sábado, 9 de febrero de 2013

Helena Pimenta: "Soñaba con que Blanca Portillo interpretara a Segismundo"

Helena Pimenta no ha podido entrar con mejor pie como directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, cargo que ocupa desde septiembre del 2011. Su primer montaje como directora, La vida es sueño, de Calderón de la Barca está siendo un rotundo éxito desde su estreno en la última edición del Festival de Almagro y su estancia en el Teatro Pavón de Madrid (de septiembre a noviembre de 2012). 

En la gira, después de pasar por Bilbao y Pamplona, La vida es sueño recaló en Sevilla el pasado miércoles y permanecerá en el Teatro Lope de Vega de la ciudad hasta mañana con las entradas agotadas para todas las funciones antes de su llegada. El miércoles, antes de la rueda de prensa, Helena Pimenta concedió una entrevista para este blog en la que nos habla sobre el exitoso montaje protagonizado por Blanca Portillo, otros montajes del repertorio de la Compañía y proyectos futuros.
Helena Pimenta en Sevilla                         Alejandro Reche
Pregunta: ¿Qué le atrajo de La vida es sueño para que fuese el primer montaje que dirigiese al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico?

Helena Pimenta: Suele ocurrir que, a medida que van pasando los años y vas enfrentándote a retos, hay títulos que van apareciendo con mayor claridad y de repente piensas: "Este es el texto que quiero hacer". Luego empiezas a considerar que acabas de entrar, que es la primera, que es muy complicada y que te puedes estrellar. Pero como a lo largo de mi vida artística los retos y esas intuiciones, que no dejan de ser acumulación de experiencias, me han funcionado, lo importante era encontrar a alguien que hiciese de Segismundo. 

Curiosamente yo soñaba con que fuera Blanca Portillo. Me parecía natural que una actriz como ella con esa sensibilidad y amplitud de registros pudiera hacer ese texto a mi lado. Cuando ella aceptó el reto me di cuenta de que arrancábamos en una situación de desafío que era muy importante y muy necesaria para la función. A partir de ahí se produjo un encaje de sentimientos cuyo denominador común ha sido el talento de todo el equipo, no sólo los actores sino los miembros de la Compañía que se han involucrado con mucha intensidad. 

Luego está el trabajo diario. Los actores, habiendo hecho más de cien representaciones, siguen haciéndose aún cuestiones sobre los personajes y hacen que cada día sea un placer. En el fondo era lo que yo soñaba en el origen de todo: tenía que ser comunicación, generosidad, entrega. Era un momento para el teatro y para la situación de España en general donde hacía falta ofrecer lo mejor que uno tiene como ser humano y eso se transmite desde el escenario, siendo Calderón uno de los mejores dramaturgos y este texto uno de los mejores a nivel universal.

P: Uno de los aspectos destacados de la obra es precisamente la elección de Blanca Portillo para interpretar a Segismundo, pero a mí no me extrañó, por su talento como actriz y porque, en muchos montajes, hombres han hecho de mujeres y viceversa, como cuando Ismael Merlo interpretó a Bernarda Alba, que no chocó a los espectadores...

H.P.: Exactamente, eso es lo curioso. A mí me chocó que gente, en la actualidad me empezaron a preguntar que por qué y yo me decía: "Pero si esto lo hacía ya Jacinto Benavente". Este juego con el género viene del teatro isabelino, donde las mujeres no podían actuar. Esa ambigüedad del disfraz y la apariencia conlleva unas connotaciones distintas y hace de Segismundo, más allá de la sexualidad y de la fuerza física, un ser humano más complejo porque contiene con mucha claridad lo masculino y lo femenino y eso está en la obra y el espectador entra en el juego que se le propone. Luego suele surgir un eco que dice "Pero si es una mujer" y que confirma que las mujeres tienen derecho a ser personajes de teatro. Hablamos del ser humano, no del hombre y la mujer.
Blanca Portillo, impecable Segismundo
P: Otro aspecto destacado es que la acción se desarrolla en Polonia y no en España ¿Cree que eso le da un carácter más universal a lo que se cuenta en la obra?

H.P.: Sí, Calderón marca una distancia prudente y sitúa la acción en un país católico pero con costumbres y concepciones estéticas muy diferentes. Él trata lo particular a través de lo universal. Es un texto  que trasciende todos los siglos y todos los espacios.

P: La versión de este montaje la hace Juan Mayorga ¿qué destacaría del trabajo que él ha hecho con el texto de Calderón de la Barca?

H.P.: Yo he trabajado muchas veces con Juan. Nos conocemos muy bien. Yo he dirigido obras originales suyas como El chico de la última fila, que ha dado felizmente el salto al cine con el título de En la casa. Esa obra se hizo para Ur pensando en unos actores, una estética y un equipo. Hicimos otra sobre Alberti (Sonámbulo) y el ya hizo la versión de La dama boba que yo dirigí para la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el 2002.

A Juan le caracteriza un respeto gigante por los autores clásicos, a lo que contribuye el hecho de que él también sea autor. Yo le dije que la versión fuese la obra al pie de la letra pero clarificando aquellos pasajes que son un poco más complicados, a veces por sintaxis o por vocabulario. Lo que sí acordamos fue quitar un elemento que algunos filólogos cuestionan: El castigo al soldado rebelde. Ambos pensábamos que el castigo que recibe el soldado que salva a Segismundo podía ser ejemplarizante para la época, pero aquí podía ser contradictorio. Juan ha sido muy respetuoso, muy cercano al trabajo diario y trabaja siempre a favor de la dinámica de la escena. Ha sido un gran dramaturgo. 

También decidimos no cambiar de época pero lo que sí hicimos fue crear una estética europea del barroco a través de la pintura con una cierta estilización, es decir, sin adornos que podía abarcar España pero llegar también a los países del Este. Por ese motivo está la madera en la escenografía y eso da lugar a un espacio muy mágico y muy teatral.
Juan Mayorga, autor de la versión de La vida es sueño
P: Hablando de otros montajes de la Compañía, en estos momentos está triunfando en Madrid El lindo Don Diego de Agustín Moreto (con Edu Soto, Cristóbal Suárez y Raúl Prieto entre otros). ¿Qué puede contarnos de este montaje, dirigido por Carles Alfaro, y de otros?

H.P.: Yo planteé al principio la presencia de directores y creativos diferentes. Ya no es una compañía estable al uso sino que es más movible. Puede estar dos años trabajando desde una tragedia a una comedia pero están invitados más elencos y en esa búsqueda hemos ido a por gente que sabemos de su calidad, que tienen una formación en el verso pero que no habían practicado. Hicimos una convocatoria y se presentó gente que no sabíamos que estaba interesada por esto.

Todo el programa del año tiene una obra que dirijo yo, La vida es sueño, que, por circunstancias, se repondrá en Madrid el año que viene. Luego viene un director con un elenco que nosotros confrontamos. Luego ha habido una coproducción con la compañía Uroc, dentro del programa "Mi primer clásico". Se trataba de un musical a partir de El gran teatro del mundo de Calderón, Otro  gran teatro del mundo con Víctor Ullate y Antonio Díaz de Mesa.

El lindo Don Diego está teniendo una extraordinaria aceptación con el público. Es un descubrimiento, porque es una obra que, si se fuerza hacia lo farsesco, quedaría vulgarizada. Tiene un humor muy fino que a veces parece de los hermanos Marx...el público no se lo puede creer, te mueres de risa desde el principio. Está planteada con una sujeción y una estética muy especial.
Los intérpretes de El lindo Don Diego
Ahora vendrá Els Joglars con una dramaturgia nueva sobre El coloquio de los perros, la novela ejemplar de Cervantes. Estamos en la zona de la risa pero también de la reflexión moral.     

P: Su próximo proyecto como directora será La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón ¿En qué momento del proceso se encuentra?

H.P.: La versión la está haciendo Ignacio García May, el autor de Alesio. Es un hombre con un humor muy ácido. Estamos afinando mucho porque después de esta obra tan compleja (La vida es sueño) nos hemos metido en una obra que es un tanto extraña, tiene un carácter de vuelta, ya que el propio autor vino de Méjico para acá y tiene un aroma ácido pero a la vez divertido. En el elenco estarán Rafa Castejón, Marta Poveda, Nuria Gallardo...Muchos actores de La vida es sueño estarán en él. Yo trabajo con mucho tiempo para que, cuando llegue la época de ensayos haya alternativas por todos lados.

Es una obra que ya está invitada a varios teatros entre ellos al Teatro Bellas Artes de Méjico, porque tenemos un programa con América en general, en el que ellos hacen un texto español de nuestro repertorio áureo en verso al que asesoramos y participamos en la producción. Es un intento de hacer una convención del verso con el mundo hispano. En Buenos Aires se hará Los áspides de Cleopatra (de Francisco de Rojas Zorrilla) y se hará seguramente en Méjico La dama boba (de Lope de Vega). La vida es sueño irá a Buenos Aires y hay conversaciones para llevarla a Nueva York y a Montreal. Las demandas están siendo muy importantes. 

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