sábado, 22 de noviembre de 2014

Ginés García Millán: "El público sale de ver 'Jugadores' con muy buen sabor de boca"

Termina la rueda de prensa y Ginés García Millán se sienta cómodamente para atender a El Rinconcillo de Reche. Con una actitud y voz serenas, García Millán contesta a las preguntas planteadas con una sonrisa permanente en la cara. Formado como actor en la RESAD de Madrid, tiene sólida carrera en cine, teatro y televisión (La Señora, Periodistas, Frágiles etc..)

Con Ginés García Millán tras la entrevista. Alejandro Reche
El actor murciano nos habló de la obra que le ha traído a Sevilla concretamente al Teatro Central hasta mañana domingo, Jugadores, donde comparte escenario con Miguel Rellán, Jesús Castejón y Luis Bermejo, sus experiencias teatrales con directores de la talla de Miguel Narros, Eduardo Vasco o Daniel Veronese y de dos series, una muy recordada por muchos telespectadores y otra aún en emisión. Como siempre digo, pasen y lean.

Pregunta: ¿Cómo llega a Jugadores?

Ginés García Millán: Llego por Ana Jelín, la productora de esta función. Ella me habló de un autor catalán, Pau Miró, que le parecía muy interesante y me dijo: "Te voy a hacer llegar este texto, creo que este hombre tiene algo que decir y me parece que tiene una visión nueva y diferente". Yo con Ana ya había trabajado en Los hijos se han dormido y cuando me llegó el texto acepté encantado.

P.: Forman un cuarteto de actores excepcional. A la hora de trabajar ha tenido que haber una buena compenetración entre los cuatro para lograr un resultado compacto... 

G.G.M.: Tengo la fortuna de haber trabajado ya con Miguel Rellán en Los hijos se han dormido y con él repetiría siempre porque es un gran actor, generoso, y es un placer trabajar con él. A Jesús Castejón y a Luis Bermejo los conocía pero no había trabajado con ellos y tenía muchas ganas. Yo intuía que iba a haber una buena sintonía. Pau Miró es el que ha creado el ambiente propicio y ha sido un proceso muy gratificante.

P.: En la obra interpretan a cuatro hombres con profesiones y situaciones diferentes. ¿Se planteó en algún momento que alguno de los cuatro hiciese otro personaje diferente al que finalmente interpreta en la función?

G.G.M.: Yo creo que cualquiera podría hacer cualquiera de los personajes, lo que pasa es que cuando se lee un texto por primera vez, tu experiencia y tu manera de ver el mundo siempre te lleva a implicarte más con uno que con otro. Eso depende del momento que estés viviendo, y yo tenía predilección por el personaje que finalmente he interpretado, el enterrador. Sería curioso que se rotasen los personajes en las funciones, a mí me encantaría.
Con sus compañeros en Jugadores de Pau Miró

P.: Por lo que tengo entendido, la reacción, por ejemplo, en los Teatros del Canal, ha sido muy positiva...

G.G.M.: Sí, es una función amable, la gente sale con una sonrisa, además, el público entra poco a poco porque al principio no sabe de qué va la obra: Las situaciones son un tanto extrañas, el tempo, el lenguaje, pero creo que es una obra escrita con una gran maestría de la que el público sale con muy buen sabor de boca.

P.: Echando la vista atrás, usted ha trabajado varias veces con Daniel Veronese, justo antes de Los hijos se han dormido, en Glengarry Glen Rose de David Mamet y en Mujeres soñaron caballos. Son de dos textos de Veronese (Los hijos... y Mujeres...) y un tercero de otro autor ¿Notó diferencias a la hora de dirigir un texto propio a uno ajeno? 

G.G.M.: Hay una pequeña diferencia: Cuando es un texto propio, él puede añadir o quitar a medida que avanzan los ensayos o por lo que van dando los actores. Es muy interesante porque cada actor tiene cosas diferentes y, si el director es generoso y está abierto a sugerencias, se crean cosas diferentes e interesantes en cada montaje. Cuando trata un texto como el de Mamet, hay un respeto y cuesta más. Por decirlo de alguna manera, respeta más a un autor extranjero que a sí mismo.
Con Carlos Hipólito, Andrés Herrera y Gonzalo de Castro en Glengarry Glen Rose
Pero en cualquier caso, el método de trabajo de Daniel es muy parecido porque trabaja mucho con la verdad de los actores y tiene un modo muy especial de trabajar el lenguaje y de mover los elementos y a los actores en escena.

P.: Hablando de teatro reciente ¿Qué le ha aportado el personaje de Santiago Zavala?

G.G.M.: Estoy muy orgulloso de Kathie y el hipopótamo. Cuando la leí al principio me pareció una función difícil y Magüi Mira me convenció para hacerla. Formamos un gran equipo. Trabajar con Ana Belén fue maravilloso. No he podido hacer la gira porque ya tenía un compromiso con Jugadores.

P.: Curiosamente, a la vez que usted con Jugadores, se representa en el Teatro Lope de Vega Don Juan Tenorio dirigida por Blanca Portillo y en el Teatro de la Maestranza, Don Giovanni de Mozart. Precisamente usted interpretó Don Juan Tenorio en la Compañía Nacional de Teatro Clásico... 

G.G.M.:  Efectivamente. La dirigió Eduardo Vasco. Fue un Don Juan estupendo, muy especial para mí. Marcó mi vida profesional y estoy muy feliz y orgulloso de haberlo hecho y de haber aceptado la propuesta porque me permitió conocer el texto. Creo que es uno de los trabajos más importantes que he hecho.

P.: Yendo un poco más hacia atrás, usted trabaja al inicio de su carrera con Miguel Narros en Así que pasen cinco años de Lorca, en La doble inconstancia de Marivaux y en El Rey Lear de Shakespeare ¿Qué supuso para usted que lo dirigiese un maestro como lo fue él, en obras tan diferentes?

G.G.M.: Miguel Narros fue mi profesor cuando estudié Arte Dramático porque, aunque soy de Murcia, estudié en la RESAD, en Madrid. Cuando terminé, me llamó para trabajar en el Teatro Español y cuando me vi en ese escenario fue algo increíble. Estoy muy agradecido a Miguel y a todo lo que hice con él.


P.: Para terminar, un par de recuerdos televisivos ¿Qué supuso para usted Motivos Personales?

G.G.M.: Fue una gran serie. Tiene muchos seguidores hoy en día, fue estupenda. Creo que marcó y dio un giro en la ficción televisiva y la gente estaba entusiasmada. Lo recuerdo con mucho cariño, todo el equipo, el ambiente de rodaje...
Con el resto del reparto de Motivos Personales

P.: Por último, usted hizo en la serie Isabel un personaje, Pacheco, que era del bando detractor de la reina y mostraba una maldad explícita ¿Cómo fue para usted la experiencia con el personaje y la serie en general?

G.G.M.: Estoy agradecido a las personas que pensaron en mí para hacer ese personaje y por haber  estado en un proyecto tan bueno, porque tenemos una Historia estupenda y tenemos que perder el miedo a contarla, ya que se ha demostrado que se puede contar bien con los medios que tenemos.
Con parte de sus compañeros en Isabel
Con respecto a mi personaje debo decir que la maldad es parte del ser humano y todos podemos ser buenos y malos según las circunstancias y lo que nos dan esos personajes o la buena literatura es poder conocernos y llegar a lugares nuestros que, seguramente, no conocíamos. Creo que a los personajes hay que entenderlos y hay que quererlos para poder interpretarlos.

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