domingo, 31 de mayo de 2015

Alberto Iglesias: "Los personajes de 'Cuarteto' juegan para soportar el tedio de la vida"

Alberto Iglesias demuestra con cada paso que da en su carrera que es un actor brillante. Sigue de gira con El largo viaje del día hacia la noche, donde borda su personaje, Jamie Tyrone, junto a Mario Gas, Vicky Peña, Juan Díaz y María Miguel y, además, se encuentra a pocos días de estrenar una nueva obra de teatro. Se trata de Cuarteto, del dramaturgo alemán de referencia Heiner Müller, donde se mete en la piel de Valmont, el famoso personaje de Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos, que mantiene un mano a mano con Merteuil, el otro personaje clave y malvado de la citada novela epistolar del siglo XVIII, al que da vida Antonia Paso, dirigidos por Pablo Rivero Madriñán. El montaje se estrenará el póximo 5 de junio en LaZonaKubik de Madrid donde se podrá ver también los días 6 y 7. La semana siguiente el montaje se podrá disfrutar en Nave 73 los días 10, 11, 17 y 18 de junio.
Alberto Iglesias                                                                                 Moisés Fernández
El Rinconcillo de Reche habló con Alberto Iglesias, un torrente de profesionalidad y simpatía, para hablarnos de diversos aspectos de Cuarteto, la gira de la obra de O'Neill y de su participación en dos potentes series en fase de rodaje, pasen y lean.

Pregunta: Si no estoy mal informado, ya tuvo un primer contacto con Cuarteto en 2007...

Alberto Iglesias: Esta obra la hicimos en la RESAD Antonia Paso y yo con Pablo Rivero Madriñán como director, pero fue un trabajo de fin de curso que, por decirlo de alguna manera, no lanzamos al mercado, pero nos quedamos  con un buen sabor de boca y estuvimos buscando algún hueco para retomarla. Ahora algo ha cambiado porque, tras estos ocho años que han pasado, ninguno de los tres somos los mismos de entonces.

P.: Cuarteto se centra en Valmont y Merteuil, dos personajes míticos de la literatura, pero el público que vaya a ver la obra no verá una representación de Las amistades peligrosas, de donde ambos proceden...

A.I.: No, claro. Una de las cosas que decía Heiner Müller, el autor de la obra, es que él destruye todo lo que le obsesiona. También lo hace con Hamlet, cuando concibe Máquina Hamlet o cuando hizo Medea Material. En Cuarteto toma a Valmont y a Merteuil pero el público ve una obra totalmente original, tomando como referencia la novela epistolar de De Laclos. Con estos personajes hace un juego perverso en el que se habla del amor, la muerte, la pasión, la lascivia, el compromiso. Es un texto absolutamente moderno. Lo que pretendemos es que los espectadores entiendan que estos dos seres están aparentemente solos en un búnker, en los años previos a la Revolución Francesa o en el fin de la civilización, y los dos juegan interpretando a otros personajes para, entre otras cosas, soportar el tedio de la vida.

P.: La obra supondrá algo especial para aquellos espectadores que sepan el final de Valmont y Merteuil en la novela ¿no?  

A.I.: Sí, se divertirán mucho porque lo que hace Müller es un juego magistral desentrañando de Las amistades peligrosas todo lo que hay que a él le interesa pasado por su mano y por su ingenio, con un lenguaje poético a la vez que duro e hiriente. No es una obra de teatro al uso. Los personajes son complejos y el público se va a poder acercar al universo de Müller, un hombre clave en la literatura contemporánea.
Iglesias en Cuarteto. Carlos Bandrés
P.: ¿Cómo se ha preparado para meterse en la piel de Valmont? ¿Ha tomado otros referentes teatrales o cinematográficos?

A.I.: Yo me nutro, cada vez que voy a interpretar un nuevo personaje, de lo que tengo delante, en este caso el texto de Müller. Ése es mi principal punto de referencia. Luego intento encontrar lo que hay de mí en Valmont según la lectura que hago pensando en lo que yo le puedo aportar al personaje. No he querido ver la película de Las amistades peligrosas para no pensar en John Malkovich y hacer mi propio Valmont. Por cómo lo hemos afrontado se puede decir que es un Valmont bastante humano, entrado ya en una cierta edad y que se da cuenta de que esa vida lujuriosa ya no le satisface y decide emprender otro camino.

P.: Claro porque a Valmont siempre se le ha retratado como alguien movido por sus bajos instintos, pero en Cuarteto está en otro momento... 

A.I.: Totalmente, esa forma de vida ya no le aporta satisfacción, es más, le produce dolor e intenta cambiar. Uno de los logros del montaje cuando lo hicimos hace ocho años fue que la gente que lo vio nos llegó a decir: "He entendido Cuarteto". Consideramos que es una buena crítica a nuestro trabajo porque el público entendió a los personajes, lo que les pasa, se emocionaron con ellos y lo que vieron les hizo reflexionar.

P.: Por lo que está contando en esta obra llegamos a entender y tener una visión diferente de dos personajes que inician un juego en el que dejan víctimas a su paso...

A.I.: Sí, ése es uno de los aciertos de Müller. Al estar tan obsesionado con los personajes investiga lo que quieren y desean, la razón de sus fracasos, porque, al fin y al cabo, son dos fracasados emocionales, les cuesta amar y comprometerse y se amparan en el juego que puede ser peligroso en un momento determinado, y eso es muy bonito para el actor.

P.: ¿Cómo ha sido el trabajo de dirección de Pablo Rivero Madriñán?

A.I.: Él se ha basado en el trabajo de los actores, rodeándose de una estética lo más poética  posible intentando buscar un espacio entre dos épocas. Ha habido un intenso trabajo de análisis para sacar todo el jugo a las motivaciones de los personajes. A su vez, se ha trabajado mucho para clarificar y que se entienda bien el juego perverso de dos fieras como son Merteuil y Valmont. También se busca la complicidad con el público y meterlo en la historia, con cosas que van directamente a ellos.

P.: Un aspecto destacado de este montaje es el vestuario...

A.I.: Sí, es de Carlos Pinilla. Es precioso y se intenta también con él jugar con  las dos épocas. Todo es muy blanco, puro y luminoso contrastando con la oscuridad o las manchas que estos dos personajes tienen en su historial.

P.: Y el vestuario ¿a usted le ayuda mucho a la hora de interpretar a un personaje?

A.I.: A mí me ayuda muchísimo: Los zapatos, la borla, los pantalones de montar, el peto, de alguna manera te va armando externamente. A todo se le intenta sacar juego. En el proceso es ya la última parte porque el personaje lo construyes en tu interior primero y luego lo creas por fuera. Yo recuerdo que en Hécuba, interpretando a Polimnéstor, con el traje y la capa que hizo Pedro Moreno yo me sentía mucho más Rey de Tracia, aunque ya me sentía así dentro de mí. Todo ayuda a sumar para meternos en las diferentes pieles, que es lo que los actores hacemos.

P.: Pasando a otro tema ¿cómo está siendo la gira de El largo viaje del día hacia la noche?

A.I.: Acabamos de estar en Logroño. Pararemos en verano para retomarla en septiembre y entrar a mediados de octubre en el Teatro Romea de Barcelona para estar un mes. La gira está siendo fabulosa porque además notamos cómo la función va creciendo. A Logroño fue a vernos un dramaturgo de riojano que había visto una de las primeras funciones en el Teatro Marquina de Madrid y nos dijo que lo que hacíamos era maravilloso. Hemos tenido la fortuna de hacer bastantes funciones, pasándolo muy bien porque el texto de Eugene O'Neill es un mecanismo perfecto de emociones y de creación de conflictos. Me siento muy afortunado de estar en ella. Además, para Mario Gas y Vicky Peña será muy especial hacerla en Barcelona porque tienen muchas ganas de actuar en su tierra. Ya habíamos actuado en algunas ciudades catalanas pero no habíamos hecho temporada aún allí. Yo ya había estado con ellos en el Tívoli con Un tranvía llamado deseo hace cinco años y gustó mucho y los dos son muy queridos allí.
Con Mario Gas en El largo viaje del día hacia la nocheAntonio Castro
P.: Por último, he leído que va a participar en Carlos, Rey Emperador ¿qué nos puede decir sobre ello?

A.I.: Pues interpretaré a Antonio Mendoza, virrey de Perú, y empiezo este mes que viene a rodar con José Luis García Pérez, que interpreta a Hernán Cortés y hay un buen conflicto. También participo en un capítulo de otra serie que se está rodando, Apaches, y el personaje es una delicia.

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