sábado, 22 de marzo de 2014

Nuria Gallardo:"Hay público que se identifica con mi personaje en "Recortes'"

Nuria Gallardo  regresa a Sevilla por motivos teatrales. Si en enero estuvo en el Lope de Vega representando La verdad sospechosa con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, interpretación que le ha hecho ganar el Premio de la Unión de Actores, la actriz representa hasta hoy en el Teatro Central el monólogo Reflectante de Clara Brennan que, junto a Frágil de David Greig, interpretado por Alberto San Juan, conforma el espectáculo Recortes, dirigido por Mariano Barroso, un auténtico golpe encima de la mesa ante situaciones desgraciadamente muy cotidianas.

La actriz, con la simpatía que le caracteriza habló para El Rinconcillo de Reche de su experiencia con la obra, su entrañable personaje, Rosario, la situación actual y de hasta su próximo viaje a Méjico. Siempre es un placer entrevistarla y, por supuesto, leer sus respuestas.
Con Nuria Gallardo tras la representación de Recortes
Pregunta: Vuelve a Sevilla, esta vez con Recortes, con la que lleva un año desde su estreno en Madrid  ¿cómo se involucra en el proyecto?

Nuria Gallardo: El director Mariano Barroso se fue a Gran Bretaña, lugar donde se está haciendo lo que se denomina Theatre Uncut. Lo forman un grupo de autores que escriben una serie de piezas cortas que dejan libres de derechos para quien lo pueda representar durante un tiempo. Se llevó una serie de libros para leerlos y encontró las dos piezas que forman Recortes: Reflectante de Clara Brennan y Frágil de David Greig. Yo estaba yendo con él a unas clases de cámara para estar siempre entrenada. Me pasó el texto de Reflectante pero no sabía si era para que lo interpretase yo. Cuando lo leí me enamoré y a los dos días hablamos y me pidió que protagonizase el texto mientras que el otro lo haría Alberto San Juan y me pareció maravilloso. 

P.: ¿El espectáculo está concebido así originalmente?

N.G.: No, Mariano Barroso ha creado Recortes juntando los dos monólogos, que son independientes, ya que la duración aproximada de ambos es de media hora. Yo, además hago la presentación del pasaje de Alberto porque está así indicado por el autor: El texto debe de presentarse porque, al haber tantos recortes, el autor ha decidido que el público haga del otro personaje de ese texto leyendo en una pantalla lo que ha de decirle. Él sí interactúa con el público. Yo no. Yo hablo con el público y ensayo con ellos cómo han de hacerlo.

P.: Su personaje, Rosario, es entrañable por lo que hace y por los motivos por lo que lo hace ¿Destacaría alguna reacción del público tras ver la representación?

N.G.: Lo mejor que me ocurrió fue en Barcelona. Allí estrenamos en el Lliure y en el público había un padre que había perdido a su hija con parálisis cerebral y cuando acabó la función habló conmigo de padre a padre que había perdido un hijo. Hubo momentos en que me dijo: "Como tú sabes...". Eso me llegó mucho porque significa que me han identificado con el personaje. Además yo en la función llevo peluca, por lo que no se me reconoce. Voy maquillada de payaso y parezco otra persona y al verme hay una identificación con el personaje. Son personas que, a pesar de pasar por situaciones muy duras tienen fuerzas para tirar hacia adelante, son luchadores natos.

P.: Su personaje se disfraza de payaso por sus circunstancias familiares ¿qué opina de la gente que usa la palabra "payaso" como un insulto? 

N.G.: No merece la pena expresar una opinión sobre esas personas. Creo que un payaso es una persona que desnuda su alma en un escenario a cambio de una sonrisa. No hay nada más bonito. A mí me encantan cuando me dicen "eres una payasa" porque tengo mucho sentido del humor, descaro, me gusta hacer muchas bromas, soy muy coqueta...Pero, ojo, hay que tener una gran calidad humana para ser un buen payaso, y eso es otra cosa diferente. Yo no soy clown. Me hubiese gustado llegar a serlo. He estudiado un poco pero no me lo considero porque es muy difícil ser payaso. Si la  gente conociese un poco más lo que significa ser payaso tendría más respeto.
La actriz en plena actuación, caracterizada como Rosario

P.: Es la primera vez que trabaja con Mariano Barroso ¿qué destacaría de él como director teatral?

N.G.: Es una persona que tiene muy claro en su cabeza lo que quiere y te da el tiempo para que eso llegue a su sitio. Me llevo muy bien con él y le respeto mucho. Ambos teníamos muy claro desde el principio qué es lo que buscábamos en mi personaje. Luego, he hallado algo que para mí es muy difícil: Al llevar tantos años en la profesión tienes una serie de clichés o pequeñas cosas que se te pegan, y con este personaje hemos intentado ser lo más transparentes, desnudos y verdaderos posibles. Hemos intentado que todo salga de dentro sin hacer nada y eso es complicado.

(La actriz hace un paréntesis para exponer una excelente reflexión sobre el momento actual que vivimos)

N.G.: Nosotros, en general, como seres humanos, deberíamos tener menos miedo a equivocarnos y ser más reflexivos con lo que hacemos. Eso políticamente tiene sus consecuencias. El 21% de IVA me parece un error obvio que además parece que no tiene vuelta atrás. Por eso pienso que si todos fuésemos capaces de reconocer nuestros errores, quizás, con muchas de las cosas que están pasando (Recortes en Sanidad, en Educación, Cultura etc...) podríamos aprender de esos errores y restablecer ciertas cosas: En Educación se está perdiendo una generación completa, en el terreno sanitario está muriendo gente y en Cultura ni te cuento, la cantidad de teatros que han cerrado, el 80% de la profesión está en paro y el 70% de los actores no puede vivir de su trabajo, y sólo queremos vivir dignamente de lo que nos gusta, no queremos tener grandes lujos, sólo vivir de nuestro trabajo, poder comer.

P.: Si uno repasa su trayectoria teatral encuentra una serie de obras clásicas pero también obras transgresoras o propuestas radicales, como La vida es sueño dirigida por Calixto Bieito, Marat Sade o La evitable ascensión de Arturo Ui ¿Se puede decir que usted que usted suele ser valiente y tira para delante?

N.G.: Todos vamos en un mismo barco. Cuando un director te contrata, te plantea su propuesta y te pregunta si te interesa y si es así, vas de cabeza, no te quedas a medias. Pienso que si se hacen las cosas se hacen bien hay que arriesgarse hasta el punto de, si está bien, estará estupendo y si esta mal será un resbalón importante pero por lo menos se podrá distinguir claramente lo que está bien de lo que está mal. Si lo haces a medias tintas, nunca lo sabrás del todo, porque se quedará en un proyecto de "hacer", no en algo hecho.

P.: Esas propuestas mencionadas se salían de lo clásico...

N.G.: Pero eso ocurre porque la gente tiene un concepto muy encajonado de lo que es clásico. Por ejemplo, en La vida es sueño, Rosaura, mi personaje, es una mujer que recorre miles de kilómetros a lomos de un caballo, jugándose la vida, disfrazada de hombre para que le devuelvan su honor. Eso ya es una transgresión. Ella busca a un hombre que no quiere dar la cara tras haberse acostado con ella y quiere casarse con él, y a partir de ahí lo que sume. Lo que no quiere es que le pase lo mismo que le pasó a su madre. Ya Calderón era transgresor y ahora puedes contar la historia como te dé la gana. Si no existiese esa transgresión no podrían hacerse esas varias maneras de escenificarlo. Se puede montar desde lo más clásico, sintético, minimalista hasta lo más arriesgado. Mientras se siga y se respete a Calderón todo vale.
En un intenso momento de La vida es sueño, dirigida por Calixto Bieito
P.: ¿Qué me puede decir del Premio de la Unión de Actores por su interpretación en La verdad sospechosa

N.G.: Estoy muy contenta porque es un premio que otorgan los compañeros y es un premio de cariño, respeto y amor, y el hecho de que se hayan acordado de mí siempre es un placer enorme. Pero yo sigo pensando que cuando te dan un premio por una función es un trabajo de equipo. Tú no estás brillante si no lo están tus compañeros. Me he llevado una gran alegría por ganar el premio pero también estaba nominada Pepa Pedroche, que es una actriz excelente. En el reparto está Marta Poveda, que está estupenda. Está Rafael Castejón, Joaquín Notario, David Lorente... Te puedo decir uno a uno todos mis compañeros, los cuales, si no hiciesen bien su trabajo, yo no podría lucir el mío. Esto es un juego de dos y más en este caso que son dos damas. Un partido de tenis no se juega solo sino entre dos. En Recortes se va a ver un monólogo pero en realidad es una conversación con otras personas, que en este caso es el público, pero es un diálogo.

P.: En el horizonte cercano de La verdad sospechosa está el viaje a Méjico para representarla allí ¿Cómo vive la llegada de esa experiencia?

N.G.: Pues con miedo por ir en avión pero el hecho de que un texto de Juan Ruiz de Alarcón se represente en su tierra, cruzando el charco para hacerla allí, da mucho respeto. Yo ya estuve en Méjico haciendo Tirano Banderas y fue maravilloso, ya que también fuimos a Panamá y Colombia, concretamente a Bogotá. Además, la reacción del público fue muy buena. Tirano Banderas habla de una situación relacionada con los terratenientes de allí y el público reía y reaccionaba con cosas que nosotros ni nos las podíamos imaginar en España. Entendían mucho mejor lo que estaba pasando. Mientras que nosotros lo hemos tenido que estudiar y ellos lo tienen en la sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario