lunes, 12 de enero de 2015

En una palabra: Brutal

        CRÍTICA TEATRAL: LA EVITABLE ASCENSIÓN DE ARTURO UI

No suelo titular las críticas con una palabra, pero lo que vi anoche en el Teatro Central merece este calificativo. El C.A.T. ha vuelto a los escenarios con La evitable ascensión de Arturo Ui, una de las obras capitales de Bertolt Brecht. Si aquella obra usaba el contexto del mundo de los gangsters para hacer una alegoría de Hitler, el director del montaje que nos ocupa, Carlos Alvarez-Ossorio, junto con la dramaturgia de José Manuel Mora, opta por ofrecer un espectáculo directo sin concesiones y, sobre todo, aproximándolo al espectador.

Volviendo al título de la crítica, es brutal la historia que se cuenta, la manera en que se cuenta y el trabajo de los actores. Con unas simbólicas cajas de cartón como principal elemento escenográfico, la obra tiene un intencionado comienzo caótico donde, en medio de esas cajas desordenadas, vamos conociendo poco a poco datos del entramado político-económico inicial del que surge Arturo como una especie de Salvador. 

La propuesta de Álvarez-Ossorio no escatima en mostrar acciones deleznables en toda su crudeza para constatar que, algunas personas, para llegar a lo más alto, no tienen inconveniente en pisar o dejar por el camino a quien sea, hasta a personas estimadas, y lo más gracioso, por decirlo de alguna manera, es que esas personas pretenden que confiemos en ellas después de presenciar todo lo que han hecho.

Uno de los momentos de tensión de la obra. Luis Castilla
Si brutal es la propuesta, no lo es menos el trabajo de los actores. Juanfra Juárez compone un Arturo Ui del que presenciamos constantemente sus diversas facetas: aparente persona transparente y honrada, cruel y sin escrúpulos. Una transformación que lo lleva hasta lo más bajo en lo que se refiere a la moral y que lo convierte en un animal que sigue, en un momento dado, sus instintos más primitivos, aparcando la razón absolutamente. Juárez realiza todo este arco emocional, que incluye momentos de tormento personal, porque la mala conciencia ataca inconscientemente, de manera ejemplar y se ve acompañado por unos compañeros en escena actores que contribuyen a potenciar la sequedad de la historia.

Antonio Garrido y Gregor Acuña interpretan a los hombres de confianza de Arturo Ui y están inmensos especialmente cuando se muestran las fisuras dentro del círculo de Ui por la diferente visión que tienen ambos de cómo llevar a cabo ciertas acciones. El enfrentamiento de ambos, con un Acuña como voz de la conciencia de Ui y Garrido como más visceral y sibilino, sube el grado de tensión de la obra que, lógicamente, ha de explotar por algún lado y vaya si lo hace, pero esto me lo reservo para que vayan a verlo.

Otra interpretación maravillosa es la de María Alfonsa Rosso como la vieja Aramburu, ejemplo de persona corrupta que, inicialmente, parece una víctima más del sistema cuando en realidad no es así. El enfrentamiento con Arturo Ui es uno de los más intensos de la función con una Rosso descarnada en su interpretación demostrando, refiriéndome a su personaje, que no le tiene aparentemente miedo a Arturo Ui pero no deja de ser una escena inquietante.
Juanfra Juárez y María Alfonsa Rosso en otra dura escena. Luis Castilla

Todo el elenco está en estado de gracia. Laura Barba y Daniel Ortiz como el matrimonio Dolfi o Paqui Montoya exponen, gracias a sus dotes interpretativas, la incredulidad ante el ser en el que Ui se convierte una vez tiene el poder, siendo algunos de ellos víctimas y otros se atormentan contemplando lo que ya parece ser que no tiene vuelta atrás.

Todos los actores en suma, contribuyen a llevar a buen puerto una obra que nos plantea situaciones desgraciadamente muy familiares y que debería servir de reflexión para intentar cambiar un poco las cosas.     

1 comentario:

  1. Muy buena la obra, grande el CAT y grandes su actual director y esos magníficos autores. Obra muy recomendable en los tiempos que corren. Dará que hablar, que no te lo cuente,,,

    Magnífica crónica

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