sábado, 16 de febrero de 2013

Juan Carlos Pérez de la Fuente: "Durante los cinco primeros minutos de 'Orquesta de señoritas' hay un poco de desconcierto"

Juan Carlos Pérez de la Fuente es uno de los tesoros que tenemos en el teatro. Director de muchos y variados montajes gracias a él los españoles han podido disfrutar de obras de autores clásicos y contemporáneos: Desde Calderón de la Barca (La vida es sueño, en 2008) hasta Francisco Nieva (Pelo de tormenta, en 1997) pasando por Antonio Buero Vallejo (La Fundación en 1998, Historia de una escalera en 2003) o Fernando Arrabal (El cementerio de automóviles en el 2000). Director del Centro Dramático Nacional desde 1996 hasta 2004, afronta una nueva etapa con su propia productora desde 2005 donde ha puesto en pie montajes como El mágico prodigioso de Calderón de la Barca en 2006 (además de la ya mencionada La vida es sueño) o El león en invierno de James Goldman en 2007.

En la actualidad triunfa por partida doble con El show de Kafka (versión de Informe para una academia del autor checo del título), con Luisa Martín interpretando a un mono, y Orquesta de señoritas de Jean Anouilh. El primer título se verá la semana que viene en el Espacio Santa Clara de Sevilla y el segundo estará en el Teatro Lope de Vega de la ciudad hispalense hasta mañana con un grupo de actores (Juan Ribó, Juan Carlos Naya o Víctor Ullate Roche) interpretando a mujeres artistas del género frívolo en la España de la posguerra.
Un servidor con Pérez de la Fuente tras la entrevista
Tras la rueda de prensa de esta obra, Juan Carlos Pérez de la Fuente atendió a este blog para hablar de este exitoso montaje, otros hitos de su extensa carrera, aparte de los mencionados previamente, y de actores inolvidables que han trabajado con él. Una entrevista que todo amante del teatro debe leer.

Pregunta: Debido a que en Orquesta de señoritas un grupo de actores interpretan a mujeres ¿Se puede decir que esta obra habla, sobre todo, del ser humano, más que de hombres o mujeres?

Juan Carlos Pérez de la Fuente: Exacto. Hablamos de seres humanos con una particularidad: lo que el ojo está viendo es una mujer, el vestuario es de mujer y sin embargo hay contradicciones muy grandes y muy hermosas. A los actores les pedí que ni se quitasen la barba ni se afeitasen. Ese extraño juego de un hombre muy macho vestido de una mujer muy femenina da un resultado muy particular. Eso lo he buscado, no es improvisado y es verdad que durante los primeros cinco minutos haya un poco de desconcierto. Más allá de nuestro aspecto, ser más altos o más bajos, ser hombres o mujeres, somos seres humanos que nos divertimos o sufrimos, algo que está por encima del sexo, algo a lo que se le ha dado demasiada importancia. 
Ullate Roche y Ribó en escena
P: Por la naturaleza de la obra ¿se puede decir que es coral con respecto a las interpretaciones?

J.C.P.D.L.F.: Totalmente, es una obra coral. Yo particularmente creo que el teatro, el hecho teatral es siempre colectivo y coral. Aunque a  veces no. Ejemplo de ello es la manera en que ellas están sentadas. Son además los siete personajes necesarios para contar la historia, ni uno más ni uno menos. Unos hablan más y otros menos. Luego hay personajes como Susana Delicias, interpretado por Víctor Ullate, que desencadenan acciones. Este actor es un gran descubrimiento, ya que se le conocía mucho por sus coreografías y hace un personaje al borde del precipicio, como lo están casi todos.

P: Ahora empecemos un recorrido por algunos aspectos destacables de su trayectoria profesional. Usted ha dirigido muchos títulos y uno de los que llaman más la atención es Fortunata y Jacinta sobre la extensa novela de Benito Pérez Galdós en 1993 ¿No le dio un poco de vértigo afrontar el proyecto, cuando habían pasado ya más de diez años de la popular serie de Mario Camus? 

J.C.P.D.L.F.: Mucho ¿cómo no me iba a dar?. Había visto la serie, la novela de Galdós me volvía loco. Creo que para hablar de España hay que leerla, y los Episodios Nacionales. Se mostraban muy claramente tres clases sociales: la rancia aristocracia madrileña, las clases bajas y ese señorito que es Juanito Santa Cruz. Había una versión de Ricardo López Aranda, que era uno de los hombres que habían versionado la serie de televisión. En esta ocasión se trataba de ahondar en aspectos como mostrar personajes agónicos: Fortunata quería saber cómo era Jacinta cuando estaba en la cama con Juan Santa Cruz y viceversa. Fortunata, la gran diosa madrileña la interpretó Nuria Gallardo. Madrid de vez en cuando da esos grandes personajes. Esa mujer que habíamos visto comiéndose un huevo con el rostro de Ana Belén. Juan Gea interpretaba a Santa Cruz, Manuel Galiana interpretaba a Maxi y hubo dos Jacintas: Carmen Conesa y Maru Valdivieso, además de veinte actores. El estreno fue una una de las grandes noches de mi vida teatral. Creo que esa noche cambió algo porque había tanto riesgo que o te hunden o te sacan bien.
Nuria Gallardo y Juan Gea en Fortunata y Jacinta
P: En su trayectoria también destaca un nombre: María Jesús Valdés, a la que usted dirigió en su vuelta a los escenarios con La dama del alba de Alejandro Casona en 1991 y luego la dirigió en varias ocasiones más ¿Qué tenía de especial?   

J.C.P.D.L.F.: Tras La dama del alba la dirigí en una obra que casi no aparece en su currículum, La viuda es sueño, (en 1992) una obra de Tono, La visita de la vieja dama (de Friedrich Dürrenmatt en el 2000), Muerte de un viajante, (de Arthur Miller en 2001) con José Sacristán y lo que fue la bomba, Carta de amor (monólogo de Fernando Arrabal en el año 2002). Tras este gran éxito empezamos a ensayar una obra titulada Óscar o la felicidad de existir de Eric-Emmanuel Schmitt y cuando faltaban diez días para el estreno ella se puso enferma, con problemas que le hicieron no volver más a los escenarios. Esa obra la retomó Ana Diosdado y no llegó a verse en Madrid.

Para mí, María Jesús Valdés es la mejor actriz que yo he conocido que hemos tenido en España, por una razón: Ella entraba a los ensayos sin nada presdestinado, es decir, el actor primero hace de sí mismo, llevando una seguridad y un bagaje. La Valdés, quién sabe si por haber estado treinta años fuera llegaba a los ensayos "desnuda". Había gente que me decía "Pero si parece que no sabe nada". Ese juego de entrar en un sitio sin "agarraderas" o "flotadores" hace que vayas perdida. Es algo, que si no la conocías, te podía volver loco. Ésa era su grandeza. En esa Carta de amor resumía quizá muy bien todo lo que ella había sido su trayectoria: Una mujer muy arriesgada y muy moderna, que cuando cuando creyó que estaba enamorada y que podía dejar el teatro no le importó. Creo que esa rotundidad hacía de ella alguien especial. Volvió a los escenarios conmigo, cuando pudo haberlo hecho con Adolfo Marsillach o José Luis Alonso, que se lo habían ofrecido, y yo tenía veintinueve años.
Mª Jesús Valdés en Carta de amor
P: También es el director de la última obra de teatro que hizo Alberto Closas, El canto de los cisnes en 1993...

J.C.P.D.L.F.: Sí, era una obra de Alexei Arbuzov, junto a Amparo Rivelles, con versión de Rodolf Sirera. Closas era otro de los grandes. Sólo pude dirigirle en aquella ocasión. Siendo un éxito en el Teatro Alcázar, faltando aún la mitad de las representaciones, tuvo que ser sustituido porque enfermó. Era un hombre aparentemente encasillado en la alta comedia y era grande. Nos entendimos muy bien frente a mucha gente que me dijo todo lo contrario y se lo dije tal cual. Le dije: "Alberto, me han dicho que eres muy difícil" y él me contestó "¿Quién dice eso?". Era un hombre con el que había que ir con la verdad por delante y ésa fue una de las experiencias más bonitas de mi vida. Me tuve que traer a un actor de Méjico porque no se podía cerrar el teatro y ya no era lo mismo. Alberto Closas era un gran actor, director, empresario de toda la vida. Son esos "monstruos" que de vez en cuando aparecen, pero que por desgracia no tenemos tantos.
El inolvidable Alberto Closas
P: Llegando a la actualidad, en El show de Kafka vuelve a trabajar con Luisa Martín después de El tiempo y los Conway (de J.B.Priestley). Saltó a la fama con la serie Médico de familia y ahora vuelve a demostrar su talento en Gran Reserva ¿Es otra actriz con algo especial?

J.C.P.D.L.F.: Efectivamente. Es otra de las grandes. Su gran maestra fue María Jesús Valdés y me dijo: "Quiero que me dirijas porque tú trajiste a María Jesús Valdés.
Luisa Martín en El tiempo y los Conway
Nos entendimos muy bien en un proyecto hermosísimo que fue El tiempo y los Conway y ahora ha afrontado un trabajo muy arriesgado interpretando a un mono (en El show de Kafka) y en uno de mis futuros proyectos quiero que ella esté también. 

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