viernes, 2 de marzo de 2012

Los claroscuros del arcoíris

               CRÍTICA TEATRAL: AL FINAL DEL ARCO IRIS

Reconstruir los últimos meses de la vida de un artista no es nada fácil, sobre todo si tenemos en cuenta la forma en la que este período fue vivido y, sobre todo, su final. Pero ahí se demuestra la maestría de los dramaturgos.

En Al final del arco iris, Peter Quirtel esboza con genial mano los últimos meses de un mito como  es la actriz y cantante Judy Garland. La obra cuenta con la sabia dirección de Eduardo Bazo y Jorge De Juan (responsables a su vez de Drácula uno de las obras teatrales de la temporada, cuyo estreno nacional tuvo lugar precisamente en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde Al final del arco iris, se representa hasta este domingo).

La obra se sostiene gracias a un sólido trío de actores, donde brilla con luz propia Natalia Dicenta encarnando a la malograda actriz de El mago de Oz en sus horas más bajas. A lo largo de la obra, el espectador presencia, como si mirase por el ojo de una cerradura, lo que ocurre en la intimidad de un hotel, donde Judy Garland se nos muestra, combinando drama y comedia, como esa artista que aun no se resigna a dejar de serlo, convencida de que el público la sigue queriendo, como así lo demuestra. 

La labor de Natalia Dicenta, que demuestra sus grandes dotes como cantante, se ve reforzada por el acompañamiento de dos actores igualmente espléndido: Nacho López interpreta a Mickey Deans, el último de los maridos de Judy Garland. López lo da todo intentando que el personaje de Natalia Dicenta no se derrumbe, actuando convincentemente como ese hombre que intenta que la mujer con la que ha decidido compartir su vida no recaiga en aquellos elementos que pueden costarle el fin definitivo de su carrera.

Por otro lado Mauro Muñiz interpreta al pianista Anthony, que acompaña a la pareja durante su estancia en Londres. Hay que destacar las últimas palabras pronunciadas por este personaje que son realmente emocionantes, si se conoce el final de la actriz.

En la obra hay una importante carga dramática pero también grandes canciones interpretadas a la perfección por Natalia Dicenta y que a muchos nos trae nostalgia por un ser que no se mereció el final que tuvo.

Por último, destacaría el vestuario diseñado por Yvonne Blake, ganadora del Oscar por Nicolás y Alejandra (Franklin J.Schaffner, 1971) y de cuatro Goyas por sus diseños para filmes como Canción de cuna (José Luis Garci, 1994) o Carmen (Vicente Aranda, 2003). Los vestidos diseñados para Judy Garland son un motivo más para recalcar el hecho de que la artista crea que aún no ha perdido el glamour que la hizo célebre cuando era una niña.

Un gran homenaje a una actriz inmortal, cuyo legado demuestra que ese arco iris, no tendrá nunca fin.

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