jueves, 19 de julio de 2018

"La cámara de Claire": Carrete velado

Para cualquier persona ver una por primera vez una película de un director del que no se ha visto antes nada es a veces un salto sin red. Puede maravillar o todo lo contrario. La experiencia de un servidor con La cámara de Claire, del director, nacido en Seúl, Hong Sang-soo, ha sido decepcionante. 

Más si cabe si, por un lado, tenia conocimiento de su prestigio gracias a filmes como Ahora sí, antes no (2015) o En la playa sola de noche (2017), y por otro estaba en el reparto Isabelle Huppert, en su segunda colaboración con el cineasta tras En otro país (2012). Además de todo lo dicho La cámara de Claire dura exactamente 69 minutos por lo que era de suponer que en ese tiempo nos contaría una historia interesante. A ojos de un servidor no ha sido así ni de lejos.

El guión, escrito por el propio Sang-soo, tiene una estructura estimulante, con saltos en el tiempo que hacen que el espectador tenga que reconstruir el rompecabezas que se le plantea. Lo malo es que la historia que se nos cuenta, la de una joven coreana que trabaja como vendedora de películas en Cannes, es despedida por su jefa sin dar una explicación. Luego se sabrá la razón, con un director de cine como protagonista. A todo esto se añade el hecho de que todos los personajes citados conocerán a la mujer que interpreta Huppert, quien va haciendo fotos constantemente ya que tiene un curioso concepto de la existencia de las personas tras ser captadas por una cámara.

El problema es que lo referido está contado de tal manera que el interés se va evaporando conforme avanza el escaso metraje del filme, que tiene la característica de estar rodado en el Festival de Cannes de 2016 en apenas dos semanas y que tiene una luminosa fotografía. 

Pero todo esto no basta para que levante el vuelo por unas situaciones sin sustancia, tiempos muertos sin sentido, diálogos que sonrojan (la conversación de Huppert con la joven cuando se conocen está repleta de tópicos de lo que suelen hablar dos personas de nacionalidades diferentes con el inglés como idioma que les une, y es de traca, con una canción infantil como remate) y una dirección de actores que no hace justicia al talento de estos sobre todo de Huppert

La excelente protagonista de títulos como La ceremonia (Claude Chabrol, 1995), La comedia de la inocencia (Raoul  Ruiz, 2000), Elle (Paul Verhoeven, 2016), El porvenir (Mia Hansen Love, 2016) o La Pianista (Michael Haneke, 2001) parece que en algunos momentos sobreactúa y, siendo quién es, da hasta pena verla de este modo. Parece que, por el contrario, la actriz coreana Kim Min-hee, quien ha trabajado antes y después con Sang-soo en varias ocasiones está más natural, por lo que se puede intuir que está más habituada a la manera de trabajar del cineasta.

Un servidor poco tiene más que decir sobre esta película, en la que el director se permite un descarado autohomenaje con el cartel de una de sus películas, Lo tuyo y tú (2016) en una de las oficinas donde el personaje de Min-hee trabaja antes de que la despidan.

Un servidor no descarta dar otra oportunidad al director coreano pero que La cámara de Claire no ha sido la mejor manera de comenzar a apreciar su filmografía es una verdad personal como una catedral.

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