martes, 19 de noviembre de 2013

Juan Mayorga: "Entiendo el teatro como un arte para examinar las posibilidades de la vida humana"

Este año está siendo muy importante  para Juan Mayorga (Madrid, 1965), uno de los dramaturgos clave del actual panorama cultural nacional e internacional. Los premios le llueven, reconociendo la calidad de sus trabajos.

En la última edición del Festival de Mérida recibió el Premio Ceres al Mejor Autor Teatral por El chico de la última fila y La lengua en pedazos. Precisamente por esta última obra, la primera que además dirige, recibió el pasado martes el Premio Nacional de Literatura Dramática.

Pero aquí no acaba la cosa: Ha recibido el Premio Max por su impecable adaptación de La vida es sueño que dirige Helena Pimenta y es el autor de la adaptación de Hécuba, estrenada en el mencionado Festival emeritense, nueva colaboración con el director José Carlos Plaza tras el gran éxito que supuso Fedra.
Juan Mayorga. Foto: Paco Navarro

Con la sencillez que caracteriza a los grandes, el autor de obras como La tortuga de Darwin, La paz perpetua, Himmelweg, Cartas de amor a Stalin, Animales nocturnos o El Crítico, ha concedido una amplia entrevista a El Rinconcillo de Reche donde habla de sus últimos trabajos estrenados y por estrenar, su visión sobre el teatro, su trabajo como dramaturgo y sobre el carácter internacional que está cobrando su producción dramática, ya que sus obras se están representando en medio mundo. Si le gusta el teatro, no se pierda ni una coma de las declaraciones de uno de nuestros tesoros teatrales: Juan Mayorga.

Pregunta: El Premio Nacional de Literatura Dramática se lo han otorgado por La lengua en pedazos, la cual, por el tiempo que, además, lleva representándose, es una obra que le ha dado muchas satisfacciones ¿no?

Juan Mayorga: El Premio Nacional de Literatura Dramática se da a una obra editada el año anterior y se da el caso de que, como se editó en Primer Acto, eso ha hecho posible que le concediesen el Premio. Por otro lado, es una obra que estrenamos hace casi ya dos años en Avilés y la verdad es que aún sigue dándonos alegrías. La semana pasada seguía representándose en Salamanca, en Peñaranda, en Laguna Del Duero y el viernes en Alicante, en la Muestra de Autores Contemporáneos. La obra ha tenido una vida más longeva de lo que esperábamos y, sin ser una obra de masas, ha encontrado un público que hace que aún haya más vida con ella.

P: El texto es de una belleza que yo hacía tiempo que no escuchaba...

J.M.: Yo agradezco esa opinión, creo en buena medida que eso se debe al texto original teresiano, sobre el que yo he hecho una modesta intervención buscando una teatralidad, una tensión escénica y ha habido un público que ha agradecido eso, dispuesto a la escucha, al disfrute y a la provocación de esa palabra, un público de escucha hospitalaria y que ha dado vida a esta obra.
 La lengua en pedazos, por la que Mayorga ha sido premiado

P: En el origen de esta obra, aparte de El Libro de la Vida, ¿se encuentra la serie que dirigió Josefina Molina? 

J.M.: La verdad es que, cuando concebí la obra, la serie no la tenía en la cabeza, ha querido la vida que luego yo llegase a trabajar con la gran Concha Velasco. Para mí el origen estuvo en la lectura del Libro de la Vida

P: ¿Tiene algún recuerdo especial de la representación de la obra en Sevilla, en el Espacio Santa Clara?

J.M.: Fue muy especial por el lugar donde se hizo. Es una obra muy portátil. Recuerdo con especial afecto las representaciones en Tel Aviv o Belgrado o también fue muy especial representarla en la sala pequeña del Teatro Fernán Gómez de Madrid. Todos tenemos un gran recuerdo de las funciones en Sevilla porque ya sólo entrar en aquel lugar daba significado al espectáculo, así como las texturas de las paredes, el color de las mismas, además del efecto que producían las luces de Miguel Angel Camacho. Tuvo un valor muy especial y ha quedado en la memoria de todo el equipo.

P: También está usted de actualidad por el éxito de Hécuba, desde su estreno en el Festival de Mérida, donde batió record de espectadores....  

J.M.: Desde  luego, ya desde la primera función sentimos que iba a ser un espectáculo que recibía una respuesta muy generosa del público. Creo que José Carlos Plaza ha creado un gran espectáculo, en el que cuenta con un reparto espléndido, con una Concha Velasco extraordinaria, que se convirtió en una gran trágica. Todo ha sumado. Además José Carlos hizo un uso muy inteligente  y hermoso del espacio de Mérida y, por lo que me dicen, la función está siendo recibida con entusiasmo allá donde va, parece que está funcionando en todas partes. Me siento muy orgulloso de formar parte del equipo de José Carlos.
Concha Velasco en Hécuba, que Mayorga ha adaptado
P: Usted hace la dramaturgia de esta obra, lo cual supone su siguiente acercamiento a un clásico griego tras el éxito de Fedra...

J.M.: En  ambos casos he disfrutado mucho y en Hécuba especialmente porque no conocía el mito tanto como otros y, si bien he sido muy fiel a Eurípides, también creo que, modestamente, le he podido prestar mi palabra. En este tipo de empeños uno busca la transparencia porque el espectador a quien busca es a Eurípides, no a mí, entonces yo tengo que hacer de una suerte de mediador entre aquel texto extraordinario y el espectador contemporáneo.
Ana Belén y Fran Perea en Fedra, otra exitosa dramaturgia de Mayorga
P: En Fedra realizaba la dramaturgia a partir de tres versiones del mito mientras que en Hécuba afronta la obra de Eurípides que nunca se había representado en España íntegramente...

J.M.: Yo, efectivamente, me he centrado en la obra de Eurípides y he intentado  entregar esa historia enorme y esos personajes formidables con toda la intensidad que he podido. En ese sentido, ha sido un trabajo humilde y ambicioso al mismo tiempo. Por un lado humilde porque no he intentado actualizar el texto para convertirlo en una excusa para hablar de mi tiempo porque  creo que un texto como ése siempre hablará de mi tiempo y de cualquiera. Por otro lado, es ambicioso porque no se puede ser de otra manera con un texto que habla de las grandes pasiones y de las experiencias mayores del ser humano.

P: Si se echa un vistazo a su producción dramática se ve una gran variedad temática ¿se considera un autor con cierto eclecticismo?

J.M.: Yo intento que así sea porque entiendo el teatro como un arte para examinar posibilidades de la vida humana,la cual es muy diversa, ya que caben la desdicha y la felicidad, la alegría y la zozobra, caben muchos "colores", el humor y el enfado, el amor y el desamor, y de todo eso puede haber en el teatro e intenta hablar mi teatro.
Otro gran éxito de Mayorga
Estando en Atenas, donde se representaban La tortuga de Darwin y Himmelweg, me dijeron que parecían dos obras escritas por dos autores distintos. Esto no me parece mal. Pero, sin embargo, hay otras personas que han ido reconociendo ciertos ejes temáticos y motivos comunes. En buena parte de mis obras está presente la preocupación por el lenguaje como espacio de iluminación y de dominación, distintas formas de violencia, y aparecen una y otra vez personajes que, ante enemigos enormes buscan defender su derecho a la libertad, así como la importancia de la imaginación, por ejemplo en El chico de la última fila y en La lengua en pedazos. Por otro lado La lengua en pedazos puede estar vinculada a Cartas de amor a Stalin, puesto que en ambas obras hay un personaje que intenta defender su mundo propio frente a un poder enorme, un tema que también se da en Animales nocturnos. Con el paso del tiempo uno ve ciertas preocupaciones que reaparecen si bien las formas de darse pueden ser muy diversas.  

P: Ha mencionado El chico de la última fila ¿qué ha supuesto para usted su traslación al cine con el filme francés En la casa, que ha sido todo un éxito?

J.M.: Hombre, me alegra ver cómo unos personajes que yo he creado han sido desplazados al lenguaje cinematográfico y al lenguaje de un gran creador como es François Ozon. Ha sido muy bonito que esto haya sucedido y, por supuesto, da alegría.
 En la casa, adaptación al cine de El chico de la última fila
P: Otra parte importante de su labor como dramaturgo es la de la adaptación de obras ajenas, como La visita de la vieja dama de Dürrenmatt o Un enemigo del pueblo de Ibsen. Su versión de esta última yo la pude ver en Sevilla en 2007 dirigida por Gerardo Vera y reconozco que el cambio de los reporteros al estudio televisivo fue un gran acierto....

J.M.: Sí ese fue un hallazgo, que le propuse a Gerardo desde el principio y le interesó. Pensamos  que era interesante el uso de imágenes. Convertir un periódico decimonónico en un estudio de televisión local hizo que pudiésemos dar un mayor dinamismo a las acciones. En el original de Ibsen había informaciones que requerían un cambio de escena o un personaje interpuesto  y en esta versión con una llamada era suficiente para conocer datos. Ese desplazamiento temporal fue muy útil. Precisamente esta adaptación se ha recuperado  para trabajarla Miguel del Arco y yo para la puesta en escena de la pieza en el Teatro Lliure en enero. Se titulará Un enemic del poble y se tratará no de mi  versión sino de la que hemos hecho Miguel del Arco y yo a partir de aquel texto, lo cual me alegra, pues es un segundo aliento de aquel trabajo.
Un enemigo del pueblo de Ibsen que Mayorga adaptó
P: ¿Cómo afronta la adaptación de textos ajenos ya sean extranjeros, como los mencionados o españoles como la exitosa La vida es sueño, por la que usted ha sido premiado?

J.M.: Yo insisto en la figura del traductor y hablo del traductor en un sentido radical más allá de que estés versionando de un idioma a otro. Yo  apelo a la figura del traductor incluso trabajando sobre mi propia lengua. Soy traductor en el sentido de un mediador entre el texto y el espectador contemporáneo. El adaptador ha de tomar una serie de decisiones pero siempre buscando la invisibilidad, sin marcar su presencia. No se debe hablar mucho de él pero tampoco ha de echársele de menos en el sentido de que notemos redundancias o elementos  que hoy pueden resultar superfluos  o incluso lastrantes, y eso es lo que hago modestamente.
La vida es sueño, otra gran adaptación de Mayorga

P: Hablando de los proyectos más inminentes, en la programación del Centro Dramático Nacional se incluye El arte de la entrevista y he comprobado un nuevo título que se ha añadido a su producción dramática, Reikiavik, ¿Qué puede contar de ambas obras?

J.M.: La verdad es que tengo la suerte de que en España estén representándose varias de mis obras. La semana pasada se estrenó un Himmelweg muy hermoso en la sala Atrium de Barcelona dirigido por Raimon Molins y siguen "vivos" El chico de la última fila dirigida por Víctor Velasco y La lengua en pedazos que la dirijo yo. El arte de la entrevista está en proceso de ensayos en estos momentos con dirección de Cuco Afonso y en el reparto se encuentran Alicia Hermida, Luisa Martín, Elena Rivera y Ramón Esquinas. Tengo muchas ilusiones depositadas en esta obra así como en la dirección de Cuco Afonso. Además El Crítico vuelve a Barcelona. Reikiavik tratará sobre el Campeonato de Ajedrez  que jugaron Fischer y Spassky en 1972 donde ambos "se jugaron" la Guerra Fría o representaron en aquel tablero una suerte de la misma en miniatura. Es de nuevo una obra sobre la imaginación, la memoria, los antagonismos. Pretendo dirigirla a medio plazo.
Uno de los próximos estrenos de Mayorga
P: Sus obras se están representado prácticamente en todo el mundo ¿tiene noticias de montajes actuales en el extranjero o del interés por adaptar otra de sus obras al cine?

J.M.: Que yo recuerde ahora mismo están en escena: El Crítico en Argentina, La paz perpetua y Cartas de amor a Stalin en México, Himmelweg en Francia, Hamelin, La paz perpetua y Himmelweg en Italia, La tortuga de Darwin y Himmelweg en Grecia. Esta última también está en Corea. En Grecia se está ensayando Animales nocturnos al igual que El chico de la última fila en Méjico. Con respecto al cine, hubo varios intentos de llevar a la gran pantalla Himmelweg pero no se han confirmado y ahora hay un interés en España de llevar al cine La lengua en pedazos, que ojalá salga adelante. 

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