miércoles, 7 de septiembre de 2011

Almodóvar muda de piel

            CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA: LA PIEL QUE HABITO

Si hay algo que ha caracterizado a Pedro Almodóvar es su inconformismo, su empeño en no repetirse y por último, pero no menos importante, su capacidad para que sus películas no dejen indiferente al espectador, guste o no. Todo esto se cumple en su último trabajo, La piel que habito.

La película es un salto sin red porque las situaciones que plantea y los personajes despiertan sentimientos contradictorios. Además se ve una evolución del director manchego, ya que esta película contiene elementos típicos del thriller más truculento cercano al terror.

Una historia de venganza, en claro homenaje de un servidor al filme de David Cronenberg, podría haberse también titulado esta película perfectamente. Lo que diferencia a La piel que habito de otras películas sobre el eterno tema de un personaje que se toma la justicia por su mano, es el grado de la venganza que se llega a perpetrar. 
Elena Anaya y Antonio Banderas en La piel que habito
Almodóvar le brinda a Antonio Banderas una buena oportunidad de demostrar su capacidad para cambiar a un registro que no es muy frecuente en su filmografía, de hecho, el referente más cercano lo encuentro en el "loco de amor" que interpretaba en Atame, precisamente su último trabajo juntos allá por 1990. El cirujano que Banderas interpreta en esta ocasión podría verse como una versión evolucionada hacia un tono mucho más oscuro de aquel chico que secuestraba por amor a Victoria Abril.

La interpretación de los actores es una de las bazas de la película, que expresan bastante más con sus miradas que con sus acciones o palabras. La mirada profunda e inquietante de Banderas dan indicaciones del grado de locura y amargura que contiene mientras que los ojos de Elena Anaya, unos de los más bellos del cine español, expresan la fragilidad y el sufrimiento que ha padecido su personaje por una razón que no puedo explicar porque destriparía una de las claves de la película.

En otros papeles secundarios se encuentran una correctísima Marisa Paredes como nos tiene acostumbrados y un salvaje, en más de un sentido, Roberto Alamo (Juan, en la serie, Aguila Roja). Las intervenciones de los jóvenes Blanca Suárez y Jan Cornet, son claves para el desarrollo de la historia que Almodóvar plantea con saltos temporales para que podamos entender las escenas del primer tercio de la película. 
La piel que habito demuestra, como referí al principio, el deseo, parafraseando el nombre de su productora, de Pedro Almodóvar de hacer que sus películas no caigan en saco roto y cumpliendo la máxima de "que hablen bien o mal, pero que hablen" porque esta película es, con razón, una de las que mayor división de opiniones ha producido de toda su filmografía. 

2 comentarios:

  1. La recomiendas o no? Merece la pena pagar los 6 euros?

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  2. La recomiendo para que la gente opine, porque, como digo , no te deja indiferente: te gusta o no, a mí me dejó pensando un buen rato

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