Jesús Cimarro es un hombre clave en la cultura de este país. Desde 1988, con su productora Pentación, ha puesto en pie obras de teatro muy diversas que han quedado en la retina de los espectadores. Desde el año 2012 combina su trabajo de productor con el de director del Festival de Mérida y durante estas tres ediciones pasadas ha hecho maravillar al público gracias a la calidad de las programaciones que realiza y espectáculos como Electra, Hécuba, El Eunuco o la ópera Salomé son sólo unos ejemplos de los títulos que se han podido ver en sus años al frente del Festival y viendo la programación de este año con Medea, Hércules, Antígona, La asamblea de las mujeres, César y Cleopatra o Sócrates se puede decir que el público disfrutará a lo grande
Jesús Cimarro, portada de GRADA el año pasado* |
Pregunta: Las recientes declaraciones de Vara afirmando que desea que usted continúe al frente del Festival de Mérida supongo que han tenido que ser importantes para usted...
Jesús Cimarro: Cuando se produce un cambio de gobierno hay una transición que puede ser complicada y, comenzando el Festival el 1 de julio, creo que es positivo que el nuevo Presidente de la Junta de Extremadura avale el trabajo que hemos hecho durante estos años durante las distintas ediciones del mismo.
P.: Esta es la cuarta edición del Festival que usted dirige y, cuando comenzó en el 2012, además de la programación, instauró los Premios Ceres, que considero que fueron un gran aliciente...
J.C.: Yo tenía claro que había que hacer algo para que el Festival tuviese una visibilidad importante y que se pudiera retransmitir por Televisión Española a través del Canal Internacional. Creo que las galas han sido un incentivo para mucha gente.
P.: Yo, personalmente, considero que han logrado el objetivo...
J.C.: Estas iniciativas tienen unas respuestas. La cultura es una fuente muy importante de empleo y de movimiento económico por lo que considero que hay que acoplar a los nuevos tiempos el hecho de que existan nuevos espacios de proyección cultural y el Festival de Mérida lo es. Eso es esencial.
P.: Usted lleva durante estos últimos cuatro años combinando dentro del Festival su trabajo como productor y como director ¿cómo gestiona ambas facetas a la vez?
J.C.: Yo, por un lado, genero proyectos, y por otro los produzco. Cuando se tiene una idea ésta puede tener un coste desorbitado y no llevarse finalmente a cabo. Siempre pienso en espectáculos que se puedan poner en un escenario con una viabilidad económica, porque, si no, es imposible trabajar. Esto hay que tenerlo en mente cuando se cuenta con dinero público, el cual hay que saber administrar bien, con transparencia y, sobre todo, que produzca una rentabilidad, no sólo económica, sino también cultural y social.
P.: Precisamente ahondando en esa respuesta, con Hécuba y El Eunuco se batieron records...
J.C.: Es que la calidad no está reñida con la comercialidad. Creo que la clave es que la gente decide qué va a ver al final. Si el público no quiere ver un espectáculo, por mucho que hagas, no va a ir. Esa es la realidad. Mi obligación como gestor del Festival es que la ciudadanía se entere de que en Mérida se van a representar una serie de espectáculos. Tengo que transmitir los mejor de ellos para que las personas puedan conocerlos y luego decidirán si vienen a verlos o no.
P.: José Carlos Plaza dirige en esta edición un nuevo espectáculo, con lo que ha venido a Mérida tres de los cuatro años que usted lleva como director del Festival, y Magüi Mira repite tras el año pasado...
J.C.: Sí, también vuelve Paco Carrillo, que dirigió Los gemelos. Hay directores que repiten porque creo que hay propuestas que pueden hacerlas. Cuando me dicen que no arriesgo mucho yo considero que trabajar en el Teatro Romano no es fácil y no todo el mundo sirve para dirigir un espectáculo en él. Es un espacio complejo y, como yo trabajo con dinero público, no puedo permitirme el lujo de que lo que se haga sea un fiasco porque al final lo tienen que pagar los extremeños y voy a intentar que ellos no paguen más de lo que ya lo hacen.
P.: ¿Cómo realiza usted el proceso de confeccionar la programación del Festival?
J.C.: Lo primero que considero es que el espectáculo no se haya representado en una serie de años porque no hay muchos títulos para seleccionar debido a que la temática grecolatina es más bien corta e incluso hay obras que no están terminadas. Lo que intento es combinar títulos importantes con otros que no se hayan hecho nunca. Si miramos esta edición ni Sócrates ni Hércules se han puesto en pie anteriormente. Cuando me dicen que no innovo yo respondo que sí lo hago. Hay gente que habla sin tener mucho conocimiento y opina a la ligera. Preparar un Festival de estas características es muy complicado porque hay que aunar las agendas de muchas personas para llevarlo a cabo y cuando esto se hace a los artistas hay que enamorarlos de los proyectos porque, si no se logra, no van. Yo no puedo obligar a alguien que no quiera hacer Medea, Sócrates o La asamblea de las mujeres. Si no se enamoran del proyecto no lo van a hacer por mucho dinero que se ofrezca.
P.: Mi opinión es que hacer títulos que ya se han montado no es repetirse sino una oportunidad para personas que no vieron una obra determinada poder verla por primera vez...
J.C.: Claro, es que hay mucho público nuevo y el teatro permite, gracias a las puestas en escena, que se vea una obra con un reparto y un director determinados y ver diez años más tarde la misma obra pero con un equipo artístico y técnico distinto y se presencia otro espectáculo aunque el argumento sea el mismo. Son propuestas distintas. Mis programaciones son para que la gente diga: "Voy a ver este espectáculo", y yo me conformo con que vayan a ver una de las obras del Festival porque hay una variedad para poder elegir.
P.: Usted, con Pentación, ha estado vinculado al Festival de Mérida desde 1989, cuando produjo Miles Gloriosus pero ¿cómo recuerda el primer año como director? Porque debió de ser un salto importante y un reto en su trayectoria profesional...
J.C.: Fue un reto porque dispuse de un mes y medio para preparar toda la programación y tuve que echar mano de la complicidad de la gente que conocía porque habría sido imposible si no hubiese tenido a directores, actores y actrices que me hubiesen acompañado en esa primera edición. Trabajo con personas que conozco y otras que no, de hecho estoy trayendo a intérpretes que nunca han trabajado en Mérida y, por supuesto, mi trabajo se puede cuestionar y yo tengo que estar abierto a las críticas constructivas nunca las destructivas porque al final hay datos que nos avalan. Yo tomé las riendas del Festival con cincuenta y dos mil espectadores y la edición del año pasado tuvo ciento veintitrés mil, mucho más del doble, en plena crisis y con el IVA en el veintiuno por ciento. Con esto no quiero decir ni mucho menos que yo me tenga que eternizar en el Festival, pero sí creo que he dejado unas bases bien puestas para que la persona que venga después de mí tenga allí un nivel que no hay que perder.
P.: La programación es muy heterogénea, que es una de sus pilares a la hora de elaborarla...
J.C.: Es una de mis señas de identidad que también aplico en la empresa que dirijo. Porque trabajo para todos los públicos.
P.: Un ejemplo de ello es la inclusión de los tres montajes de Teatro de la Ciudad, que ofrecen una visión contemporánea de los mitos, por lo que es una apuesta para que la gente vea no sólo la versión clásica...
J.C.: El año pasado traje La Ilíada de Homero en griego con una visión contemporánea y casi cuatro mil personas la vieron en dos días. Yo siempre intento que haya un poco de todo.
P.: El éxito de los espectáculos estrenados en el Festival también se constatan cuando giran por España porque yo recuerdo Fedra o Hécuba en el Teatro Lope de Vega de Sevilla y el público aplaudía entusiasmado...
J.C.: En primer lugar, evidentemente, hay que ver las obras de Mérida en el Teatro Romano, porque lo que se siente es muy diferente cuando se ven sentado en las piedras de las gradas pero luego hay que pensar que hay espectadores que no pueden ir allí y pueden ver esas obras en otros espacios. Creo que es fundamental que el Festival tenga proyección nacional e internacional. Esa es una de las filosofías que siempre he aplicado con Pentación, y seguiré haciéndolo. Lo que deseo es que el público de todo el país disfrute con las obras de teatro.
*FOTO CEDIDA POR JESÚS CIMARRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario