jueves, 14 de junio de 2018

"Jurassic World. El reino caído": Al rescate de los dinosaurios

El estreno en 1993 de Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) fue todo un acontecimiento para muchos espectadores. La adaptación de la novela de Michael Crichton donde se mostraba la posibilidad de que los dinosaurios viviesen en la actualidad fue todo un fenómeno que se prolongó, primero con dos secuelas. Posteriormente, se quiso recuperar el gancho de esta franquicia con Jurassic World (Colin Trevorrow, 2015) donde el parque se convertía en un parque temático a gran escala donde todo se salía de madre.

Ahora, tres años después, ha llagado la continuación directa de ésta: Jurassic World. El reino caído con dirección de J.A.Bayona. A juicio de un servidor la experiencia al ver esta última película de la saga ha sido satisfactoria por varios motivos. El primero y principal porque a un servidor Jurassic World, a pesar de contar con una buena pareja de actores como Chris Pratt y Bryce Dallas Howard, le resultó un tanto decepcionante por la previsibilidad de lo que contaba y su desarrollo, por lo tanto iba a ver Jurassic World. El reino caído un tanto diciendo: "A ver qué me encuentro".

Esas reticencias desaparecieron nada más empezar la película con un prólogo vertiginoso que homenajea al cine de Spielberg, ya que si hablamos de terror bajo el agua es obvia cuál es la película a la que se le rinde tributo, aparte de volver a ver algunas de las criaturas que se vieron  en el filme predecesor. Pues bien, no sólo por eso, y ya entrando en una visión más global, el guión, obra de Trevorrow y Derek Connolly (guionistas también de Jurassic World) está mucho más elaborado, conectando más aún con el origen de la saga) en forma de referencias a personajes y presencia de otros. Además tiene un mensaje ecologista muy claro junto con un mundo de sentimientos entre personajes y algunos de ellos con los propios dinosaurios que da la sensación de estar contando algo en condiciones.

Y claro, por los elementos referidos que contiene este guión, Bayona es una acertada elección para trasladarlo a imágenes. Con sólo tres películas antes que ésta, ha demostrado, para un servidor, sobre todo en Lo Imposible (2012) que sabe combinar acción y momentos más íntimos con maestría. Además su mirada a ciertos personajes demuestra su sensibilidad para contar con mimo una historia que, como suele ser habitual en la saga, contiene mucho movimiento y escenas que rozan lo terrorífico por la violencia de algunos de estos seres prehistóricos.

La película gana porque, a juicio de un servidor, no es del todo más de lo mismo. La vuelta a la isla por parte los personajes de Pratt y Howard tiene un propósito muy concreto y bienintencionado. Pero claro, la traición está a la vuelta de la esquina y se cambia, por razones obvias, de escenario, llegando a uno en el que todo confluye y se llega al clímax.

Todo lo dicho Bayona lo maneja con soltura con algún personaje que podía haberse no quedado en el estereotipo pero haciendo más interesantes los de la pareja protagonista e incorporando otros que dan lustre a la historia. Geraldine Chaplin aparte, que es fija en las películas de Bayona, demostrando cómo sacar todo el jugo a todo personaje que le cae en las manos, uno de los aciertos a nivel de casting es la elección de Rafe Spall, El hijo del magnífico Timothy Spall tiene a quién parecerse y compone un lobo con piel de cordero del que saca oro. Además, James Cromwell (inolvidable Duque de Edimburgo en La Reina de Stephen Frears, o en American Horror Story: Asylum) da vida a un personaje clave relacionado con el que interpretó Richard Attemborough. A él hay que añadir al villano al que da vida Toby Jones y la niña interpretada por Isabella Sermon, que introduce el sentimentalismo justo a la historia.

Jurassic World. El reino caído no puede negar que ofrezca lo que todo el mundo espera de esta saga sobre todo si los dinosaurios campan a sus anchas en un entorno que no es el suyo, incidiendo en el mensaje de la mano del hombre para aprovecharse de la Madre Naturaleza siempre movido por el vil metal pero ésta siempre muestra su poder y las consecuencias de rebelarse contra ella o querer manipularla al antojo de personas avariciosas.

Con una espléndida fotografía de Oscar Faura y una eficaz música de Michael Giacchino (aunque siempre es una gozada cuando se oyen los acordes de la poderosa música compuesta por el maestro John Williams para el filme que lo empezó todo) esta película tiene un final enigmático pero no inquietante dando más sentido al término Mundo Jurásico.

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