viernes, 20 de mayo de 2011

Andrés Lima: "Penumbra" es una obra para sentirla más que para entenderla"

La Compañía Animalario, una de las más representativas del panorama escénico del país, sigue su tradición poniendo en pie obras novedosas e impactantes. En esta ocasión, tras cosechar un gran éxito con Urtain y Tito Andrónico llega a Sevilla con un montaje titulado Penumbra que estará hoy y mañana en el Teatro Central. La obra fue presentada por Andrés Lima, director de la obra, junto a Manuel Llanes, Director Artístico de Espacios Escénicos de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

En primer lugar, Llanes agradeció el hecho de que, tanto Animalario como La Abadía traigan sus creaciones al Teatro Central y el hecho de que en el escenario estará, según sus palabras, "el núcleo duro de Animalario" en referencia a los actores que representarán la obra y destacó el hecho de "ser creadores de un estado de opinión" y, además, la obra que traen en esta ocasión es muy personal, "sacada de experiencias de ellos pero universalizadas y que nos tocan como animales racionales".

Lima, por su parte, describió Penumbra como "un viaje a nuestras zonas más oscuras" y desveló que el origen fue una obra que pretendían montar sobre una visión de España a través de los problemas de la clase obrera pero que, durante los talleres, se dieron cuenta de que "necesitábamos hablar de lo que nos pasaba a nosotros y surgió la pregunta ¿Qué nos duele?, empezando a surgir Penumbra.

Lima ahondó en el significado de la obra calificándola como "un sueño, una pesadilla, un viaje al origen del miedo cuando somos niños y es una reflexión sobre cómo estamos educados en el fondo. Está en clave de sueño, cuando explicábamos lo que sentíamos salió una especie de pesadilla, de sueño inconexo, es una obra para sentirla más que para entenderla, es una obra que hay que vivirla de alguna manera"

Sobre el tema de la obra Lima ha comentado que la anécdota de la obra es sencilla: trata de "un padre, una madre, un niño y un fantasma en una casa en la playa y el niño quiere ir a la playa pero por razones oscuras que nunca se explicarán, no se puede ir a la playa".

En palabras de Lima, además, se intentan "explicar nuestros miedos más infantiles y nuestros deseos. La premisa fue cómo explicarle la vida, el mundo, a un niño sin mentirle".

Por la estructura de la obra Lima admite que "tiene más que ver con Buñuel o David Lynch que con un relato lineal " y que, en lugar de la tradicional estructura de planteamiento, nudo y desenlace, "esta obra tiene nudo, nudo y nudo, aunque es una obra esperanzadora, pero nace de nuestras entrañas y es quizás nuestra obra más personal, onírica, libre y triste porque, para mí, la infancia es un terreno lleno de lágrimas, aunque tiene voluntad de ser más cómica".

Lima invita a "sentir la función, a vivirla. Es también la obra más arriesgada estéticamente que hemos concebido, con un lenguaje más personal y el público necesita una posición activa durante la función".
Andrés Lima con Manuel Llanes, presentando Penumbra 

La obra está escrita por dos autores con una amplia trayectoria, además de estar muy ligados a Animalario como son Juan Cavestany y Juan Mayorga. Ambos ya habían coescrito Alejandro y Ana, mientras que por separado, Cavestany fue el autor, entre otras, de la mencionada obra Urtain ganadora del Premio Max  al Mejor Espectáculo y al Mejor Autor Teatral en Castellano. Por su parte, Mayorga es autor de éxitos teatrales como La tortuga de Darwin o Fedra, con unos inmensos Ana Belén y Fran Perea, en una atractiva aproximación a la conocida tragedia clásica.

Penumbra tiene entre sus atractivos a sus protagonistas: Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Nathalie Poza (actualmente en la serie Hispania) y Luis Bermejo. Con respecto a cada uno de ellos Lima tiene su visión.

Sobre el personaje que interpreta Toledo, Lima afirma que "es el fantasma, tiene el alma de un niño, es un espíritu que habita la casa, siendo un niño a pesar de tener el cuerpo de un adulto. En la función abraza continuamente a los demás, en un intento de dar amor, que es algo inexistente en esa casa".

El personaje de Alberto San Juan "es el padre que arrastra el problema del abuelo, es alguien que habita dentro de la imposibilidad de amar, de tocarse. Por su parte Nathalie Poza "es la madre que habita en la perplejidad, no entiende nada, habita en un mundo que no entiende".

Por último Luis Bermejo interpreta al niño, "es un adulto que maneja un muñeco, es una metáfora sobre la propia pregunta como actores, como meras marionetas que somos en manos del teatro y se intenta trasladar la esencia del niño.

 Tras la rueda de prensa, Andrés Lima respondió amablemente varias cuestiones a este blog sobre Penumbra y otras obras de la trayectoria de la compañía.

Pregunta: Ha mencionado a Buñuel y que en Penumbra no se podía ir a la playa ¿uno de los referentes de la obra es El ángel exterminador, (1962)?.

Andrés Lima: Lo fue después, cuando surgió la historia, nos dimos cuenta del absurdo, de la imposibilidad de hacer algo por motivos oscuros en donde no importa el por qué sino el hecho de no hacerlo. Ahí  sí  que nos dimos cuenta de que Buñuel tenía mucho que ver con nosotros. Además El ángel exterminador es, conforme  pasa el tiempo, más punto de referencia para miles y miles de artistas, pero españoles mucho. El absurdo, el miedo y la autorrepresión son muy españoles. No sólo no es que no me dejen salir del cuarto sino que yo, voluntariamente, no salgo del cuarto, no sé por qué  y lo paso mal.

P: Con respecto al Estudio 1 que se ha hecho de Urtain ¿se ha respetado al máximo la obra o va a haber alguna modificación?

A.L.: Se ha grabado para televisión y eso hay que respetarlo, ha estado bien, ha sido un aliciente. Es un trabajo renovado, una película para televisión extraordinaria. No me refiero a nuestra labor sino a la que han hecho Televisión Española y Estudio 1, muy bien filmado, y respeta absolutamente el espíritu esencial de Urtain. O sea que la gente que no vio el espectáculo lo va a ver muy bien.

P: A lo largo de la historia de la compañía se ha trabajado con textos de Juan Mayorga, Juan Cavestany... ¿qué les llevó a llevar a escena Tito Andrónico, de William Shakespeare?

A.L.: Es un encargo que nos gustó, de hecho llevábamos tiempo metiéndole mano a Shakespeare. Nos llamó el Festival de Mérida, les pareció que a Animalario le venía bien Tito Andrónico, me hizo gracia eso. Es, para mi gusto, una reflexión sobre la violencia brillante y una gran experiencia. Pero lo que no volvería a hacer es representar entero el texto de Shakespeare, pero nos enfrentamos a ello, el reto era hacerla entera, tal y como estaba escrita, había una mínima adaptación de texto, la obra estaba en toda su extensión y fue una experiencia muy bonita. Porque además Tito es una obra apasionante, es base de textos posteriores. En Tito está casi todo: El Rey Lear, Julio César, Macbeth, en parte Otelo, Ricardo III, hay muchos personajes que son el germen de las grandes  tragedias de Shakespeare. Pero a la vez  es una tragedia joven y por ello muy caótica, tiene una estructura que no es buena, es brillante pero no es buena, y, bueno, fue muy bonito y divertido hacerlo.

P: Para acabar, una de las escenas más sorprendentes de  su  montaje de Tito Andrónico es aquella en la que Alberto San Juan (Tito en la obra) aparece desnudo durante más de veinte minutos. Como director, ¿cómo se le plantea una escena así, que es todo un reto, a un actor?

A.L.: Eso lo planteó él (Alberto San Juan). La escena (que no está concebida así en la obra original) es tal cual. El personaje está en su casa, se supone que en el piso de arriba, está en  el  momento de mayor locura personal, de crueldad con el mundo y consigo mismo, el mayor momento de conflicto del personaje y Alberto lo quería mostrar desnudo, a Tito, porque creía que, en ese momento, era un hombre despojado de todo,  lleno de  venganza y de crueldad. Es un hombre desnudo con un cuchillo en la mano. La imagen es bestial, es de los mayores aciertos de dirección de la obra, y es de él. Además en esa escena el personaje estaba desnudo de cuerpo y alma, se exponía mucho. Alberto y, en general la gente de Animalario, tienen  en común la capacidad de asumir riesgos, y ahí él lo asume y hace un trabajo perfecto.

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