"Una sofisticadísima vendetta". Con esta frase se puede definir, en palabras de sus responsables, uno de los puntos clave de la obra de teatro Yo, el heredero, del autor napolitano Eduardo de Filippo (quien también escribió Filomena Marturano), que estará representándose en el Teatro Lope de Vega de Sevilla desde mañana hasta el domingo. Estrenada con enorme éxito el pasado mes de septiembre en el madrileño Teatro María Guerrero, se trata de otra producción del prolífico Andrea D'Odorico, quien ya trajo a Sevilla el mes pasado la sorprendente La escuela de la desobediencia. En esta ocasión, la obra que nos ocupa es una comedia amarga estrenada originalmente en 1942, por lo que tiene muy presente el neorrealismo italiano.
La función está dirigida por el también napolitano Francesco Saponaro y protagonizada, entre otros, por Ernesto Alterio, José Manuel Seda, Yoima Valdés, quienes asistieron a la presentación de la obra junto a D'Odorico, y la veterana Concha Cuetos.
En la presentación, que introdujo el director del teatro, Juan Víctor Rodríguez Yagüe, Ernesto Alterio, del que un servidor recuerda su magnífica interpretación en Rosencrantz y Guilderstern han muerto de Tom Stoppard junto a Juan Diego Botto en 2001, destacó que la obra "ha conectado con un público muy popular pero también muy intelectual". Alterio resaltó que su personaje, Ludovico, "es muy extraño, viene del mar, se ha hecho a sí mismo, muy culto y al entrar en una casa destapa las hipocresías de una familia". Alterio encarna a un hombre que reclama la caridad que recibió su padre, ya fallecido, por parte de una familia burguesa. Esta situación hace que durante la obra los personajes estén al límite y nunca se sepa qué va a ocurrir.
Por su parte Yoima Valdés calificó a su personaje como "una mujer burguesa, engreída, rica, pero dentro de la familia es la menos hipócrita, ya que tiene mucha frustración, ya que, en los años 40, la mujer tenía que guardar un segundo plano y no puede rebelarse".
La obra recorrerá diversas ciudades españolas en una gira que finalizará en mayo en España para representarse en Nápoles en el mes de junio.
Tras la rueda de prensa el actor sevillano José Manuel Seda (muy popular para los telespectadores gracias a su intervención en series como Yo soy Bea, El Bloke. Coslada Cero o Física o Química) y que encarna al abogado Amedeo en esta obra de teatro, tuvo la amabilidad de conceder una entrevista para este blog.
Pregunta: ¿Cómo es la experiencia de trabajar con un director napolitano como es Francesco Saponaro?
José Manuel Seda: Lo fundamental es que es otra tradición teatral. Conoce perfectamente la Comedia del Arte, como la conocía De Filippo, el autor. Tiene una expresividad muy cercana al sur, insistía mucho en que los personajes se expresaran de una manera muy pasional. Nos ha enseñado a movernos de esa manera, muy cercana a como somos realmente aquí, donde hablamos moviendo mucho las manos, gesticulando. Los personajes tienen una manera de expresarse "italianizada".
P: Por la naturaleza de la obra, se puede decir que la familia es algo muy importante en la cultura italiana y mediterránea...
J.M.S.: Absolutamente. De Filippo en muchas de sus obras disecciona la familia, quizás por sus propias relaciones familiares, ya que sus propios hermanos y su hijo formaban parte de la compañía teatral. Él empezó con cuatro años transcribiendo los textos de su padre, que era actor, y tomaba notas de las obras. En esta función hay un matriarcado, donde parece que los hombres toman las decisiones pero lo hacen empujados por las mujeres.
P: ¿Los personajes de esta obra tienen una justificación para actuar del modo que lo hacen?
J.M.S.: Por supuesto, mi personaje es el hijo de un importante abogado de Nápoles que hereda el bufete familiar, la tradición, una manera de comportarse, que tiene una hermana separada, lo que la hacía estar señalada por la sociedad de esa época. A Amedeo le ha tocado ser el "capo di famiglia", sin tener el mismo talento que su padre, tiene el peso y la obligación de ser como él, porque le tocó ser abogado, no porque él lo eligiera, sino por ser el primogénito y ser varón.
P: La anterior ocasión en que vino a este teatro fue en 2009 con La fierecilla domada ¿impone enfrentarse a un texto de William Shakespeare?
J.M.S.: Más que imponerme me facilita el trabajo, porque un buen texto te lleva solo y sólo tienes que estar al servicio de él y a mí me ilusionaba hacer Shakespeare. Me lo pasé muy bien y para mí hay un antes y un después de esa función. Y este personaje, Amedeo, es muy diferente al Petruccio de Shakespeare, es un ser pusilánime y gris.
P: Este año se cumplen 20 años de la Expo'92 y, en su trayectoria, llama la atención su participación en la cabalgata de ese evento ¿qué hacía exactamente?
J.M.S.: Allí hice de todo, entré en julio, casi al final, y entré como portador, no como actor, ya que existían esas dos categorías. Me metía dentro de botellas hinchables, algunas veces sacaba la bola del mundo, alguna vez hice algún personaje. Yo venía de hacer mi primer montaje profesional, Doña Rosita la soltera, de Federico García Lorca, un montaje espectacular, que se estrenó además en este teatro, en septiembre de 1991, con Susi Sánchez, Carlos Alvarez Novoa, María Jesús Lara, María Alfonsa Rosso...unos grandes de aquí.
P: Ha trabajado con Benito Zambrano en Solas y Padre Coraje ¿qué destacaría de este director, ahora de actualidad por sus nominaciones a los Goya (por La voz dormida)?
J.M.S.: Mis intervenciones han sido cortas, pero destaco su empeño en sacar la verdad a los personajes y a los actores con los que trabaja. Creo que esa es la base del cine de Benito: esa búsqueda de la verdad, la autenticidad, la verosimilitud de la realidad que retrata, a veces algo complicadas.
FOTOS: ALEJANDRO RECHE SELAS
P: Ha trabajado con Benito Zambrano en Solas y Padre Coraje ¿qué destacaría de este director, ahora de actualidad por sus nominaciones a los Goya (por La voz dormida)?
J.M.S.: Mis intervenciones han sido cortas, pero destaco su empeño en sacar la verdad a los personajes y a los actores con los que trabaja. Creo que esa es la base del cine de Benito: esa búsqueda de la verdad, la autenticidad, la verosimilitud de la realidad que retrata, a veces algo complicadas.
FOTOS: ALEJANDRO RECHE SELAS
Habrá que ir a ver la obra, no?????
ResponderEliminarGracias por acercarnos tan bien al teatro.
Besos.
Milhojasrosas.