viernes, 28 de febrero de 2014

Desgarradora historia de una venganza

                           CRÍTICA TEATRAL: HÉCUBA

Una de las grandes satisfacciones en esta vida es que unas expectativas que se tienen sobre algo se cumplan. En el caso de Hécuba se logra con creces. Desde que tuve noticia del proyecto, las personas implicadas en él y su éxito en el uĺtimo Festival de Mérida, tenía la intuición de que, cuando la viese, no me iba a decepcionar en absoluto.

En la segunda obra que vemos en Sevilla esta temporada dirigida por José Carlos Plaza tras El Diccionario, éste demuestra una vez más por qué es un director de escena de referencia. Es un auténtico maestro. De hecho, la primera función que vi dirigida por él tenía puntos en común con Hécuba: Se trataba de Fedra, con versión de Juan Mayorga, una sublime Ana Belén y un sólido Fran Perea, junto a Alicia Hermida y Chema Muñoz. Esa función me cautivó como lo ha hecho Hécuba, pero vayamos por partes.
Concha Velasco, una perfecta y asombrosa Hécuba
Tras recurrir a Vicente Molina Foix para poner en pie Electra, que pudo verse hace dos años en el Festival de Mérida, de nuevo con Ana Belén y Fran Perea, Plaza vuelve a trabajar con Juan Mayorga para contar la trágica historia que concibió Euripides de Hécuba, la reina rebajada a esclava tras la Guerra de Troya. Su particular venganza al serle denegada la justicia que pide por una traición es de las más brutales que se pueden perpetrar. La historia es llevada con gran pulso por Plaza que no baja la intensidad en ningún momento. La versión de Mayorga es de una pulcritud y limpieza que hace que la historia fluya como un río sin piedras. 

El elenco de actores se entrega al texto y a la dirección de Plaza absolutamente. Concha Velasco compone una inolvidable Hécuba, mostrando toda su desdicha y sufrimiento tanto por la situación en la que se encuentra como por la muerte de sus hijos Polidoro y Políxena, en el momento que nos muestra la obra. La actriz despliega todo su potencial dramático en unos parlamentos asombrosos dichos con claridad y sobrecogimiento y la escena final de su personaje y de la obra queda grabada en la retina del espectador. Con Hécuba, Concha Velasco demuestra una vez más la gran actriz que es y que la pasión por su profesión es infinita. Otro personaje para el recuerdo como Filomena Marturano o Madame Rosa, y eso sólo por hablar de los que le he visto sobre las tablas.
Apoteósico momento de la obra
Al torrente interpretativo de Concha Velasco hay que sumar los extraordinarios momentos que el resto del elenco demuestra sobre el escenario: José Pedro Carrión, quien está versado en las tragedias griegas, ya que ha protagonizado La Orestíada, también dirigido por Plaza, y Las Troyanas, compone un Ulises al que presta su portentosa voz y unos matices en actitud y gestos que enriquecen al personaje y sorprenden a más de uno, sobre todo al que conozca más al personaje por La Odisea que por lo que hizo en Troya, por lo que sirve para ilustrar a los espectadores.

Precisamente el requerimiento de Ulises hace que llegue  uno de los primeros momentos impactantes de la obra a cargo de María Isasi, en el papel de Políxena. Su dramatismo combinado con la aparente aceptación de su destino produce un momento que encoge el alma: el abrazo final a su madre antes de ir al sacrificio. María Isasi le da al personaje una gran intensidad y regala unos momentos difíciles de olvidar.
José Pedro Carrión, María Isasi y Concha Velasco. David Ruano
Por su parte Juan Gea demuestra su porte regio para interpretar a Agamenón con la majestad que requiere el personaje. Su aire altivo está muy bien mostrado para dejar clara la posición de superioridad en la que se encuentra en un juego para el espectador curioso: No sabe el trágico destino que le espera, aunque se lo profeticen.

Alberto Iglesias como el traidor Poliméstor demuestra una fuerza brutal en el escenario sobre todo cuando Hécuba consuma sobre él su venganza. Luis Rallo tiene una intervención clave como el espectro de Polidoro, un claro antecedente de Hamlet y la imagen de su cadáver junto al de su hermana contemplado por su madre parte el corazón.
Hécuba tras consumar su venganza sobre Poliméstor
Por otro lado las esclavas que sirven de coro muestran una fuerza en el escenario que complementa correctamente el conjunto de la obra sobre todo con esa Pilar Bayona enloquecida y exhausta por lo que vivió en la guerra o Denise Perdikidis, con un físico impactante y que va como anillo al dedo al personaje o Marta de la Aldea, con una portentosa voz.

La función se redondea con una poderosa escenografía del propio José Carlos Plaza, mostrando el paisaje desolador en la orilla de una playa donde llegó el fragor bélico y arrastra cadáveres. La ambientación se completa con el acertado sonido ambiental y las musicas de Mariano Díaz y los actores están perfectamente imbuidos en sus personajes gracias al impecable vestuario de Pedro Moreno y la caracterización con matices espectrales de Juan Pedro Hernández.

La función hizo que el grito de la perra en la que Hécuba se transforma se fundiera con los entusiastas aplausos del público que abarrotó el Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde permanecerá hasta el domingo. VIVA EL TEATRO, LA CULTURA Y LA CANTIDAD DE GRANDES PROFESIONALES QUE HACEN POSIBLE PONER EN PIE UNA OBRA COMO HÉCUBA.

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