miércoles, 6 de junio de 2018

"Los Extraños. Cacería Nocturna": Fórmula algo corregida y aumentada

El cine de terror,y, concretamente, el subgénero "psicópata asesino", es uno en el que, salvo contadas excepciones, se aplica la frase: "Está todo inventado". Pero si se entra en el terreno de las secuelas, esto es aún más evidente, ya que se suelen repetir clichés y situaciones, que, a pesar de todo, y si se rueda con criterio, esos sustos que tanto gustan a los aficionados al género suelen seguir siendo efectivos.

Hace diez años Los Extraños, dirigida y escrita por Bryan Bertino, llamó la atención por el logrado clima de inquietud que transmitía la desasosegante estancia de la pareja interpretada por Liv Tyler y Scott Speedman en una casa por la invasión de tres enmascarados con mortales intenciones.

Ahora, con Los Extraños. Cacería Nocturna, Bertino continúa encargándose del guión pero pasa el testigo de la dirección a Johannes Roberts, especializado en el terror en sus variadas vertientes, demostrado en títulos como El otro lado de la puerta (2016) o A 47 metros (2017) de la que se prepara su secuela en estos momentos.

Pues hablando de secuelas, ésta de Los Extraños propone la misma situación cambiando el escenario y el número de potenciales víctimas. En Los Extraños. Cacería Nocturna es un matrimonio con dos hijos el objetivo de los tres asesinos que comienzan a notar su presencia llamando a la puerta y preguntando por una tal Tamara. El guión de Bertino, escrito junto a Ben Ketai, repite constantes de la anterior película y del género con personajes arquetipo como el de la hija adolescente, una rebelde de manual.

Por otro lado, esta película no deja de ser un homenaje al propio género al que pertenece, no en vano, el escenario recuerda poderosamente a Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980) y sus innumerables secuelas y una escena del tercio final es un homenaje a otra de la impactante La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974), de hecho, los protagonistas de estos filmes fueron grandes precursores en lo que se ve actualmente en este género en general y en esta película en particular (especialmente lo de los rostros ocultos) y en su metraje.

Por lo demás vemos escenas que recuerdan a la estrenada en 2008 pero ya, lógicamente, sin la tensión que ésta tenía ni el factor sorpresa porque el modus operandi de los asesinos ya es conocido. Lo que interesa es ver quién sobrevive en esta ocasión y en este caso hay alguna que otra sorpresa y una climática escena bastante lograda en una piscina iluminada mientras suena la mítica canción Total eclipse of the heart de Bonnie Tyler.

Sin hacer spoiler un servidor no puede dejar de mencionar una respuesta por parte de uno de los tres psicópatas que ejemplifica la sinrazón de sus actos. A la pregunta, como en la original, "¿Por qué nos hacéis esto" la respuesta es "¿Y por qué no?". Más claro, el agua.

Con lo referente al reparto, hace lo que puede, porque predomina la acción a la palabra. Christina Hendricks es quizá la más conocida. Con una carrera extensa donde destaca su personaje en la serie Mad Men (2007-2015) y vista hace pocos meses en la descafeinada La casa torcida (Gilles Paquet-Brenner, 2017), la actriz se luce algo más al comienzo cuando, antes de que ocurra todo, se nos dan ligeros apuntes de la situación familiar y poco más porque este género no da para lucirse recitando un monólogo de Shakespeare precisamente. 

La película es corta, va al grano y, sin ser una maravilla, no aburre ¿qué mas se puede pedir? La fórmula, algo alterada, vuelve a dar resultados, digamos, aceptables.
  

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