CRÍTICA TEATRAL: POR LOS PELOS
¿Quién no recuerda aquellos libros infantiles y juveniles en los que se elegía el transcurso y el final de una historia en función de la opción que se escogiese al final de cada página? Viendo la obra de teatro Por los pelos de Paul Pörtner en el Teatro Quintero me acordé muchísimo de ellos pero con un aliciente más.
¿Quién no recuerda aquellos libros infantiles y juveniles en los que se elegía el transcurso y el final de una historia en función de la opción que se escogiese al final de cada página? Viendo la obra de teatro Por los pelos de Paul Pörtner en el Teatro Quintero me acordé muchísimo de ellos pero con un aliciente más.
En el teatro, el público está acostumbrado a que, en ocasiones, una vez acabada la función los actores se dirijan a ellos para agradecerles la asistencia pero la gran novedad de esta exitosísima obra es que son los "personajes" quienes hablan al público, en primer lugar la policía, que llega a un salón de belleza porque en el piso de arriba se ha cometido un asesinato y pide que los asistentes a la función ayuden a esclarecer el caso. Por esta característica se podría decir que, si Narciso Ibáñez Menta se dirigía a cámara preguntando "¿Es usted el asesino?" en aquella mítica serie de 1968, en esta ocasión la policía se dirige al patio de butacas para decir : "Díganme quién creen que es el asesino".
Nos encontramos ante una sabia combinación de novela o serie policiaca, como las historias de Agatha Christie o los episodios de la serie Se ha escrito un crimen, y unas altas dosis de comedia que hace que la gente no sólo esté atenta a los detalles previos al crimen, sino que, además, se ríe y lo pasa bien por las disparatadas acciones de algunos personajes.
Un momento de la representación de Por los pelos |
La obra está soberbiamente interpretada por todos y cada uno de los actores: Marcelo Casas, productor a su vez de la obra, está soberbio interpretando al dueño del salón de belleza unisex Tony's, donde transcurre la acción, y a la vez es uno de los sopechosos. Jesús Cabrero y Pilar Barrera (ambos recordados por sus personajes de la serie Amar en tiempos revueltos) encarnan perfectamente a dos potenciales asesinos, una lista que cierra la peluquera Alicia, interpretada con gran desparpajo por la joven Eva García-Vacas. Estos cuatro personajes se verán sometidos al interrogatorio del inspector Nicolás Romero, encarnado por Juanjo Pérez Yuste, quien, con las aportaciones de su ayudante (Arturo Gregorio) resolverá el crimen de una manera "democrática", ya que son los votos del público quienes deciden quién es el culpable.
La interpretación de los actores se valora en este caso en un mayor grado ya que, por la interacción del público, con sus preguntas y su decisión final, se ven obligados a improvisar respuestas y adoptar una actitud determinada dependiendo si son elegidos culpables o no. En este aspecto se demuestra la certera dirección de Cesáreo Estébanez.
Por los pelos también se beneficia por una puesta en escena muy acertada, ya que el salón de belleza está montado con todo lujo de detalles y donde hay un claro homenaje al cine por la presencia de retratos de actores del cine clásico, incluso un dibujo de Audrey Hepburn.
En definitiva si quieren pasar un buen rato, viviendo una experiencia teatral diferente, no duden en ver Por los pelos. Intriga, humor e interacción en un mismo espectáculo.
FOTO CEDIDA POR LAURA SANTANA
En definitiva si quieren pasar un buen rato, viviendo una experiencia teatral diferente, no duden en ver Por los pelos. Intriga, humor e interacción en un mismo espectáculo.
FOTO CEDIDA POR LAURA SANTANA
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