En la vida se suele decir la frase "Renovarse o morir", la cual puede aplicarse a muchos campos incluso el cinematográfico. Los distintos géneros han tenido que reinventarse para no caer en la repetición, unos con más aciertos que otros. El género de terror es uno de los que más adeptos tiene.
Si Wes Craven revitalizó del cine de psicópatas con la saga Scream a mediados de los noventa, en el año 2004 llegó a las pantallas una película de bajo presupuesto, se dice de un poco más del millón de dólares, que revolucionó la taquilla. Se trataba de Saw dirigida por James Wan y que inauguró una franquicia finiquitada en 2010 con la séptima entrega.
En la primera, que tiene como precedente un cortometraje de 2003 dirigido también por Wan, se nos presentaba a dos hombres atrapados en una habitación con un cadáver en medio de la misma, y que eran víctimas de un psicópata, Jigsaw (Tobin Bell), acompañado por un particular y siniestro muñeco, que les planteaba una serie de retos para salir con vida, este esquema se repite en el resto de las entregas, que seguían la misma dinámica pero el nivel de sangre e imágenes desagradables se iba incrementando, hasta llegar a la última entrega, rodada en 3D, donde el nivel llega a su punto más alto.
Tobin Bell, alias Jigsaw |
El muñeco de Jigsaw dando las "instrucciones" |
Una de las mortales trampas de Jigsaw |
Los productores, sabiamente, decidieron estrenar una película cada año para que los fans no perdieran el hilo argumental que se va completando, eso sí aguantando litros de sangre y escenas difíciles de ver, lo que hizo que la sexta entrega fuera calificada X en España, aunque creo que la que se merecía tal calificación era la última, donde un servidor aguantó como pudo lo que veía en pantalla.
Como curiosidad, mencionaré que en la última entrega, uno de los protagonistas es Chad Donella, uno de los protagonistas de Destino Final (James Wong, 2000) la primera entrega de otra de las sagas que renovaron el cine de terror y de la que hablaré si se confirma que no habrá más entregas, como sucede con Saw, ya que la última entrega se ha dicho que es el capítulo final de una saga que no deja indiferente al espectador por su nivel de crudeza y crueldad y que ha hecho que Jigsaw forme parte de los villanos por excelencia del cine de terror más sangriento: Freddy, Jason os ha salido un duro competidor.
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