sábado, 6 de abril de 2013

Tributo a Bigas Luna, el cineasta con piel de toro

El director de cine Bigas Luna ha fallecido a los 67 años. Con él se va un cineasta fundamental en la historia de nuestro cine.

Bigas Luna (1946-2013)
Para comenzar este tributo recrearé un episodio de mi niñez: Mi madre siempre me decía que había una película, Lola, protagonizada por Angela Molina, que le había marcado mucho, pero que por mi edad aún no podía ver. 

Angela Molina en Lola (1986)
Cuando los años pasaron tuve ocasión de verla, descubriendo para mi sorpresa que Bigas Luna fue su director y que en este dramático filme, de 1986, aparecía una jovencísima Ariadna Gil debutando en la gran pantalla.

Una debutante Ariadna Gil en Lola
Bigas Luna tuvo la virtud de que sus películas no pasaran inadvertidas. Su nombre sonó con fuerza gracias a la potencia de Jamón, Jamón (1992), uno de los filmes donde juntaba una gran cantidad de símbolos iberícos, la comida y el sexo, conceptos fundamentales en su vida. Fue un visionario porque eligió para encarnar al trío protagonista a unos jovencísimos Javier Bardem, Penélope Cruz y Jordi Mollá
Penélope Cruz y Javier Bardem en Jamón, Jamón
Precisamente a Javier Bardem lo convirtió en este filme en el prototipo de virilidad española, imagen que potenció en Huevos de oro (1993), donde compartía escena con Maribel Verdú y María de Medeiros e incluso participaba Benicio del Toro.

Su cine siempre tuvo algo magnético ya que hizo que actores noveles y otros consagrados provenientes de otros países participasen en sus películas. Ejemplo de lo que digo es el filme La teta y la luna (1994), en la que la francesa Mathilda May se convertía en objeto de deseo de un joven interpretado por Miguel Poveda, cantaor de referencia en el mundo de la copla y del flamenco  y de fascinación de un niño (el ahora actor Biel Durán), que deseaba beber la leche que salía de los pechos de ella.
Mathilda May y Miguel Poveda en La teta y la luna

La comida y el sexo fueron, de nuevo, dos de los motores de su película Bámbola (1996) un homenaje a la cultura mediterránea mostrado en las sensuales curvas de la actriz italiana Valeria Marini montada sobre una gran mortadela, convirtiéndose en una obsesión para el personaje que encarnaba Jorge Perugorría.
Valeria Marini y la mortadela en Bámbola
En esta película Bigas Luna, además de contar con Manuel Bandera, recuperó para la gran pantalla a otro mito erótico, Anita Ekberg, quien deslumbró a Marcello Mastroianni con su baño nocturno en La Fontana di Trevi en La dolce vita (Federico Fellini,1960).

Se puede decir que su cine es bastante ecléctico ya desde sus comienzos, donde la literatura fue una gran fuente de inspiración: En 1978 llevó al cine la novela Tatuaje de Manuel Vázquez Montalbán, uno de los casos más famosos del detective Pepe Carvahlo, encarnado por Carlos Ballesteros.

Posteriormente sorprendió con la adaptación de la novela Las edades de Lulú de Almudena Grandes, que ganó el Premio Sonrisa Vertical a la Mejor Novela Erótica en 1989. El filme se rodó en 1990 con la italiana Francesca Neri (con la voz doblada por Natalia Dicenta) asumiendo el rol de un arriesgado personaje en sus etapas de niña a mujer y su descubrimiento del sexo. La peĺícula plantea un amplio muestrario de las opciones sexuales y de los gustos del ser humano con respecto a ese tema. La película, además, hizo ganar a María Barranco el segundo Goya de su carrera, por su desgarradora interpretación de un transexual. Además, la escena cumbre tiene lugar en un local donde la protagonista organiza un trío no muy placentero con un Javier Bardem en el polo opuesto de Jamón Jamón, y otro compañero suyo. En el reparto también se encontraban Oscar Ladoire, Rosana Pastor, Fernando Guillén Cuervo o Pilar Bardem.
Francesca Neri con Javier Bardem en Las edades de Lulú
Siete años después encontró a otra de sus musas en Aitana Sánchez-Gijón con la que hizo dos sensuales filmes de época: La camarera del Titánic sobre la novela del escritor y guionista Didier Decoin y en el que la que la bella actriz nacida en Roma se convierte en la obsesión de un joven (Olivier Martinez) con el que comparte habitación antes de que ella embarque en el tristemente recordado transatlántico.
Romántica escena de La camarera del Titanic
Dos años después Bigas Luna le proporcionó a  Aitana Sánchez-Gijón uno de sus mejores papeles el de la Duquesa de Alba en la adaptación de Volaverunt, la novela con la que Antonio Larreta ganó el Premio Planeta en 1980, donde se divaga acerca  del presunto asesinato de la famosa aristócrata en pleno siglo XIX, con Goya, Godoy, la Reina etc... como posibles implicados. Además se plantea el enigma de quién es retratada realmente en las dos majas pintadas por el célebre pintor aragonés.

Se trató de una producción europea importante con logrados decorados y un genial vestuario de Franca Squarciapino. Aitana Sánchez-Gijón, que ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, está acompañada de un plantel de actores excelentes que ya habían trabajado con Bigas Luna: Jordi Mollá, Stefania Sandrelli, Jorge Perugorría y, especialmente, Penélope Cruz encarnando a la sensual Pepita Tudó y que se marca un baile antológico con Sánchez-Gijón a los sones del fandango de Luigi Boccherini.

Para acabar con las adaptaciones, hay que mencionar la que hizo de Son de mar, novela de Manuel Vicent, en 2001, donde el sexo y el simbolismo tienen mucha fuerza. En esta ocasión se sirvió de nuevo de Jordi Mollá y de la hermosa Leonor Watling.
  
La filmografía de Bigas Luna da lugar a que el visionado de sus películas sea toda una experiencia, como lo demuestran dos de sus primeros filmes, Bilbao (1978), donde aparecía muy sensual la escritora y periodista Isabel Pisano, y Caniche (1979) una peculiar película sobre las relaciones entre los humanos y los perros. De igual modo, en 1987 realiza una notable incursión en Estados Unidos con el filme Angustia, donde una película de terror en un cine se hace realidad y que contó con la actriz Zelda Rubinstein, la célebre medium de Poltergeist (Tobe Hopper, 1982).
Zelda Rubinstein en Angustia
Sus últimos trabajos están ligados a jóvenes que desean ser actrices: Yo soy la Juani (2006) donde reafirmó el potencial interpretativo de Verónica Echegui y el cantante Dani Martín y Di Di Hollywood (2010), con Elsa Pataky y Peter Coyote.
Verónica Echegui y Dani Martín
Finalmente, aunque no menos importante fue su trabajo como director teatral. En 2003 montó Las comedias bárbaras de Valle Inclán, en un ambicioso proyecto con más de 90 actores como Juan Luis Galiardo, Sergio Peris-Mencheta, Carmen del Valle o Pep Cortés donde el director barcelonés trasladó su particular universo a las tablas.

Se va un cineasta único que amaba la vida, el sexo, el jamón y la tortilla de patatas. Bigas Luna consiguió dar forma a algunas de las imágenes de nuestro cine que permanecerán por siempre en nuestra retina. Descanse en paz, Bigas Luna.

1 comentario:

  1. Un gran repaso profesional de un fabuloso director, yo sabía poco de él antes de leer este articulo.

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