miércoles, 17 de enero de 2018

"Tres anuncios en las afueras": ¿Ley y Orden?

Una mujer decide actuar por su cuenta cuando ve que las autoridades no resuelven el caso de la violación y asesinato de su hija. Esta frase podría formar parte de una de tantas noticias que se ven todos los días en los informativos. Sin embargo, es la premisa de Tres anuncios en las afueras, la potente película escrita y dirigida por Martin McDonagh.

Este reputado dramaturgo, autor de obras como La reina de belleza de Leenane (estrenada en España por Mario Gas dirigiendo entre otros, a Vicki Peña) o El cojo de Inishmaan (de la que Gerardo Vera hizo un celebrado montaje con Marisa Paredes, Irene Escolar y Terele Pávez), no es ajeno al séptimo arte puesto que ya atesora un Oscar por el cortometraje Six Shooter (2004) y ha dirigido Escondidos en Brujas (2008) y Siete psicópatas (2012).

En el título que nos ocupa McDonagh decide filmar un western moderno con toques de thriller y humor negro repleto de abrupta violencia que estalla en el momento más inesperado (en cuanto a la persona y a la forma). Los tres anuncios del título desencadenarán una serie de acciones en forma de represalias y venganzas continuas poniendo sobre la mesa temas como el racismo, la homofobia o los pecados de la Iglesia. Esto hace que varios personajes adopten actitudes reprobables, actuando por impulsos y, sobre todo, saltándose la ley.

El peso de la película lo lleva Frances McDormand, quien curiosamente ganó un Oscar en 1997 gracias a Fargo (Hermanos Coen, 1996) dando vida a una policía embarazada, y suena para el mismo premio en un papel opuesto a ése. Las acciones de su personaje, donde prima la brusquedad ante las injusticias, tienen un poso de amargura por lo que le ocurrió a su hija, mostrado gracias a un demoledor flashback. La protagonista de títulos como Agenda oculta (Ken Loach, 1990), El hombre que nunca estuvo allí (Hermanos Coen, 2001) o Quemar después de leer (Hermanos Coen, 2008) lleva en su rostro esa amargura que la traduce en una aparente o clara falta de escrúpulos y sentimientos ante las desgracias ajenas y su frustración no le hace salir de la espiral nada pacífica en la que se ha metido y una sequedad que se ve a las claras en su manera de hablar y de no conformarse. Un trabajo nada fácil que ya le ha hecho ganar el Globo de Oro y que confirma a McDormand como una actriz valiente que salta sin red ante retos como el personaje de este filme.

Los personajes concebidos por McDonagh han encontrado en fantásticos actores a sus réplicas en carne y hueso, como es el caso de los representantes de la ley que interpretan unos magníficos Woody Harrelson, (a quien desde hace tiempo no se puede asociar sólo a la comedia) dando vida al jefe de la investigación que provoca la reacción inicial del personaje de McDormand y que tiene una evolución que va de sorpresa en sorpresa y, por otro lado, Sam Rockwell con un personaje que cruza la linea de la legalidad continuamente lo cual tiene sus consecuencias y supone una de las bazas del filme por su evolución

También están espléndidos Lucas Hedges, la gran revelación de Manchester frente al mar (Kenneth Lonergan, 2016), con escenas con McDormand en las que transmiten una gran compenetración, así como Peter Dinklage, al que le dan un personaje secundario pero ocasión para lucirse, sobre todo en una escena muy concreta, aunque a un servidor le era difícil no ver al Tyrion Lannister de la serie Juego de Tronos.  

La incertidumbre por lo que va a pasar está marcada también por la música de Carter Burwell, fiel precisamente a los Coen desde Sangre fácil (1984) a la que canciones de ABBA o Joan Baez ayudan a acentuar los contrastes tan secos e inesperados de tono que tiene la película. Y atentos porque pocas veces escuchar música con los auriculares puestos ha tenido tanta importancia dramática.

Tres anuncios en las afueras es una película que puede provocar todo tipo de reacciones, pero indiferencia... un servidor puede afirmar con contundencia que no.  

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