lunes, 8 de abril de 2013

Homenaje a Sara Montiel, la manchega que enamoró al mundo

Otro día triste para el cine español. Sara Montiel ha fallecido a los 85 años, una estrella nacida en Campo de Criptana (Ciudad Real) que marcó a varias generaciones por su conjunción perfecta de talento y belleza.
Sara Montiel (1928-2013) en la plenitud de belleza
Una prueba palpable del magnetismo de Sara Montiel hasta nuestros días la hizo otro manchego universal, Pedro Almodóvar, con un homenaje en su película La mala educación (2004). En este filme dos niños se quedaban fascinados al verla en el cine y un travestido Gael García Bernal cantaba su versión de Quizás, quizás, quizás.

Su carrera fue meteórica desde los años 40, década en la que comenzó a aparecer en la gran pantalla participando, entre otras, en dos adaptaciones literarias de peso en 1947: Una notable versión de Don Quijote de La Mancha, dirigida por Rafael Gil donde compartía cartel con Rafael Rivelles, Fernando Rey, Juan Calvo o la recientemente fallecida María Asquerino, y Mariona Rebull, la novela de Ignasi Agustí que dio origen posteriormente a la famosa serie La saga de los Rius (Pedro Amalio López, 1976). En esta adaptación Sara Montiel fue dirigida por José Luis Sáenz de Heredia.

Sin embargo, 1948 fue el año de su auténtico despegue gracias al enorme éxito de Locura de amor, adaptación de la obra de teatro de Tamayo y Baus dirigida por Juan de Orduña. En esta película, centrada en la historia de Juana La Loca y Felipe El Hermoso, dio vida a la mora Aldara que conquistó el corazón del monarca. Con este papel eclipsó a Aurora Bautista y Fernando Rey, que encabezaban el reparto. Su papel lo heredó la italiana Manuela Arcuri en la versión de Vicente Aranda de 2001.
Con Fernando Rey en Locura de amor
Tras volver a trabajar con Juan de Orduña en Pequeñeces (1950) de nuevo con Aurora Bautista y un jovencísimo Carlos Larrañaga, Sara Montiel fue una estrella primero en Méjico con títulos como Cárcel de mujeres (Miguel M. Delgado, 1951) junto a Katy Jurado o Piel canela (Juan José Ortega, 1953) y luego en Hollywood, algo que merece un párrafo aparte.

En 1954 protagonizó el western Veracruz al lado de dos pesos pesados del Hollywood dorado: Gary Cooper y Burt Lancaster bajo la dirección de Robert Aldrich.
Con Gary Cooper en Veracruz (1954)
Su aparición en la película supuso un auténtico bombazo y Sara Montiel se codeó con grandes actores como Marlon Brando, Marlene Dietrich o James Dean e incluso enamoró al director Anthony Mann, que la dirigió en Dos pasiones y un amor (1956) con Joan Fontaine, Vincent Price y el tenor Mario Lanza.

En Dos pasiones y un amor (1956)
Anthony Mann se convirtió en su primer marido y estuvieron casados desde 1957 hasta 1961, precisamente el año en el que él dirigió en España El Cid, con Charlton Heston y Sophia Loren.

Pero a Sara Montiel el destino le llevó de un éxito a otro, ya que, tras protagonizar Yuma (Samuel Fuller, 1957) junto a Rod Steiger, regresó definitivamente a España para protagonizar, quizá, la película por la que siempre será recordada, El último cuplé, de nuevo a las órdenes de Juan de Orduña, un éxito monumental donde la actriz además cantaba para el deleite del público temas como el célebre Fumando espero o El Relicario.
En El último cuplé (1957)
Los éxitos siguieron con la coproducción italiana La violetera (Luis César Amadori, 1958) junto a Raf Vallone, donde de nuevo embelesaba con sus canciones, o Carmen la de Ronda (Tulio Demicheli, 1959) una variación de la historia de la célebre cigarrera trasladada a la localidad malagueña del título. 

Durante la década de los 60 siguió triunfando con películas como La reina del Chantecler (Rafael Gil, 1962) o Esa mujer (Mario Camus, 1969) con historia y guión de Antonio Gala. Se retiró del cine en 1974 con Cinco almohadas para una noche de Pedro Lazaga.

A partir de entonces, se prodigó en el teatro, con espectáculos musicales, y en la televisión. Sara Montiel vivió la vida intensamente, consciente de la estrella que seguía siendo a pesar de no salir en más películas. El cielo ha ganado una estrella más con un brillo fulgurante, como su trayectoria profesional. Descanse en paz, Sara Montiel.

1 comentario:

  1. Bonito homenaje bloguero a la guapa Sara Montiel. Te seguimos.

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