sábado, 23 de febrero de 2013

Luisa Martín: "Si hoy apareciese una simia convertida en humano la llevarían a un talk show"

Luisa Martín es una actriz que demuestra su eficacia en todos los registros y en todos los retos que se le planteen. Popular gracias a la televisión (Médico de familia, Desaparecida o Gran Reserva) es una intérprete teatral colosal que ha participado en numerosos montajes como El Verdugo junto a Juan Echanove, Como abejas atrapadas en la miel, junto al sevillano Félix Gómez o El tiempo y los Conway, una obra de J.B. Priestley en la que fue dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente. Tras esa grata experiencia Martín y Pérez de la Fuente vuelven a trabajar en un montaje peculiar, El show de Kafka, versión libre de Informe para una academia,de Franz Kafka, donde la actriz encarna de manera ejemplar a una simia que se ha humanizado, y que puede verse hasta hoy en Sevilla en el refectorio del Espacio Santa Clara. La actriz atendió amablemente a El Rinconcillo de Reche para hablar de este montaje y de sus particularidades.
Luisa Martín en El show de Kafka
Pregunta: El show de Kafka es su siguiente trabajo en el teatro con Juan Carlos Pérez de la Fuente tras El tiempo y los Conway ¿cómo ha sido el reencuentro?

Luisa Martín: En realidad no hemos dejado de vernos porque este proyecto empezó a prepararse antes de terminar El tiempo y los Conway y enlazamos uno con otro, por lo que sólo ha existido el paréntesis vacacional.

P: ¿Tiene Pérez de la Fuente algo que le distinga como director de escena?

L.M.: Es muy imaginativo y atrevido. En general es bastante transgresor. Yo trabajo muy bien con él, muy tranquila. Él es muy receptivo a lo que los actores le dan y trabaja con mucha disciplina y rigor por lo que ahí ambos coincidimos bastante los dos y nos hemos entendido muy bien.

P: Llama poderosamente la atención su completa composición en un simio, con modulaciones de la voz, gestos etc... ¿Cómo se consigue llegar a eso?

L.M.: Es una cuestión de tiempo y repetición. Las cosas se consiguen, como la simia que yo interpreto consigue llegar al punto en el que está. Al fin y al cabo todo es por el trabajo y el esfuerzo. Yo he estado tres meses estudiando el texto para que no se fuera ni una coma y ser completamente fiel al mismo. Luego hemos trabajado exhaustivamente dos meses y medio, con muchas horas de trabajo y de ensayos. Además, eso lo hemos simultaneado con el visionado de todo lo que hay sobre los monos, sobre los que se domestican, los que han intentado que fueran educados como niños, o para que estuvieran en un circo. Hemos visto de todo y al final todo eso cristaliza en un personaje, vas cogiendo de aquí y de allá y finalmente eclosiona.

P: Uno de los aspectos destacados de la versión es el doble discurso que se hace en la entrega de premios y en el programa de televisión...

L.M.: Esa es la adaptación que ha hecho porque tanto Juan Carlos Pérez de la Fuente e Ignacio García May pensaron que, hoy por hoy, una Academia de Ciencias Naturales está muy alejada del común de los mortales. Hoy, si apareciese un fenómeno de este calibre, una simia convertida en humano, lógicamente lo que harían sería llevarla a un talk show televisivo.

P: En la composición del personaje hay una importante labor con respecto a la caracterización y el vestuario ¿Le ha ayudado a su trabajo interpretativo?

L.M.: Todo ayuda y suma. Ante cualquier circunstancia todo lo que aportes suma. En el teatro ayuda mucho que se comprenda, entiendan lo que vas a hacer y apoyen sobre la idea original, que nadie quiera hacer su propia creación. En este caso ha sido maravilloso porque Almudena Rodríguez Huertas ha hecho un vestuario fascinante, bonito y muy ajustado a las necesidades del personaje y la caracterización facial tres cuartos de lo mismo, es complicada porque hay que hacerla pero en el fondo son unos rasgos muy sencillos porque tampoco se ha intentado hacer una caracterización muy exhaustiva con prótesis artificiales y cosas por el estilo.

P: ¿Cómo ha sido la experiencia de actuar en el refectorio de un convento? 

L.M.: Maravillosa. He de decir que es la función que más he disfrutado de todas desde el principio. Tener el público tan cerca y estar en ese espacio tan especial me ha hecho muy feliz, estoy muy contenta. Le llegué a decir al director: "Tráeme  todas las veces que quieras aquí".

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