jueves, 16 de febrero de 2012

"Shakespeare desmadrado"

                           CRÍTICA TEATRAL: NOCHE DE REYES

Los clásicos son considerados como tal porque tienen una calidad que les posibilita resistir sin desgastarse el paso del tiempo y que se les aplique modificaciones sin que chirríen al espectador. Esto se aplica a autores como William Shakespeare y la versión de Noche de Reyes de la compañía Noviembre, que ha dirigido Eduardo Vasco, es un gran ejemplo. 

Para empezar, la trama es de tal ligereza y vertiginosidad que hace que la obra finalice sin darte cuenta de que el tiempo ha pasado, lo cual juega muy a su favor. A ello contribuye el planteamiento, donde una trama de enredo con ambigüedad y falsas identidades se entremezcla con unos momentos delirantes y musicales que encajan perfectamente con el ambiente festivo que desprende la obra. 

Como he mencionado antes, la calidad del texto es de tal calibre que no importa el que la ambientación, con un vestuario de Lorenzo Caprile realmente brillante, rememore las primeras décadas del siglo XX, al contrario, lo aproxima al espectador.  Especialmente, los trajes blancos con sombreros del mismo color para los hombres y los dos trajes, negro y rojo, de Olivia (Rebeca Hernando), son espectaculares. 

Pero claro, para lograr que la función sea redonda se necesita un grupo de actores entregados y en Noche de Reyes lo están al cien por cien. La elección de Beatriz Argüello y Francesco Carril no puede ser más acertada, para encarnar a dos hermanos gemelos que dan lugar a la mayor parte de los equívocos, una de las grandes bazas de esta comedia.

El bufón Feste (Arturo Querejeta) da una lección de cómo enfrentarse a la vida, a pesar del papel que desempeña y  proporciona unas escenas de juergas y diversión con canciones conocidas que contagian al patio de butacas, de las que participan otros miembros del reparto. 

Noche de Reyes, hasta el domingo en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, hará las delicias de todo amante del teatro, ya que las comedias de Shakespeare son igual de potentes y efectivas  que  sus dramas y a un servidor le ha traído a la memoria la gran noche que pasó viendo, en el mismo escenario, otra gran comedia del genio inglés, El sueño de una noche de verano con versión de Eduardo Mendoza y dirección de Miguel Narros con un amplio reparto encabezado por Verónica Forqué en mayo de 2003. Lo dicho, no se pierdan Noche de Reyes.

FOTOS: CHICHO

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