martes, 29 de noviembre de 2016

Borja de Diego: "En microteatro la complicidad con el público es absoluta"

Borja de Diego es una persona inquieta creativamente hablando. Eso se traduce en tener una carrera como dramaturgo muy prolífica que mira tanto al pasado como al presente más inmediato. Si ya dejó un muy buen sabor de boca con Pelay Correa, sus piezas para Microteatro siguen la senda del éxito. Autor de La mujer del muerto, El último polvo y La lista de Génova, ahora, durante el mes de diciembre en Microteatro Sevilla, estrena Hermano Mayor. El casting en el que José Chía dirige a Paqui Montoya y a Cisco García

El Rinconcillo de Reche habló con Borja de Diego para saber más cosas de esta pieza y otros aspectos de su universo creativo. Pasen y lean. 

Pregunta: ¿Qué le llamó la atención de Hermano Mayor para escribir una pieza de microteatro?

Borja de Diego: Yo soy una persona con mucha facilidad para empatizar, y, aveces, había visto el programa de manera casual y me impresionaba mucho ver durante la primera parte del programa a esos muchachos hacer y decir horrores a sus familias mientras las cámaras les graban. La primera vez que lo vi me sentí mal. Cuando aparece la figura del Hermano Mayor como mentor pues ya me tranquilicé. Pero esa primera parte me impactó muchísimo y pensé que podía ser muy cómica por las barbaridades que se ven. Todo partió al preguntarme "¿Qué pasaría si en uno de estos programas, en pleno clímax, no aparece el Hermano Mayor?". Esa hipótesis fue la base. Y he de decir que tratamos al programa con mucho respeto sin ninguna intención de denunciarlo, porque seguro que el programa ha hecho mucho bien en muchas casas.

P.: Vuelve a colaborar con José Chía, quien ya ha trabajado antes en otras obras escritas por usted como Pelay Correa y Leyendas de Agua Dulce (como actor) y en La lista de Génova y La mujer del muerto (como director)...

B.d.D.: Así es. Yo lo considero mi padre teatral, y escribo  teatro un poco gracias a él. Hay una amistad entre él y yo. Es un profesional completísimo porque es un magnífico actor y como director le da un sentido a todo lo que hace. Es muy fácil trabajar con él. Tiene un gran talento para la comedia, con mucha capacidad para hacer reír. De la misma manera que dirige un espectáculo, luego está clavando clavos en el suelo para  levantar la escenografía y es una persona muy humilde y talentosa. Ojalá todo lo que hiciese en mi vida fuese con él. Cuida el espectáculo y yo me siento muy arropado con él. Lo considero un líder en el buen sentido de la palabra, porque él, desde abajo, sostiene todo, como Atlas lo hacía con el Mundo, y eso hace que confíes en él y está ahí para apoyarte.

P.: Aquí trabaja con Paqui Montoya, una actriz polivalente y una comicidad muy especial...

B.d.D.: Paqui Montoya tiene un don. Buscábamos una actriz que diera un perfil de madre pasados los cuarenta años que tuviese vis cómica pero que, además le otorgase al personaje una cierta ternura porque, antes de entrar en la tormenta que propone el niño, necesitas empatizar con ella desde el primer momento. Ella tiene esa ternura interior. Creo que pertenece a una generación de actores de Sevilla muy buena y yo quería trabajar con ella. Ha hecho que nos enamoremos del personaje desde el primer día. Los ensayos han transcurrido muy bien porque ella ha propuesto cosas y nos hemos divertido mucho. Se complementa muy bien con Cisco García, con quien ya trabajé en La mujer del muerto y El último polvo, que dirigió Néstor Barea. Tiene un gran talento para la comedia y da muy buenos resultados, se está convirtiendo un poco en mi actor fetiche. Además le está yendo muy bien el microteatro.

P.: ¿Qué destacaría, como autor, de la labor de escribir una obra para microteatro?

B.d.D.: Pues que te permite enfatizar puntos concretos, los personajes no tienen que evolucionar mucho mi plantar tramas paralelas sino una solamente, y eso lo hace más fácil. Tienen que ser cosas muy directas y eso permite que se pueda experimentar mucho y plantear ideas bastante locas. Más allá de la extensión, destaca la localización. Estas piezas se hacen en espacios cerrados, en el caso de Sevilla en una salita y eso ya marca mucho el tipo de acción que se va a desarrollar. También condiciona el trabajo de los actores ya que no permite guardar cartas bajo la manga porque el espectador puede "ver" casi lo que piensas. Eso es lo más potente del formato. Nosotros ofrecemos un mínimo de calidad y de honestidad en nuestros espectáculos. Otro factor destacable es la cercanía con el público porque el espectador, si susurra, el actor se entera perfectamente, y las emociones están a flor de piel. La complicidad con el público es absoluta y termina siendo parte de la función. Se nota un bostezo, las risas, todo. Los actores son totalmente observados.

P.: ¿Qué puede decir de proyectos futuros?

B.d.D.: Lo más avanzado es alargar una pieza que hicimos en junio en plena campaña electoral, La lista de Génova, en la que cambiábamos cosas dependiendo de la actualidad del momento. Mientras tanto estoy escribiendo otra pieza sobre la otra cara de la moneda, que iría sobre Ferraz. El juego consistiría en situar la acción en el comité federal tan intenso que hubo y en el que dimitió Pedro Sánchez. Me gustaría juntar esta pieza con la de Génova y moverla como espectáculo completo. Sería, haciendo un paralelismo con el cine, juntar dos mediometrajes. 
  

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