CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA: LOS TRES MOSQUETEROS
Una historia puede contarse muchas veces, y la forma en que se hace es donde se nota la diferencia. El cine se ha servido de clásicos de la literatura desde siempre. En la actualidad se está volviendo a esta tendencia, baste echar un vistazo a la revisión de Alicia en el País de las Maravillas, de la mano de Tim Burton, que imprimía su particular universo visual al mundo de fantasía imaginado por Lewis Carroll. Otro ejemplo es Sherlock Holmes, por parte de Guy Ritchie y que le daba un atractivo toque a las aventuras de este famoso detective salido de la mente de Arthur Conan Doyle.
Una historia puede contarse muchas veces, y la forma en que se hace es donde se nota la diferencia. El cine se ha servido de clásicos de la literatura desde siempre. En la actualidad se está volviendo a esta tendencia, baste echar un vistazo a la revisión de Alicia en el País de las Maravillas, de la mano de Tim Burton, que imprimía su particular universo visual al mundo de fantasía imaginado por Lewis Carroll. Otro ejemplo es Sherlock Holmes, por parte de Guy Ritchie y que le daba un atractivo toque a las aventuras de este famoso detective salido de la mente de Arthur Conan Doyle.
D'Artagnan en pleno y múltiple combate |
Imagen de Assassin's Creed 2, referente del filme |
Precisamente, si hablamos de atractivos, la película los tiene en la elección de los villanos de la función: Christoph Waltz (ganador del Oscar hace dos años por Malditos Bastardos, de Quentin Tarantino) interpreta convincentemente al Cardenal Richelieu, Orlando Bloom encarna al Duque de Buckingham, y Milla Jovovich interpreta a Milady, transformada en una letal asesina y que tiene secuencias de acción, como recuerdo de su papel en las películas de Resident Evil, aunque hay que decir que parece más posar, no en vano también es modelo, que actuar.
Milla Jovovich, esposa del director, como Milady |
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