domingo, 28 de enero de 2018

"Call me by your name": Sol enamorado

Historias de amor se han visto en el cine de todas las maneras posibles, pero hay ocasiones en que uno se encuentra con una historia que te atrapa y no te suelta. Esto le ocurrió a un servidor al ver Call me by your name. El director italiano Luca Guadagnino estrena con este su quinto largometraje tras The protagonists (1999), primera colaboración con Tilda Swinton, Melissa P. (2005) que protagonizó María Valverde, Yo soy el amor (2009) donde repetía con Swinton, y Cegados por el sol (2015) remake de La Piscina (Jacques Deray, 1969) en la que contó de nuevo con Swinton además de Ralph Fiennes, Matthias Schoenaerts y Dakota Johnson.

Guadagnino dirige en esta ocasión una adaptación de la novela de André Aciman a cargo de James Ivory, quien en un principio iba a ser el director. El resultado final es una película inolvidable (un servidor piensa que le hubiese encantado a Luchino Visconti) llena se sensibilidad y hermosura donde la historia de amor de dos jóvenes, Elio y Oliver, tiene ese encanto de las películas románticas que se hacían décadas atrás donde la delicadeza y los sentimientos están por encima de todo, evitando escenas bruscas como sí ocurría en Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) o, más aún, en Tierra de Dios (Francis Lee, 2017).

El hecho de que Ivory esté detrás del guión también contribuye al resultado ya que es una temática nada ajena a él como demostró con Maurice (1987), segunda adaptación en su carrera de una novela de E.M.Forster. En este caso, la acción, situada en una villa al norte de Italia en 1983, hace que se juegue con elementos como el arte, un ambiente culto pero a la vez desprejuiciado, las bicicletas, los baños en el río o las frutas. Todo contribuye a envolver la historia de amor que cuenta la película de un halo romántico que se mantiene todo el tiempo.

El sol tiene una importancia de significado bastante llamativa porque, además de también ayudar a crear esa hermosa atmósfera, tiene un significado poético en el propio nombre del adolescente que interpreta Timothée Chalamet, Elio, similar a Helios, la personificación del sol en la mitología griega, de ahí el título simbólico de esta crítica.

Una de las cosas ejemplares de esta película es la manera en que se desarrolla la historia entre los dos protagonistas. Se toma su tiempo sin recrearse ni acercarse a la cursilería en absoluto. Los comportamientos de Elio y Oliver son los de dos personas enamoradas que no se atreven a dar el paso de manera inmediata. Por eso el filme está lleno de miradas, gestos e imágenes que ponen de manifiesto concretamente el enamoramiento de Elio por Oliver, más evidente desde el principio para el espectador. Es en esa actitud de no querer forzar las cosas donde la película gana enteros y objetos como un reloj o un texto antiguo en alemán cobran un protagonismo inesperado pero crucial.

Por otra parte la labor de los actores es un plus. Chalamet, nominado al Oscar por este personaje, muestra con muy poco el amor hacia Oliver, que llega a su casa para ayudar a su padre, profesor de arqueología. Oliver está interpretado por Armie Hammer, al que un servidor vio por primera vez encarnando a dos hermanos gemelos en La red social (David Fincher, 2010) y en esta película se luce bastante porque le han añadido elementos como su vestimenta, el tono de su piel o su manera de bailar para que se entienda aún más que Elio se enamore de él. Precisamente el baile y las canciones tienen un papel fundamental en la historia con hits de la época como Love my way de Psychedelic Furs, Words don't come easy de F.R. David o Lady Lady Lady de Giorgio Moroder y Joe Esposito o la canción The mystery of love compuesta por Sujfan Stevens, nominada también al Oscar.

En el apartado interpretativo no se puede obviar la labor de Michael Stuhlbarg, visto en El caso Sloane (John Madden, 2016) y presente en el reparto de La forma del agua de Guillermo del Toro y Los archivos del Pentágono de Steven Spielberg. Da vida al padre de Elio y tiene con él una conversación que se convierte en uno de los grandes momentos de la película. De igual manera Amira Casar y Esther Garrel (hermana de Louis Garrel) están espléndidas y contribuyen a enriquecer la película no sólo argumentalmente sino también lingüísticamente porque la villa es una especie de torre de Babel donde el inglés, el francés y el italiano se mezclan con total naturalidad y armonía.

Call me by your name, frase que por cierto tiene un hermoso significado en la película, cuenta un primer amor como hacía tiempo que no se hacía, con las emociones a flor de piel, donde no se obvia el deseo, el sufrimiento, la ilusión y la felicidad que traen la llegada de alguien que se adueña de un corazón.

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