jueves, 19 de diciembre de 2013

Samuel Señas y Lucía Espín "bajan" al sur con la obra de microteatro "Angustias culturales del telemarketing"

Las piezas para el formato microteatro siguen teniendo demostrando su éxito allá por donde van y, casualidades del destino, los responsables de la exitosa reposición de Bajarse al Moro son los que están siendo reclamados desde Granada para exponer su talento. Samuel Señas y Lucía Espín (director y actriz de la mencionada obra) siguen los pasos de sus compañeros Miguel Rascón y Héctor González (ambos, junto con Espín y Ana Salas, integran la compañía La Kimera Teatro) y representan en la misma sala (calle Marqués de Falces, 2) los dos últimos viernes y sábados de diciembre la obra Angustias culturales del telemaketing que Samuel Señas escribió, junto a José Serrano y Marta Sánchez, y ya protagonizó en Madrid.


El Rinconcillo de Reche ha hablado con Señas y Espín para que nos hablen de esta pieza teatral, desde el punto de vista creativo y actoral, y de algunos aspectos destacados de sus respectivas carreras.

Pregunta: ¿De dónde vino la idea para Angustias culturales del telemarketing?

Samuel Señas: La obra tiene casi dos años. La idea surge de una experiencia propia: Yo tenía que hacer en la Escuela una prueba de improvisación con una compañera de clase en la cual tenía que conquistarla y entonces me puse delante del ordenador a improvisar teniendo en cuenta el objetivo que debía lograr. Pero todo viene, sobre todo, porque yo vi la película de La red social y la primera escena que hay es una conversación a través del ordenador, donde varias conversaciones se cruzan entonces pensé que, actualmente, somos capaces de llevar muchos temas a la vez sin descuidar ninguno. La idea era la de llevar varias conversaciones a la vez y que cada uno de los personajes tuviese un objetivo muy claro: Antonio, mi personaje, quiere conquistar a Marina y ella quiere saber de qué va la obra que han ido a ver. Es una obra con temas muy entrelazados, porque se cambia, además, de tema constantemente.

Lucía Espín: Mi personaje utiliza al personaje que interpreta Samuel para hacer una crítica de teatro y las intenciones ocultas las hemos trabajado muy bien porque Samuel y yo tenemos complicidad y se trabaja muy interiormente esa doble dirección, ya que él no debe de notar que las preguntas van más allá. Lo que debo de tener claro es a lo que voy y mi deseo concreto sin que él se entere. Ambos personajes juegan a lo mismo, a que el otro no se entere de sus intenciones reales.  

P: ¿Cómo es la reacción del público?

S.S.: Pues resulta que, en esta obra, la obra comienza sin que el público sepa desde el principio que nosotros somos los actores y se dan cuenta al poco tiempo de empezar nosotros a actuar. Esa intención se buscó porque hay que tener en cuenta al público, que no haya cuarta pared. Cuando se estrenó esta pieza originalmente la directora Patricia Ferreira, nos indicó que las primeras frases las dijésemos en un tono muy bajo por lo que la gente está hablando y se da cuenta luego de que la obra ha empezado. La gente no se lo espero. De hecho la obra comienza con un sonido de WhatsApp y la gente echa la bronca a la actriz para que apague el móvil e incluso se pone a hablar con ella. La obra tiene, por tanto una parte de improvisación
L.E.: Yo voy a hacer esta obra por primera vez en Granada pero he hecho anteriormente otras obras para Microteatro, como La última charla los actores aparecíamos desde fuera y eran unas reacciones muy graciosas. 
El actor, director y autor Samuel Señas
 P: ¿Para vosotros como actores debe de ser un incentivo de creatividad ¿no?

S.S.: Lo bueno de estas obras es que no sabes lo que va a pasar. Yo hice una pieza de microteatro con María Garralón (Tribulaciones de un gigoló) y la gente cogían una copa y la dejaban en la mesita, sin saber que la mesa formaba parte del atrezzo de la obra.

L.E.: Lo que ocurre en estas obras es que la gente no sabe que soy la actriz, entonces observas reacciones de que te miran como extrañados. En Microteatro por dinero en Madrid siempre te dicen que te puedes sentar en todas las sillas menos en dos rojas que hay en la sala y en La última charla mi personaje era rapera, pasota y me sentaba en esa silla roja, entonces a veces alguna chica se me acercaba y me decía "Hay no te puedes sentar" y yo decía "Bah, a mí me da igual" y la gente se quedaba un poco sorprendida. El concepto de Microteatro se está adoptando en muchas ciudades del mundo como Miami, Amsterdam o Berlín. Con la crisis hay que adoptar otras medidas  que sean más asequibles económicamente. 

P: ¿Qué ha supuesto el éxito de Bajarse al moro?

S.S.: El público salía muy contento, yo esa obra la conocía porque coincidí en la Escuela con la mujer de José Luis Alonso de Santos, Margarita Piñero y ella hablaba mucho de cómo su marido la fue concibiendo, que fue a partir del conflicto.

L.E.: Es la segunda obra que hacemos en La Kimera Teatro y para mí significa otro paso más. Somos cuatro actores que hemos trabajado duro para sacar obras adelante y Bajarse al moro fue toda una experiencia. Hacer obras por tu cuenta, trabajarlas desde el inicio y ver que tienen un recorrido y que el público responde positivamente es muy gratificante. También es cierto que es una adaptación donde nosotros hemos fabricado hasta el último mueble de la escenografía, vestuario, todo y Samuel fue todo un descubrimiento  porque lo puso todo en la dirección del montaje.

P: (a Lucía Espín): ¿Qué le dice a usted el nombre de Roberto Pérez- Toledo?

L.E.: Es una persona que me ha dado la oportunidad de trabajar con él en varios cortometrajes (Pajaritos, Chico especial) y ahora se está abriendo un camino increíble. Es muy talentoso y sensible, tiene algo muy difícil, que es un estilo de manera que al ver un trabajo suyo, sin decirme que lo ha dirigido él, yo lo puedo adivinar. Aprendí mucho con él. 
La actriz Lucía Espín
 P: (a Samuel Señas): En su faceta de actor ha trabajado con Juan Carlos Pérez de la Fuente ¿Qué destacaría de él como director de escena?

S.S.: Trabajé con él en La vida es sueño, Angelina o el honor de un brigadier y Puerta del Sol, basado en los Episodios Nacionales y que fue una producción grande e importantísima, con más de cuarenta actores. Curiosamente en la época de La vida es sueño yo estaba terminando en la RESAD y Juan Carlos me hizo la prueba justo la misma tarde en la que yo estrenaba mi obra de fin de carrera. Es una persona muy pasional, pone mucho sentimiento en lo que hace y se transmite en las obras que dirige.

P: (a Lucía Espín):  Usted ha trabajado en varias series de televisión (El Comisario, Águila Roja, Tierra de Lobos) ¿considera que la duración del personaje, episódicos o fijos, no influye en la manera de encarar el trabajo, sino que hay que dar lo mejor de sí independientemente del tiempo que se aparezca en pantalla?

L.E.: Por supuesto, porque si te dan un personaje de pocas frases debes de sacarle todo el jugo posible.  En teatro, por ejemplo, si tienes que desarrollar un personaje en una obra de hora y media, tienes  más tiempo para "encontrarlo". Pero en un episódico tienes que estar de principio a fin a tope, hay que darle las intenciones correctas y estar al cien por cien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario