lunes, 27 de julio de 2015

Magüi Mira: "El reparto de 'César y Cleopatra' era el que soñaba tener"

Magüi Mira sigue en la senda del éxito. Su faceta como directora no deja de darle alegrías. Acaban de terminar las representaciones en el Festival de Mérida de su último espectáculo, César y Cleopatra, en donde ofrece un interesante juego temporal en el que ha dirigido a cuatro actores de altura: Ángela Molina, Emilio Gutiérrez Caba (que vuelven a trabajar juntos tras la serie Gran Reserva), Marcial Álvarez y Lucía Jiménez, para dar vida a los dos célebres personajes del título. El resultado no ha podido ser más positivo y el público ha premiado con masiva asistencia la calidad de esta obra de Emilio Hernández (autor de la dramaturgia) y que cuenta con la excelente música de David San José. Esta coproducción entre el Festival de Mérida y Pentación comenzará en breve una gira por España en un momento en el que están también de gira otros éxitos dirigidos por Magüi Mira: En el estanque dorado y El discurso del rey, la adaptación del guión cinematográfico que dio origen a la película homónima ganadora de cuatro Oscars y en donde Mira dirige a Adrián Lastra, Roberto Álvarez, Ana Villa o Lola Marceli, tras sus representaciones en el Teatro Español de Madrid.
Magüi Mira*
El Rinconcillo de Reche ha hablado con Magüi Mira sobre César y Cleopatra, El discurso del rey y su visión sobre la profesión que ejerce con pasión ya sea encima de un escenario como actriz, directora o productora. Pasen y lean.  

Pregunta: Usted interpretó precisamente en el Festival de Mérida en 1996 Marco Antonio y Cleopatra ¿Esa obra le dejó con las ganas de indagar más sobre Cleopatra de una manera o de otra?

Magüi Mira: La verdad es que sí. Cleopatra es una mujer que ha trascendido a su propia muerte, como ocurre en el texto que Emilio Hernández ha escrito para César y Cleopatra. Demuestra además que seguimos hablando de ella en el año 2015. Es una mujer que fue maltratada por la Historia, por esa misoginia contra la que aún hoy las mujeres tenemos que seguir luchando porque no acaba nunca. Cleopatra es un ejemplo de mujer, porque gobernó su imperio con una gran sabiduría. Era muy culta, hablaba nueve idiomas, era matemática, astróloga, filósofa, geógrafa. Aunó el deseo de conquistar territorios y sumar culturas.
Un gran momento de César y Cleopatra en el Festival de Mérida*
Además, la historia que tuvo con Julio César fue una fusión total. Fue una pareja donde se unió el mundo emocional, la inteligencia, la pasión y el sexo. Todo esto sin renunciar a nada porque el sexo era un arte en aquel momento. Ella siguió cultivando su sexualidad femenina como hembra que era, y, al mismo tiempo, no renunció a nada de su mundo intelectual y emocional. En ese sentido me parece una mujer valiosa. Ella ganaba por la cama y por la cabeza.

P.: César y Cleopatra destaca por la originalidad de su propuesta escénica ¿Fue así desde el principio o se modificó algo durante el período de preparación?

M.M.: Es una propuesta del autor del texto, Emilio Hernández. Es un texto inédito. Luego está la forma de contarlo, con una maravillosa música de David San José, quien además fusiona el aria de la ópera Julio César de Hendel y la cantan ambas Cleopatras. Nosotros lo que proponemos al espectador es que se trasciende a la muerte física y colocamos a los personajes en el limbo de la eternidad, lo que permite a César y Cleopatra saber todo lo que ocurrió desde que fallecieron. Es un juego fascinante que el espectador disfruta mucho. Colocar a los personajes en el mencionado limbo permite hacer una reflexión sobre qué ocurre con el poder, la involución y la evolución de lo que los seres humanos creamos y también qué ocurre con el poder cuando lo ejerce un hombre o lo ejerce una mujer. He decidido contar todo esto como suelo hacerlo en las obras que dirijo: Una propuesta minimalista con mucha poesía, humor, y también hay momentos trágicos pues contamos las muertes de ambos personajes. Ese momento lo contamos de manera poética y trágica a la vez.
Ángela Molina,Lucía Jiménez y Marcial Álvarez en César y Cleopatra*
La obra plantea que Cleopatra, cuando trasciende a su muerte y se encuentra en el año 2015, no sufre de la misma manera. Tiene un sentido del humor y una ironía mientras que la Cleopatra y el Julio César reales están  jugándose la vida  por lo que ellos creen que es su destino. Luego nos damos cuenta cómo la Historia cambia las cosas cuando alguien muere.

P.: Por lo que cuenta, gracias a esta obra la gente se llevará otra imagen de ambos personajes porque hay personas que tienen en la mente la imagen de Cleopatra por la película protagonizada por Elizabeth Taylor...

M.M.: Sí, porque todo lo que ha escrito Emilio Hernández está absolutamente documentado, aunque, por ejemplo, la muerte de Cleopatra no está probada. No se sabe si Octavio la envenenó o si lo del áspid fue una fábula o fue verdad. Igual ocurre con las visiones de Julio César. Emilio se ha servido de lo que escribieron los contemporáneos de ellos, no de la ficción que se escribió después, sino de los historiadores de ese momento.

P.: Centrándonos ahora en el reparto creo que es la primera vez que, como directora, repite con actores: A Lucía Jiménez la dirigió en Un cuento de invierno y a Marcial Álvarez en Pluto. Por otro lado dirige por primera vez a dos grandes figuras como son Angela Molina y Emilio Gutiérrez Caba, con quien usted estuvo en el reparto de la serie Teresa de Jesús, aunque no compartieron escenas...

M.M.: Cierto. He de reconocer que hay actores con los que me encantaría repetir pero las circunstancias hacen que no pueda ser posible. Hablando del equipo técnico, siempre repito con David San José para la música y cuando no está es porque no puede, como con Helena Sanchis como figurinista. Lo de los repartos es un misterio, porque yo puedo tener una gran propuesta y un gran texto pero si no cuento con actores que quieran viajar conmigo y acepten mi propuesta todo se cae. En este caso ha sido maravilloso porque ha sido el reparto que yo soñaba con tener. No era fácil porque buscaba no a actores que se pareciesen físicamente pero sí que tuvieran una energía común, y la hay entre Lucía Jiménez y Ángela Molina y entre Marcial Álvarez y Emilio Gutiérrez Caba. Esta función es muy interactiva, porque, cuanto más minimalista es mi propuesta, más le estoy pidiendo al espectador.

P.: Pasando ahora a El discurso del rey, que ya ha empezado la gira, quisiera saber qué le atrajo del guión cinematográfico de David Seidler para llevarlo a escena

M.M.: Se da la circunstancia de que yo vi una adaptación teatral del guión en el Teatro Nacional de Helsinki, sin haber visto la película. Me gustó mucho lo que vi y me interesó la historia de superación personal que se cuenta, ya que nos mete a todos en el mismo barco, porque todos tenemos cosas que superar y sin disciplina ni esfuerzo es muy difícil. Además me interesó mucho el momento clave de la historia de Europa en el que transcurre la acción. El mapa hubiese sido otro seguramente si no hubiera pasado lo que pasó. Las cosas pueden cambiar en cuestión de segundos por una decisión, como en este caso la abdicación del heredero y de que el hermano quiso ser Jorge VI.
Adrián Lastra y sus compañeros al fondo en El discurso del rey*
También me interesó mucho la relación de hombres y mujeres, las cuales se suelen mostrar, como una gran cursilada, yendo un paso por detrás y en El discurso del rey se muestra cómo las esposas de ambos hermanos, Wallis Simpson y la reina Isabel, fueron las que de verdad gobernaron, porque los dos hermanos provenían de una familia enferma con una educación cruel por el hecho de ser de la Familia Real pero llegaron a sus vidas dos mujeres con sangre roja, de la calle. Wallis, que venía de América, se creía que estaba en la Edad Media. Ese choque cultural y el ver cómo esas dos mujeres finalmente, influyeron tanto en esos hombres, también me pareció muy interesante.

P.: Hace poco leí un artículo sobre el bache que las actrices tienen en un momento determinado de su carrera y usted ha demostrado dirigiendo cómo se puede seguir brillantemente en la profesión desde otro lado ¿Cree que dirigir es una buena opción para las actrices como alternativa a la interpretación?

M.M.: No, yo creo que lo que no hay que hacer es esperar a que un teléfono suene. Hay que generar los proyectos. Hace dos años, en La Anarquista, yo estaba como actriz y en mi cabeza tengo proyectos como actriz pero a la vez tengo una avalancha de propuestas de dirección. Hay personajes maravillosos y, si no, buscas quien te los escriba o los escribe uno mismo porque en este mundo la mayoría de los dramaturgos son hombres y en su imaginario las mujeres se dividen en hijas, madres, amantes y abuelas y hay un momento en que no eres madre ni abuela y cuando se llega a una determinada edad se ha demostrado que se puede luchar y generar proyectos. Muchos proyectos los he generado yo. Intento seguir aprendiendo pero si esperas a que suene el teléfono ni diriges ni actúas. Esa actitud pasiva es normal, si tienes talento, deberías esperar a que la gente te requiera pero, por desgracia en este país  eso no es así. La vida es levantarse para resolver.

*FOTOS CEDIDAS POR MAGÜI MIRA PARA ESTA ENTREVISTA

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