lunes, 17 de octubre de 2016

Jorge Dubarry y María José Castañeda: Historias teatrales con trasfondo social

María José Castañeda y Jorge Dubarry son dos profesionales del teatro a los que la realidad les impacta y tienen la necesidad de mostrarla sobre un escenario. Con una larga trayectoria a sus espaldas unen esfuerzos a nivel de producción con ¿Por qué Teatro?, creada a finales de los años noventa, y Teatro del Gallinero. Gracias a esta unión los sevillanos podremos disfrutar de dos espectáculos: El miércoles 19 y el jueves 20 de este mes representan en la Sala Cero El culto a la abundancia, la versión larga de una pieza de veinte minutos  escrita por Javier Berger hace tres años y donde se trata el tema de la religión ligada a la economía. Este espectáculo lo dirige Dubarry.

Jorge Dubarry 

Por otro lado están recorriendo la provincia de Sevilla con Paulina a secas durante el mes de octubre y noviembre para llegar al Teatro La Fundición del 1 al 4 de diciembre. También con dirección de Dubarry, tratan el tema de las terapias. De ambos espectáculos y muchas cosas más hablaron ambos para El Rinconcillo de Reche. Pasen y lean  


María José Castañeda
Pregunta: ¿Se puede decir que uno de los puntos en común entre los dos espectáculos es la crítica que contienen, eso sí, cada uno hacia un aspecto diferente?

Jorge Dubarry: Sí, nuestra línea de trabajo es hablar de las cosas que nos preocupan de nuestra sociedad, en la actualidad.

P.: En el caso de Paulina a secas tratan el tema de las terapias…

María José Castañeda: Sí, en nuestros espectáculos siempre pretendemos que la crítica sea sutil e intrínseca porque lo que queremos es contar una historia. En el caso de Paulina a secas el público asiste a una terapia colectiva, pero la terapeuta es algo peculiar, se la ha aplicado a sí misma y se le ha ido de las manos. Ese es el hilo que sustenta la dramaturgia. Debajo de todo eso está el aspecto crítico, ya que en este caso la terapeuta es latinoamericana y viene a Europa a buscar una vida mejor, va de un trabajo a otro pero en ninguno encaja. Los personajes de nuestros espectáculos son supervivientes más que perdedores o fracasados. La denuncia social que hacemos no nos gusta que sea panfletaria, ni hacer un discurso político. Lo que hacemos es colocar a los personajes en un contexto concreto a través de la historia que protagonizan y se analiza la realidad del personaje en un momento conflictivo.

J.D.: En El culto a la abundancia tratamos el culto al dinero de la sociedad capitalista. La nueva religión es el dinero y contamos la historia de unos personajes con una serie de sorpresas.

P.: Otra característica de ambos espectáculos es que rompéis la cuarta pared…

M.J.C.: Sí, sí. Casi a martillazos.

J.D.: Es una manera de acercarse más al espectador pudiendo hablarles, tocarles y transmitirles todo lo que queremos contarles. Es algo como más íntimo, como si les contásemos un secreto.

M.J.C.: Nosotros trabajamos con otras compañías de teatro con distintos estilos. Por nuestra propia infraestructura de creación personal, consideramos el teatro como un juego y queremos que el espectador participe en él. No queremos que nos observen, sino que estén dentro de la historia y que la vivan. En este tipo de teatro contemporáneo, en el sentido de que habla de las cosas que ocurren ahora, necesitamos la respuesta del público. Es por ello que la cuarta pared queda fuera de este estilo teatral.

P.: ¿Hubo algún caso concreto que motivase la creación de los espectáculos?

M.J.C.: Paulina a secas surge a partir de un viaje que hice a Latinoamérica en el que entré en contacto con profesionales del teatro de allí. Son un ejemplo de resistencia porque, si nosotros estamos pasando una crisis, yo he estado en pueblos de Argentina donde he visto grandes espectáculos. Cuando volví a España me quedé muy marcada por que allí viví y tenía enormes ganas de trabajar porque vi a gente pasando horas y horas creando y ensayando, a pesar de estar en situaciones complicadas. Sin embargo, siguen adelante porque aman lo que hacen. Luego he tenido amigas que se han venido a España en busca de una oportunidad y se han encontrado con muchas dificultades para cumplir sus sueños, que es lo que busca el personaje del espectáculo.
Un momento de Paulina a secas

P.: Lo que se ha demostrado es que el teatro se basa en el actor y la palabra, por lo que, si se pretende contar una historia, da igual los medios con los que se cuenten si se logra el objetivo…

J.D.: El teatro surge desde el momento en que haya un actor y un espectador. Cuando se ensaya el espectador puede ser el director o el regidor.

M.J.C.: Creemos que, si no tenemos mucho dinero para construir cosas que estén muy bien, lo mejor es no mentir y ser más honestos con la propuesta que ofrecemos, y llegar hasta donde podamos. Por eso incidimos en el trabajo del actor y en esa comunicación directa con el público sin disfrazar mucho la carencia de medios, sino, repito, ser más honestos. En este momento pretende explotar eso al máximo. Las obras son de formato medio, con mucha creatividad y horas de ensayo. Muchas veces menos es más. La naturaleza de las historias que contamos favorece el que tengan una estética más minimalista e incluso sugerir con elementos simbólicos. Hay que ser coherente entre la línea que sigues para contar la historia y cómo se traduce en escena.

J.D.: Nosotros recurrimos bastante al trastero, reutilizando elementos, transformándolos. Usamos, por ejemplo, el bombo de una lavadora para iluminar.

P.: A Javier Berger yo lo conozco como actor por Don Quijote en la patera pero ¿qué destacarían de él como dramaturgo?

J.D.: Él hace humor inteligente. Es el tercer texto en el que trabajo con él. Nos conocemos hace más de quince años y hemos coincidido en varias ocasiones. La primera ocasión fue en un monólogo que yo interpreté y que escribimos los dos titulado Ricky Ricardo. El artista plastificado. Luego hicimos una nueva versión, Histeria acústica para dos voces por Ricky Ricardo. Cuando surgió la idea de El culto a la abundancia llamé directamente a Javier y escribió un espectáculo de veinte minutos, y es el origen del texto que ahora vamos a mostrar, que es como la versión extendida. Con la versión corta estuvimos en Cádiz y Málaga. En la versión larga que se verá en la Sala Cero se incorpora Daniel Abad y tendrá música en directo.



M.J.C.: Siempre nos ha gustado trabajar con música. Me gusta cantar y me libera y lo pasamos muy bien. Solemos introducir temas propios que cantamos nosotros mismos. Hicimos una investigación sobre iglesias evangélicas con datos sorprendentes pero en el montaje se ha optado por un tono más paródico de todo aquello que hemos sabido. Yo animo a todos los actores a que canten todos.

P.: Centrándonos en las carreras de cada uno por ejemplo, Jorge, ha trabajado con personas como Lluis Pasqual ¿cómo fue la experiencia? 


J.D.: Yo trabajé con él en un laboratorio de análisis de textos teatrales. Presentó varios y cada uno trabajó sobre una propuesta. Yo trabajé el texto de Roberto Zucco de Koltés, del que ha hecho varios montajes. Trabajé con él durante un mes el texto y él nos iba guiando. Se aprende con él mucho, porque sabe mucho y te das cuenta con un análisis de texto. A nivel de dramaturgo destacaría a Juan Mayorga.

P.: ¿Cómo valora usted, María José, su experiencia en Teatro Clásico de Sevilla y en los talleres con Andrés Lima para el Tenorio que dirigió Blanca Portillo?

M.J.C.: Mi experiencia con Teatro Clásico de Sevilla ha sido muy buena porque tuve la suerte de regresar a Sevilla, tras varios años en Madrid formándome haciendo teatro, cine, y estudiando circo entre otras cosas. Volví a mi tierra con trabajo, nada menos que dirigida por Alfonso Zurro con el montaje de Carmen. Fue algo muy importante para mí. Me pareció un reto pero todo fue muy bonito. En la actualidad sigo trabajando con ellos y me ha dado muchas oportunidades y muchas experiencia. No he parado de trabajar con ellos textos clásicos, una formación fundamental, aparte de los textos contemporáneos que hacemos con nuestras propias compañías. Me ha dado bagaje y rodaje. Luego, la experiencia con Andrés Lima fue una experiencia totalmente diferente porque se acerca más al hiperrealismo a la hora de actuar, de conectar con las emociones verdaderas, de ser muy natural. Fueron días de trabajo intenso, también con Vicente Fuentes. Aprendí a analizar los textos desde otro punto y a quitar muchas capas a la cebolla. Son muy rigurosos trabajando y fue un proceso muy enriquecedor. Se trabajó mucho la conexión entre el texto y el cuerpo del actor, que es un transmisor y es un receptor de la emoción que te beneficia a tu propia interpretación.

 P.: ¿Por qué el público tiene que ir a ver El culto a la abundancia y Paulina a secas?    

M.J.C.: Porque van a ver dos obras de teatro, en las que se les contarán sendas historias muy conectadas con el sentir de hoy. Son historias que están ocurriendo actualmente y nosotros, como creadores, somos vehículos transmisores de esas historias. Contamos historias sobre el sentir de hoy, lo que pasa hoy, aunque también hay que ver el teatro clásico y universal. Pero los temas nos inquietan y debajo de la historia hay una realidad bastante cruda. Es una manera de empatizar con gente que no lo está pasando bien.

J.D.: Paulina a secas es un concierto teatralizado donde la gente lo pasa bien, sale canturreando las canciones y con El culto a la abundancia se lo pasa bien y reflexiona sobre lo que ha visto y la realidad que queremos mostrar. También deben ir para que nosotros podamos seguir creando nuevos espectáculos.

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