sábado, 31 de marzo de 2018

"Ready Player One": Alucinante Spielberg

Steven Spielberg vuelve a la ciencia ficción a lo grande. Con Ready Player One logra su película más redonda en un género en el que se movió con desigual fortuna, en Inteligencia Artificial (2001), Minority Report (2002) o La guerra de los mundos (2005). Un servidor no incluye a E.T: El Extraterrestre (1982) porque no tiene el elemento futurista de los títulos citados y sí un sentimiento muy especial. Para su nueva propuesta tras Los archivos del Pentágono (2017), haciendo un juego de palabras con la obra teatral de John Osborne, Spielberg no mira hacia atrás con ira sino con mucha nostalgia.

La novela que el escritor estadounidense Ernest Cline publicó en 2011 parecía destinada a caer en las manos del director de Tiburón (1975). Ready Palyer One es un viaje alucinante que plantea la existencia de dos mundos: el real, devastador y desolador, y el virtual que simboliza OASIS donde los humanos con un avatar se evaden y viven miles de aventuras. Además, y sobre todo, es un gran homenaje a los videojuegos, la música y el cine. Sólo así se puede entender que coexistan en una misma historia King Kong, El Gigante de Hierro o una de las obras maestras de Stephen King. Un servidor pone el freno aquí porque para percatarse de la multitud de homenajes que hay en este filme aconseja un segundo o tercer visionado. Es apabullante, sin agobiar. Al contrario, dibuja una sonrisa en la cara y emociona.

La responsabilidad de que Ready Player One no caiga en saco roto es por tener un guión, escrito por Cline y Zak Penn que equilibra la balanza proponiendo AVENTURA con mayúsculas (esto tiene un doble sentido y quien la haya visto sabrá la referencia), amistad, amor y lucha contra un enemigo muy poderoso: una empresa de la que es cabeza visible el personaje que interpreta Ben Mendelsohn, visto en El instante más oscuro (Joe Wright, 2017) dando vida al monarca Jorge VI.

El núcleo de la película es una competición con tres pruebas para conseguir unas llaves y pistas que lleven a un huevo de pascua dorado que significa hacerse con el control de OASIS, pero también habla de otros temas: de la importancia de los amigos, de la ambición desmedida y de la necesidad de la evasión de la realidad pero no de manera permanente porque la realidad aporta al ser humano muchas cosas, no todas malas.

Esta aventura tiene a cinco jugadores como protagonistas principales que sólo se conocen a través de OASIS. De todos el peso recae principalmente en los personajes interpretados por Tye Sheridan (el joven Cíclope en las últimas entregas de la saga X Men)  y Olivia Cooke (una de las protagonistas de la serie Bates Motel), quienes, por cierto, ponen unos nombres muy simbólicos y también culturales a sus avatares. Con sus amigos demostrarán que la unión hace la fuerza y cómo los lazos de mistad van más allá de ese universo infinito.

A nivel interpretativo hay que destacar la presencia de Simon Pegg, pero sobre todo de Mark Rylance que parece haberse convertido en el nuevo actor fetiche de Spielberg tras su fructífera primera colaboración en El puente de los espías (2015) con la que Rylance ganó un Oscar. Rylance, al que se ha visto en un gran personaje en Dunkerque (Christopher Nolan, 2017) da vida a la mente creadora de OASIS y de la competición, llena de acertijos con mensaje, muchos obstáculos y sorpresas.

Con un uso espectacular de los efectos especiales (el mundo virtual de OASIS es de lo mejor diseñado por ordenador en los últimos años), Ready Player One cuenta con nombres habituales en el equipo técnico de Spielberg y una novedad. 

En el primer apartado estaría el director de fotografía Janusz Kaminski, quien trabaja con él desde La lista de Schindler (1993) donde ambos ganaron sus primeros Oscar (Spielberg como director y productor) algo que volvería a ocurrir con Salvar al soldado Ryan (1998), aunque Spielberg sólo ganó esta vez como director. Con el paso de los años han demostrado que se entienden a la perfección, al igual que con el montador Michael Kanh, quien tiene tres Oscar gracias a Spielberg: por los dos títulos mencionados y, años antes, por En busca del arca perdida (1981) ya que comenzó a trabajar con él en Encuentros en la tercera fase (1977).

En el apartado de novedades está el que Alan Silvestri se encargue de la música en lugar de John Williams. Una acertada elección teniendo en cuenta que fue el compositor de la música de la trilogía Regreso al futuro, producida por Spielberg y muy presente en esta película. Silvestri hace un buen trabajo sobre todo teniendo en cuenta la importancia de otras músicas y canciones presentes en el filme como Jump de Van Halen.

Ready Player One es una gozada porque habla del futuro pero con el pasado muy presente, y ver, aunque sea de manera fugaz, al personaje de una película o de un videojuego familiar, es algo que un servidor agradece porque nos hace volver a una época donde los problemas no existían. Un servidor reitera a la atención que hay que prestar a todas las referencias y detalles que hay en esta película que nos hace volver a soñar en una sala de cine entrando de lleno en un videojuego al que te dan ganas de jugar.        

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