es un montaje a la clásica con unos ojos muy modernos, ya que el texto parece oportunísimo (a pesar de estar ambientado en 1900), ya que habla de esa codicia obscena de la que hablaba Obama".
Lillian Hellman (1905-1984)
 Sobre su personaje la actriz lo calificó de una "mala, mala, por carecer de límites. No es una psicópata pero es alguien que ha cruzado todas las líneas rojas". A pesar de la maldad del personaje Espert afirmó que ella, como actriz "tengo la obligación de defenderlo, de llenarlo de motivación aunque lo deteste".

Espert también tuvo palabras para la escalera que forma parte de la escenografía, afirmando que "es el lugar donde no sólo se desarrolla el cogollo de la obra, sino que también con sus subidas y bajadas se convierte en la expresión psicológica de los personajes".

Sobre el vestuario, de la italiana Franca Squarciapino (ganadora del Oscar por Cyrano de Bergerac, en 1991), Espert afirmó que es "espectacular, yo llevo un traje en el primer acto que irá seguro a un museo. Ella hace algo de una manera única en el mundo, que es el trabajo con los cuerpos. Ella va componiendo con la tela ya como si fuera un personaje de la obra, que leía cada noche para encontrar lo que necesitábamos todos y cada uno y eso ayuda mucho a los actores".  

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