sábado, 11 de enero de 2014

Una velada muy movida

                            CRÍTICA TEATRAL: NO TE VISTAS PARA CENAR

En estos tiempos que corren es de agradecer que se moten obras de teatro capaces de hacer olvidar durante hora y media a la gente de sus problemas. La obra No te vistas para cenar, del escritor suizo Marc Camoletti es un buen ejemplo de ello y el montaje que Jesús Cisneros y Yolanda Arestegui han puesto en pie con su productora Descalzos Producciones es un buen ejemplo de ello y que se puede disfrutar hoy y mañana en el Teatro Quintero de Sevilla.

La estructura de No te vistas para cenar sigue al pie de la letra la estructura del clásico vodevil: acontecimientos imprevistos, confusiones, y situaciones que se van complicando cada vez más. Un supuesto plan para cometer una infidelidad se va al traste a los cinco minutos y el lío con la aparición de más personajes está servido.

El reparto cumple con creces su cometido, donde Antonio Vico, un actor extraordinario, tiene un par de situaciones en concreto donde demuestra lo gran actor que es y el ejercicio de memoria que lleva a cabo sin equivocarse en una sola palabra en un momento dado.
Una de las muchas divertidas situaciones de la obra
Por otro lado Aurora Sánchez (inolvidable en Te quiero, muñeca con Maribel Verdu y Luis Merlo) demuestra una vez más la chispa que sabe imprimir a sus personajes que interpreta, provocando la carcajada constante y es la que, de hacer inicialmente su trabajo, termina la más beneficiada económicamente del embrollo que se desencadena en la obra.

La hermosa Cuca Escribano demuestra sus grandes dotes para la comedia como ya pude comprobar en De par en par y se suma a la fiesta teatral que supone una obra que se pone en pie para que el público no pare de reír.

Jesús Cisneros y Yolanda Arestegui demuestran una vez más su complicidad en el escenario y es de destacar la seriedad del personaje de ella y cómo mantiene la compostura ante los acontecimientos que ve desfilar ante sus ojos.

La función se beneficia de una lograda escenografía (nunca había visto en teatro un timbre tan original) un hermoso vestuario y una actualización temporal y geográfica que acerca más la trama al espectador. 

Siguiendo la senda de Sé infiel y no mires con quién, Rumores o Ni contigo ni sin ti (sus anteriores y sonados éxitos) el equipo de No te vistas para cenar logra que se escuchen las carcajadas gracias al buen hacer, oficio y profesionalidad. Sólo una petición: que vengáis más veces.

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