Jesús Cisneros: "Las comedias que están bien escritas son una delicia para el actor"

El Teatro Quintero acoge del 10 al 12 de enero la comedia No te vistas para cenar, un exitoso vodevil de Marc Camoletti que ha triunfado en Madrid. La obra está protagonizada por Jesús Cisneros, Yolanda Arestegui (productores a su vez de la obra), Cuca Escribano, Aurora Sánchez y Antonio Vico dirigidos por José Troncoso.

Cartel de la obra

Por tal motivo El Rinconcillo de Reche ha entrevistado a Jesús Cisneros, actor que ganó en los 90 gran popularidad con series como Lleno por favor o Al salir de clase. Desde 1999, junto con su mujer, Yolanda Arestegui levantan espectáculos donde la risa está asegurada con los que consiguen hacer pasar al público un buen rato. El actor nos habló de la obra que le trae a la capital hispalense, de otras producciones y se deshace en elogios hacia la mujer con la que comparte escenario y vida.

Jesús Cisneros

Pregunta: ¿Cómo llega a sus manos No te vistas para cenar?

Jesús Cisneros: Pues llevábamos varios años de éxito continuados con comedias como La curva de la felicidad o la crisis de los cuarenta y luego, sobre todo, Sé infiel y no mires con quién, que hemos mantenido cinco temporadas, y Rumores de Neil Simon. No te vistas para cenar ya llega a nuestras manos cuando estábamos a punto de producir Sé infiel... y cuando tuvimos la versión adecuada supimos que era la evolución requerida porque teníamos que seguir in crescendo, ya que cuando al público se le da obras de mucha carcajada siempre la siguiente obra del mismo equipo quieren siempre más todavía. En No te vistas para cenar debíamos tener el reparto adecuado y en esta función es fundamental el personaje que interpreta Aurora Sánchez para que rematase lo que preparamos Antonio Vico, Yolanda Arestegui, Cuca Escribano y yo.

P.: El argumento, sin destriparlo va sobre un supuesto plan perfecto que no sale como estaba previsto...

J.C.: Sí, esa son las premisas de todo vodevil que se precie. El autor de esta obra, Marc Camoletti escribió Boeing Boeing que en el cine hicieron Jerry Lewis y Tony Curtis, y se repone continuamente, al igual que No te vistas para cenar. Cuando lees obras de maestros como él te sueles preguntar "¿Cómo es posible abrir tantos flecos y luego saberlos cerrar?". Es algo muy difícil y son las perfectas comedias de situación. El autor describe perfectamente con tres frases a cada personaje al principio y les pone ante unos conflictos y situaciones que provocan la carcajada. Muchas veces, aunque el público no se entere de todos los diálogos por la gran cantidad de risas que hay, sigue perfectamente lo que está ocurriendo, ya que siempre es cómplice en estas comedias tan bien escritas y es una delicia para el actor, porque, al estar los personajes tan bien definidos, se produce una confrontación de actores y personajes que disfrutas mucho. Ayuda mucho, además, que físicamente seamos muy diferentes.

P.: Por la trayectoria que lleva con su productora ¿se puede afirmar que el gusto del público por este tipo de obras no ha decaído?

J.C.: Por supuesto. A nadie le molesta reírse a carcajadas. En las obras que producimos cuidamos mucho la escenografía, el vestuario, la música que arropa y siempre buscamos actores que tenga una larga trayectoria. La verdad es que facilita mucho las cosas el tener un equipo así y muy bien aunados en este caso con un director de la escuela sevillana como es José Troncoso. Hemos disfrutado muchísimo.

P.: ¿Qué destacaría de la labor como director de José Troncoso?

J.C.: Es un hombre que, como actor, tiene una especial vis cómica y, como director, busca la verdad para que toda esa efectividad que ya el propio texto la da en las situaciones. Se ha pretendido no forzar, dibujar lo que debe tener cada personaje para que, en el cocktail, sea el complemento perfecto.

P: Una cuestión sobre su productora ¿la estrenan con Descalzos por el parque?

J.C.: Fue al revés. Al estrenar Descalzos por el parque decidimos llamar a la productora Descalzos Producciones. Primero fue la elección de la obra. Queríamos una obra para interpretarla Yolanda Arestegui y yo, que fuera divertida y por un maestro de la comedia como es Neil Simon y la elegimos porque era muy fresca y entonces decidimos crear una empresa. La obra fue un éxito que mantuvimos en cartel dos o tres años.

P.: Cuando han hecho obras que se han llevado al cine como la propia Descalzos por el parque o Sé infiel y no mires con quién ¿han tenido en cuenta la película a la hora de trabajar?

J.C.: No, porque el cine tiene otro tempo. Sé infiel y no mires con quién, por ejemplo, que es de las comedias más divertidas, en cine no puede ser tan trepidante como en el teatro, donde, cada vez que desaparece un personaje ya está otro apareciendo, es una máquina de relojería. Eso en cine es muy difícil darlo, tendría que ser alguien que tuviera mucha costumbre, como Billy Wilder, pero a lo mejor no podía darle toda la efectividad que posibilita el teatro. El público, por la televisión, está acostumbrado a un ritmo muy fuerte a través de escenas muy cortas. Entonces en teatro hay que ofrecer algo diferente, comedias de diversión para reír con los amigos y luego comentar con ellos lo que has visto en el escenario. No te vistas para cenar la hacemos en ochenta y siete minutos. Además, es muy bonito trabajar sobre el propio texto.

P.: En No te vistas para cenar vuelve a trabajar con su mujer, Yolanda Arestegui.Para usted debe ser un gran aliciente compartir escenario con ella ¿no?

J.C.: Para empezar y, objetivamente hablando, es mi actriz favorita. Me encantan los trabajos que hace con otra gente. Para lo que llevamos juntos, hemos trabajado poco juntos. Es una actriz que me facilita el trabajo, me encantaría trabajar más con ella. Pero a veces decidimos que cada uno tenga sus propios proyectos porque así tenemos más de lo que hablar. Ella es más la ejecutiva artística, decidiendo cómo quiere queden las cosas y tal y yo me encargo más de las cuentas y las cuestiones de producción real, de cómo tenemos que movernos, cómo hay que hacer las promociones...

Un momento de la obra

P.: Por cierto una cuestión sobre su esposa: Yo, el primer trabajo que le veo es Al salir de clase, pero un día me llevé una grata sorpresa porque emitieron un Estudio 1 de 1989 de La dama del alba de Alejandro Casona que ella protagonizaba junto con Natalia Dicenta, Antonio Ferrandis, Encarna Paso y Ana Marzoa, fue un trabajo maravilloso...

J.C.: A mí también me gusta mucho ese Estudio 1. Ella por aquel entonces había hecho muchos clásicos, venía del teatro de cámara y tenía una trayectoria muy teatral. Ella comparte en 1992 el primer éxito en el teatro de Luis Merlo, que fue Tres sombreros de copa y hemos venido al Lope de Vega con obras que ella hacía con la Compañía Nacional de Teatro Clásico: Don Gil de las calzas verdes, con Adriana Ozores, El acero de Madrid, dirigida por José Luis Castro y La vida es sueño, con Pedro Mari Sánchez.  

P.: Echando la vista atrás usted tuvo en los 90 un momento de mucha popularidad gracias a la televisión y al cine ¿considera que la gestionó bien?

J.C.: Yo creo que sí. Disfruté mucho del momento. Luego es verdad que tú haces tus propias apuestas y unas veces aciertas y otras no. Con el tiempo eso se puede analizar muy fácilmente pero en el momento, eliges por una intuición o por lo que quieres hacer, por dónde quieres llevar tu carrera. Luego llega un momento en el que ves que no todo es siempre como tú pensabas que podía suceder. Por eso decido crear Descalzos Producciones y hacer los espectáculos que quiero hacer y de la manera que me gusta hacerlos.

P: Usted hizo en teatro Calígula de Albert Camus, dirigido por José Tamayo, junto a Luis Merlo, que fue un acontecimiento, supongo que le traerá buenos recuerdos...

J.C.: Resulta que José Tamayo dirigió Calígula en diferentes épocas. La hizo con José María Rodero y Sancho Gracia, con Imanol Arias y Abel Folk y en el 94 llegó la que hicimos Luis Merlo y donde yo interpretaba a Escipión. Era su querido Calígula, por eso el nuestro fue espectacular, por la experiencia que tenía debido a los distintos montajes que él había dirigido.