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lunes, 29 de octubre de 2018

"La sociedad literaria y el pastel de piel de patata": La lectura como refugio

Vivir una guerra deja secuelas físicas y emocionales. Ambas permanecen en las personas para siempre. De las segundas mencionadas trata La sociedad literaria y el pastel de piel de patata, un filme en el que el cineasta británico Mike Newell, director de la recordada Cuatro bodas y un funeral (1994), Donnie Brasco (1997) o Harry Potter y el cáliz de fuego (2005) se encarga de poner en imágenes la novela publicada por Annie Barrows y Mary Ann Shaffer en el año 2008

Esta película destaca por, sobre todo, transmitir, en opinión de un servidor, dos mensajes positivos: En primer lugar, que la lectura puede ser terapéutica y un motivo para seguir adelante y, en segundo lugar, que, los azares de la vida, hacen que se conozca a personas que te marcan para siempre. El conocimiento de una escritora, recién acabada la Segunda Guerra Mundial, de un club de lectura en una pequeña isla (y su llegada a la misma con la intención de escribir sobre ello) sirve para ofrecer una cuidada producción que destaca por dos aspectos fundamentales: La factura técnica y el impecable trabajo del elenco de actores. 

Centrando la atención en el primer aspecto citado el paisaje británico en todo su esplendor de color, cielos y costas varias, está estupendamente mostrado gracias a la fotografía de Zac Nicholson y la recreación de la época se complementa con un acertado vestuario a cargo de Charlotte Walter, quien ha vestido acertadamente a actores en otras películas como Una familia con clase (Stephan Eliott, 2008), o las comentadas en este blog Su mejor historia (Lone Scherfig, 2016) y Una razón para vivir (Andy Serkis, 2017). 

Por otro lado el acertado reparto combina actores de todas las edades que forman un compacto grupo a nivel interpretativo. Muchos de ellos, para el gran público, han saltado a la fama por series de televisión de gran calado como Downton Abbey o Juego de Tronos

Para empezar, la protagonista femenina, Lily James, quien interpretaba en la citada serie británica de época a Rose, emparentada con la familia protagonista y con un pensamiento muy liberal. James ha demostrado su talento asumiendo roles protagonistas o secundarios ya fuera en Cenicienta (Kenneth Branagh, 2015) o El instante más oscuro (Joe Wright, 2017) compartiendo escena con el oscarizado Gary Oldman. Aquí asume el papel de la escritora que entra en contacto con el mencionado club de lectura con solvencia y naturalidad, transmitiendo la curiosidad y el calado que surten en ella las historias personales de todos, en concreto la del paradero desconocido de uno de ellos, personaje interpretado por Jessica Brown Findlay, quien daba vida a Sybil Crawley en la misma serie.

Para acabar, uno de los aportes veteranos lo da la espléndida Penelope Wilton, quien, en Downton Abbey interpretaba a Isobel y protagonizaba inolvidables escenas junto a Maggie Smith. En La sociedad literaria y el pastel de piel de patata ofrece un registro distinto completamente. La amargura se refleja claramente en su rostro por todo lo que ha padecido durante la guerra. Por último Matthew Goode, quien salió en la etapa final de la serie, aunque ya era muy conocido gracias a películas como Match Point (Woody Allen, 2005) o Retorno a Brideshead (Julian Jarrold, 2008), da vida al editor, amigo y confidente del personaje de Lily James con la acostumbrada calidad.

Para acabar con las referencias televisivas, el principal papel masculino recae en el actor holandés Michiel Huisman (quien dio vida a Daario Naharis, interés amoroso de Emilia Clarke en Juego de Tronos y actualmente forma parte del reparto de la serie dev terror revelación del momento, La maldición de Hill House). En el reparto también destaca por méritos propios el veterano Tom Courtenay, el inolvidable Pasha de Doctor Zhivago (David Lean, 1965) pero que ya era una referencia en los primeros compases de los años sesenta del pasado siglo gracias a películas como La soledad del corredor de fondo (Tony Richardson, 1962) o Billy el embustero (John Schlesinger, 1963). En el filme que nos ocupa da vida a un entrañable responsable de una oficina de correos.

Todos los actores mencionados y otros más, como Katherine Parkinson (muy buena su conversación nocturna con Lily James) ofrecen unas interpretaciones magníficas, con personajes donde el pasado sigue muy presente en sus vidas y las vivencias personales se van conociendo a lo largo de la historia.

Si de algo puede pecar La sociedad literaria y el pastel de piel de patata en de una narración convencional y en ciertos momentos previsible, con un final que se intuye muy pronto en lo referente a dos personajes, algunos detalles cogidos con pinzas, y una cierta falta de mayor carga dramática a la hora de dar a conocer hechos o revelaciones. Todo lo mencionado hace que su visionado se disfrute gracias a los dos aspectos referidos con anterioridad y no por la capacidad emotiva, que sólo se vislumbra en contados momentos. Lo cierto es que es un filme que demuestra que escuchar leer a alguien y debatir de manera sana sobre libros y autores es algo que debe fomentarse más, porque en la ilusión en las reuniones se deja entrever una medicina para el alma a través de historias inmortales impresas en las páginas de los libros.       

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