Al asistir al estreno nacional y europeo, como ha tenido lugar en el Teatro Quintero de Sevilla, de una obra desconocida por estos lares, y sobre un tema y un personaje muy actuales, siempre se tiene la incertidumbre de qué se va a ver sobre el escenario. Pero cuando lo que se ha visto hace reír y reflexionar se siente que ha valido la pena el tiempo invertido. Esta sensación la tendrán todas aquellas personas que vayan a ver Agonía y éxtasis de Steve Jobs. La obra, un gran éxito en Estados Unidos, escrita y protagonizada por Mike Daisey, nos acerca a una realidad muy vigente, la de las últimas revoluciones tecnológicas que abundan en esta sociedad de consumo actual:iPads, iPhones etc... y el "padre" de estas criaturas, Jobs, a través de su empresa Apple. Pero la obra tiene su punto fuerte en el relato de otra realidad, la de las fábricas en China de donde salen estos aparatos y las condiciones en las que se encuentran sus trabajadores.
La obra tiene uno de sus logros y hallazgos en que lo anteriormente referido es contado al público por un único actor, un soberbio Daniel Muriel, quien nos narra la historia de Jobs, Apple y las fábricas chinas de una manera dinámica, ya que combina la narración de unos hechos con unos toques de humor, acentuados cuando tiene que hacer las modulaciones de voz para emular a más de diez personajes, con el intento, conseguido con creces, de que se tome conciencia de dónde salen esos artilugios que millones de personas en todo el mundo tienen.
La dirección de David Serrano y la adaptación del texto original, de Nacho Artime, en colaboración con el propio Serrano y Muriel, son de lo más acertadas para no aburrir en ningún momento al público. El esfuerzo de Muriel (comprensibles los tragos de agua a lo largo de la hora y cuarto en la que permanece en escenario sin parar), da cuenta de su versatilidad, cambios de registros y enorme capacidad interpretativa. Todo ello aderezado con una sencillísima puesta en escena con escasos elementos escénicos, ya que lo que tiene prioridad es esta obra, como no podía ser menos en el teatro, es la palabra, lo que nos cuenta en este caso Daniel Muriel, aunque la tecnología está presente, por supuesto.
Daniel Muriel durante su actuación en la obra de Mike Daisey |
Agonía y éxtasis de Steve Jobs es otra muestra del buen saber hacer del productor Carlos Lorenzo, en colaboración con Drive Entertainment, a la hora de llevar a escena textos innovadores o actualizados como su anterior producción, la extraordinaria Shirley Valentine, mostrando, en la obra que nos ocupa, sirviéndome del título del controvertido documental sobre el medio ambiente de Davis Guggenheim, "una verdad incómoda" propiciada por un visionario.
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