sábado, 1 de febrero de 2014

Lola Herrera: "Cuando me dijeron que Norman era Héctor Alterio sentí una felicidad total"

Lola Herrera es una actriz con un brillo especial en la mirada. Su profesionalidad está fuera de toda duda gracias a la calidad de sus numerosos trabajos en la televisión, el cine y el teatro. Desde el miércoles representa en el Teatro Lope de Vega de Sevilla junto a Héctor Alterio En el estanque dorado, dirigidos por Magüi Mira con un éxito de público apabullante.

El Rinconcillo de Reche habló con la actriz vallisoletana de la obra, su trabajo con sus compañeros, y con su hija Natalia Dicenta en otras ocasiones y recordó con ella otros trabajos de su extensa carrera, donde ella brillaba, al igual que sus expresivos ojos.
Un momento de la entrevista. Paula Linero

Pregunta: ¿Cual es el origen de su participación en En el estanque dorado?

Lola Herrera: Yo trabajo con Pentación, con Jesús Cimarro, desde que hicimos Solas (en 2005). He hecho varios montajes con él como productor y al terminar uno (Querida Matilde) teníamos que empezar otro y en la búsqueda me leyeron varias funciones pero no terminaban de convencerme. Entonces un día me llamó Jesús Cimarro y me dijo "¿Qué te parece En el estanque dorado?" y me pareció muy bien porque yo tenía un recuerdo estupendo de la película. Desde ese momento, como yo le había dicho a Jesús que quería que el próximo proyecto lo dirigiese Magüi Mira. Ambos estaban de acuerdo y empezaron hacer la gestión para buscar al actor que encarnase a Norman y cuando  me dijeron que era Héctor Alterio ya no hubo ninguna posibilidad de duda sino júbilo, una felicidad total y asombrosa porque te pasas la vida, trabajando, repitiendo con mucha gente y sin trabajar con gente que admiras mucho y que no te encuentras.

P.: Magüi Mira ha demostrado ser una gran actriz y directora ¿Qué destacaría de ella en esta segunda faceta profesional?

L.H.: Tiene una manera de trabajar armonizadora. Tiene las ideas muy claras de lo que quiere y, por un camino o por otro, lo consigue. Ha sido muy cómodo trabajar con ella porque es muy entusiasta, se entrega totalmente a su trabajo y ha sido un camino estupendo el que he recorrido con ella.

P.: En el estanque dorado está teniendo una respuesta muy positiva por parte del público ¿recuerda alguna reacción que le llegase de algún espectador, porque se sientan identificados en un momento dado?

L.H.: Es que es la vida. Un amigo mío de Valladolid, que es restaurador y un hombre con muy buen humor, cuando fue a ver la función entró llorando por la emoción que le causaba la relación del padre y de la hija. En la función las cargas de profundidad están ahí y se tocan: hay emociones, que están ahí latentes, un punto dramático, que es la enfermedad y luego está la risa. El público se ríe mucho porque el humor y las situaciones que se crean con Norman son muy divertidas y Héctor está sublime porque él es grande, grande, grande.

P.: ¿Es entonces la primera vez que trabaja junto a Héctor Alterio?

L.H.: Habíamos coincidido previamente en una secuencia de una película, ¡Arriba Hazaña! que producía José Sámano en 1978, desde entonces yo le he seguido su carrera pero no habíamos vuelto a coincidir.
Lola Herrera y Héctor Alterio en la presentación de la obra. Alejandro Reche Selas

P.: Pero la química entre ambos es muy buena y eso llega al patio de butacas...

L.H.: Sí que hay muy buena química. Él es un actor muy generoso y yo también soy una actriz muy generosa, entonces, tanto Luz Veldenebro como Camilo Rodríguez y Mariano Estudillo, que es el más joven, están entregados totalmente, se quedan entre cajas viendo todo lo que hacemos desde que empieza la función y hay un entendimiento y una buena onda estupenda, además de unos técnicos estupendos, y todos estamos muy unidos, con una compenetración al máximo que va a favor del espectáculo.

P.: Echando la vista atrás, usted pertenece a una generación de actores admirable, ya que tengo entendido que, además hacer de todo y mucho en la televisión desde sus comienzos, lo compaginaban en ocasiones con dos funciones en el teatro...

L.H.: Así es. Aquello era un trabajo...cuando he escrito el libro y tenía que ahondar en todo eso me pongo a pensar que, yo que lo he vivido, no entiendo de dónde sacábamos las energías para todo eso todo aquel grupo, que era pequeño realmente. Ahora hay mucha más gente pero en aquella época eramos pocos los que hacíamos todo ese trabajo, y durante muchos años.

La actriz en uno de los muchos dramáticos que hizo en TVE
P.: ¿Es cierto que usted, haciendo Rebelde con Vicente Parra, estaba embarazada de su hija Natalia y disimuló el embarazo hasta los ocho meses? 

L.H.: Efectivamente. Estuve trabajando hasta los ocho meses. Debuté con tres meses de embarazo pero no lo sabía nadie, porque yo, además, era un junco y además primeriza. Sólo lo sabía Vicente que era mi amigo, además del coempresario de la compañía. Pero los demás no sabían nada y lo fueron sabiendo con el transcurso del tiempo porque tampoco sabíamos el éxito que fue Rebelde. Esta obra se estrenó porque Cita en Senlis de Jean Anouilh la tira la censura y entonces Alfonso Paso escribió Rebelde en quince días y la estrenamos sin saber el éxito tan grande que iba a ser ni que íbamos a estar representándola tanto tiempo. Entonces yo dejé de trabajar a los ocho meses para dar a luz y a los diecisiete días me reincorporé a la compañía.


El viaje al pasado continúa enseñándole el programa de Cinco horas con Mario del 2002 donde Josefina Molina continuaba en la dirección.
Momento de la entrevista recordando Cinco horas con Mario. Paula Linero

P.: ¿Qué supuso para usted esta obra?

L.H.: Fue un antes y un después en mi vida profesional y personalmente. Cambió mi vida, fue una inflexión. La función me llega con cuarenta y cuatro años cumplidos y estaba en esa edad en la que miraba hacia atrás y me cuestionaba muchas cosas. Cuando llegó esto me entusiasmé con el texto, pero sin llegar a pensar que llegara a ser lo que fue. Me dio un espaldarazo personal importantísimo y, además, me ayudó a acelerar ese balance que yo estaba haciendo de vida y todo supuso un cambio muy grande.

P.: Usted estrena la obra en 1979 y la sigue haciendo intermitentemente combinándola con otros trabajos hasta el año 2002 más o menos ¿Qué tenía ese personaje, Carmen Sotillo, para poder interpretarlo durante tanto tiempo? 

L.H.: Miguel Delibes era un maestro. Él a veces decía que Josefina y yo habíamos llegado más lejos que él escribiéndolo, que habíamos visto cosas que él no había pensado. Siempre encontré cosas nuevas. Cuando hice la última temporada le dije a Sámano que ya no la iba a hacer más, y que podía hacer con el texto lo que él quisiese, con otra actriz etc... Yo sentía que había agotado las posibilidades y, sobre todo, no quería agotarlas del todo porque quería hacer otras cosas y esta obra me absorbía mucho tiempo y energía porque era un esfuerzo importante. Pero cada vez que volvíamos Josefina y yo a retomar la obra la veíamos desde otro ángulo porque sumaba lo que había vivido en ese tiempo más las otras mujeres que en ese tiempo había interpretado y eso te hacía ver desde otra perspectiva al personaje y te daba otros pasadizos, secretos como mujer y lo hacías desde un lugar diferente.
Lola Herrera interpretando Cinco horas con Mario
En el texto de Delibes había una cosa riquísima: Carmen habla, o, mejor dicho, piensa en la novela. Pero está llena de tópicos, de frustraciones y lo que dice es lo contrario de lo que siente. Es una incoherencia total. Ella habla por boca de ganso, lo que ha aprendido, como la han enseñado, en lo que se ha educado, pero ella está rebelada porque ella se ha perdido muchas cosas y eso lo puedes llevar hasta el infinito.

Otro recuerdo surge al enseñarle el DVD de La Barraca
La actriz sonríe al ver el DVD de La Barraca. Paula Linero
L.H.: Primero hicieron una mejor que fue Cañas y barro, que tuvo unos medios con los que La Barraca no contó y se hizo con dificultades. Pero guardo unos recuerdos estupendos del rodaje. Con Victoria Abril me reía muchísimo, es muy divertida y recuerdo mucho a Luis Suárez, que interpretaba a mi marido, y me da mucha pena que falleciese tan pronto, porque era otra persona con un gran sentido del humor y unas inmensas ganas de vivir, además era guapísimo y, sobre todo, era normal y corriente. Él no sabía ni que fuese tan guapo ni tan gracioso, era muy espontáneo y me llevé un gran disgusto cuando me enteré que había muerto.
Lola Herrera con el recordado Luis Suárez en La Barraca
Fue mucho tiempo el que estuvimos en el rodaje todos juntos. Yo iba y venía porque había personajes que eran fijos y me mandaban a casa para volver a los dos días por lo que decidí quedarme en el hotel que era antiguo pero tenía mucho encanto, con la playa al lado y rodando en primavera. Nos  comíamos unas paellas riquísimas. Las reuniones antes de irnos a dormir eran de mucha risa. Lo pasé muy bien con todos: Álvaro de Luna, Marisa de Leza...dábamos paseos por la playa. Yo recuerdo esa época como un alto en el camino del teatro de varios meses estupendo.

P.: Yo, hace tiempo estaba viendo en la televisión una película empezada que usted protagonizaba y la acabé fascinado. Luego me enteré que se trataba de La próxima estación (1982) de Antonio Mercero, donde usted tenía al final un enfrentamiento actoral tremendo con Alfredo Landa...

L.H.: Fue complicado todo aquello. Mercero quería que yo hubiese hecho la madre en La guerra de papá (1977), que hubiese supuesto mi primer trabajo precisamente con Héctor Alterio, pero no pudo ser porque Mercero quería una mujer esplendorosa y yo era una mujer corriente. Cuando llegó La próxima estación acepté el papel, que fue una compensación por no haber podido hacer La guerra de papá. Hubo dificultades. Coincidió, además, que yo ya estaba con Cinco horas con Mario. Landa era difícil, era todo lo contrario a lo que yo me imaginaba que podía ser Landa. Los niños estaban espléndidos. Yo hablaba mucho con Cristina Marcos que era una chica muy callada e hicimos muy buenas migas, al igual que con Alberto Delgado, el hijo de Fernando Delgado.
La actriz con Alfredo Landa en La próxima estación
P.: Su hija Natalia debuta precisamente en un Estudio 1 que usted protagonizaba, Seis personajes en busca de autor...

L.H.: Exacto, yo era la protagonista y ella era la hermana pequeña. Luego hicimos juntas Verano y humo de Tennessee Williams y ella hacía el personaje de Alma de pequeña, pero eran favores que me pedían los realizadores, porque antes no hacían castings. Hizo varias cosas pero yo lo corté. Decidí que si quería dedicarse a esta profesión cuando fuera mayor que lo hiciese pero que en ese momento hiciese su vida y tuviese su infancia y tal.

P.: Luego coincidieron en los escenarios haciendo Eva al desnudo. Supongo que compartir escenario con su hija debe de ser algo especial ¿no?

L.H.: También hicimos juntas Solas. Me gusta mucho trabajar con ella porque es muy buena y cuando estoy en el escenario lo que quiero es trabajar con la mejor gente. Ahí me olvido de que es mi hija, porque las relaciones familiares son otra cosa.
Lola Herrera y Natalia Dicenta en Solas
Lo que ocurre es que hay una muy buena empatía porque, cuando estás con ella, te da muchas cosas y es una experiencia muy agradable.

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