sábado, 29 de marzo de 2014

Combate de ideas

                       CRÍTICA TEATRAL: LA ANARQUISTA

"He abrazado a Jesús, no me he convertido en él". Ésta es una de las muchas frases para la reflexión contenidas en La Anarquista, la última obra escrita y estrenada de David Mamet. El dramaturgo estadounidense vuelve a recurrir, como en Oleanna, a sólo dos personajes para llenar el escenario de reflexiones y temas candentes y motivo de debate.

La entrevista entre Cathy, una mujer presa durante treinta y cinco por haber matado a dos policías, y Ann, la funcionaria de la prisión, se convierte en un intenso duelo dialéctico donde dos portentosas actrices, Magüi Mira y Ana Wagener, dan una lección de cómo llenar un espacio escénico con la palabra.

Las diversas facetas (ideología, creencias, sexualidad) de la anarquista del título son mostradas por Mira de manera impecable. Su libertad de pensamiento y el creer que domina la situación la hacen pasar de entrevistada a entrevistadora, poniendo en ocasiones sobre la mesa las razones ocultas de la funcionaria a la que Wagener insufla una intensidad que la hace no bajar la guardia en ningún momento, consciente en todo momento de la labor que debe desempeñar.

Magüi Mira y Ana Wagener en intenso momento de la obra. Javier Naval
La intensidad va aumentando poco a poco, con Cathy hablando en un tono suave y pausado, el cual sólo se altera por momentos ante las presiones de lo que Ann le plantea y en la que el dolor por los familiares de los policías que Cathy mató es una de las claves de su comportamiento.

El factor a favor de esta función es que la voz cantante en la entrevista va pasando constantemente de una a otra, lo cual hace más enigmático el desenlace, un as escondido hábilmente por Mamet eso sí, antes  de cuestionar temas como el papel de los políticos actuales, la corrupción o poner en tela de juicio el dogma de fe que Cathy ha afirmado adoptar, ya que durante la función se van sabiendo datos del pasado del personaje que hacen cambiar a veces la percepción que el público tiene de ella. Todo esto hace que, gracias a Ann, conozcamos algunas contradicciones en la ideología de Cathy como en el caso del tema del perdón, de ahí, la frase con la que abre esta crítica.

La obra plantea si el arrepentimiento después de cumplir una condena es suficiente para obtener la libertad, aunque Cathy use como pretexto un motivo familiar y humanitario.

La Anarquista, hasta mañana en el Teatro Lope de Vega de Sevilla supone ver un texto con hondura interpretado por dos actrices que son oro molido

miércoles, 26 de marzo de 2014

Magüi Mira: "Yo trabajo desde la pasión y el compromiso"

Magüi Mira es una mujer con mucha energía, vitalista y entusiasta con su trabajo. Desde que deslumbrase a comienzos de los 80 con La noche de Molly Bloom de James Joyce a las órdenes de Sanchís Sinisterra, ha dejado muestras de su enorme talento en obras de la mano de directores como José Carlos Plaza (Marco Antonio y Cleopatra de William Shakespeare, Orquídeas y Panteras de Alfonso Vallejo, etc...), Emilio Hernández (El hombre deshabitado de Alberti, La señorita Julia de Strindberg, Maribel y la extraña familia de Mihura etc..), Jaime Chávarri (Tres mujeres altas de Edward Albee) o Lluis Pasqual (La hija del aire de Calderón de la Barca), entre muchos otros.


Este éxito profesional es doble gracias a su faceta como directora, donde ha  triunfado con títulos como La marquesa de O de Von Kleist (donde dirigió a Amaia Salamanca, Josep Linuesa etc...), Un cuento de invierno de Shakespeare, Madame Bovary (magnífica versión teatral de la célebre novela de Flaubert con Ana Torrent, Juan Fernández y Amando del Río) o En el estanque dorado (con una espléndida pareja formada por Héctor Alterio y Lola Herrera).

La actriz estuvo en Sevilla para presentar su último trabajo sobre las tablas, La Anarquista de David Mamet, un intenso mano a mano con Ana Wagener dirigido por José Pascual con la que ha triunfado en el Teatro Español y que representará del 28 al 30 de marzo en el Teatro Lope de Vega de la capital hispalense .

Con Magüi Mira tras la entrevista. Alejandro Reche Selas
Magüi Mirá atendió a El Rinconcillo de Reche para hablarnos de esta obra, sus trabajos con otros directores como Josefina Molina, Miguel Narros o Pilar Miró, la experiencia de trabajar junto a su hija, la actriz Clara Sanchís y detalles de su reciente éxito con Kathie y el hipopótamo de Vargas Llosa y de su último proyecto como directora: Pluto de Aristófanes, que se estrenará en el Festival de Mérida y contará con un gran reparto integrado, entre otros, por Marcial Álvarez, Marisol Ayuso, Javier Gurruchaga, Ana Labordeta, Sergio Otegui o Juan Meseguer. En resumen, una entrevista de las que resultan un gustazo hacerlas y con respuestas para enmarcarlas.

Pregunta: Al ser La Anarquista una obra que se estrenó a la vez en Estados Unidos y España ¿cómo consiguieron hacerse con la obra?

Magüi Mira: Pues fue sencillo. La gente que tiene aquí los derechos de las obras de Mamet nos habló de la obra y José Pascual, que es quien la ha dirigido pensaba que yo era la que tenía que interpretar al personaje de la anarquista de la obra. Un día llegó a casa, me dejó el texto, lo leí y vi que entendía a Cathy y dije que sí a defenderla sobre un escenario y así empezó. Luego yo tiré del carro y se le presenté la propuesta a Natalio Grueso, director del Teatro Español en aquel momento dijo que sí, aunque no dejaba de ser un riesgo porque no estaba ni editado el texto. Entonces era una manera de dar al público de Madrid la oportunidad de ser los primeros en ver este texto. Fue prácticamente un estreno mundial, ya que Mamet no nos permitió estrenarlo antes que él en Broadway y se estrenó allí y en Madrid a la vez y no se ha estrenado en ningún sitio más de momento.

P.: El director de la obra, José Pascual ha dirigido con anterioridad obras de Mamet como Oleanna o Matrimonio de Boston ¿qué destacaría de su labor como director en La Anarquista?

M.M.: Pues precisamente la no dirección, nos dejó con total libertad a Ana Wagener y a mí ir haciendo, un método muy distinto al mío cuando dirijo. A mí me gusta contar la historia como yo la concibo y me gusta enamorar al equipo que yo propongo que participen conmigo. Me gusta enamorarlos de una propuesta. Yo les muestro el texto y mi propuesta y hacemos el viaje juntos. José Pascual puso el texto ahí y dijo que viéramos lo que salía a medida que lo trabajábamos. Eso nos ha dado a Ana y a mí una libertad absoluta para ir creando. Hemos discutido por las diferentes lecturas que le encontrábamos al texto pero Ana y yo nos admiramos y creemos la una en la otra lo suficiente como para haber ido pactando y cada día seguimos descubriendo cosas y sumando, porque el texto es un pozo sin fondo, como la vida. El paisaje que propone David Mamet es inabarcable, enorme y lleno de inteligencia y por eso es quien es.
La actriz junto a Ana Wagener en La Anarquista
P.: Su trayectoria como actriz y directora es impresionante y muy ecléctica ¿es algo marcado desde el principio o han sido propuestas que se ha ido encontrando por el camino?

M.M.: La mayoría de obras que he dirigido las he buscado yo y son temas que a mí me interesan. Yo trabajo desde la pasión y el compromiso. Esto es arte, creamos personajes, por eso se denomina arte escénico. Creo vida cuando dirijo y también cuando interpreto pero son responsabilidades diferentes. Cuando dirijo yo le cuento una historia al espectador. Son textos que a mí me importan porque si no la pasión y el compromiso no me funcionan. En ocasiones, como actriz, hay textos que yo he buscado y otros que me los han puesto delante como es el caso de La Anarquista. Casi todo lo que he hecho me ha tocado la fibra, el alma y así me he podido comprometer y defenderlo ante mí. Eso es lo que me permite trabajar con la entrega que a mí me gusta.

P.: Echando la vista atrás ¿qué me dice si yo le digo el nombre de Doña Guiomar? (De la serie Teresa de Jesús, 1984)

 (La actriz responde con una sonrisa en la cara)

M.M.: Fue un regalo de Josefina Molina maravilloso. También fue la oportunidad de trabajar con Concha Velasco, que fue increíble. Se hizo una obra de arte y yo estoy en ella con un personaje delicioso, una mujer que quería ser monja pero sin perder su poder mundano. Una auténtica obra de arte.

P.: Casualidades de la vida su hija, Clara Sanchís está interpretando a Teresa de Jesús en La lengua en pedazos de Juan Mayorga, de quien usted hizo Cartas de amor a Stalin...

M.M.: Así es, eso demuestra que la vida rima. Clara está haciendo un personaje maravilloso en la obra de Mayorga.

P.: En su trayectoria teatral hay muchos títulos de los que se podría hablar mucho como El anzuelo de Fenisa de Lope de Vega, donde trabajó con su hija y fue la última obra dirigida por Pilar Miró ¿Recuerda esa función especialmente por esos factores?

M.M.: Yo la recuerdo inicialmente con mucha alegría porque cuando la ensayábamos y la estrenamos nunca pensamos que Pilar iba a morir, fue muy de golpe. Tengo un recuerdo maravilloso de ese trabajo. Entre otras cosas Pilar escogió a mi hija Clara para que yo, en la obra, me "enamorase" de ella. Eso nos provocó a Clara y mí grandes ataques de risa. Al preguntarle la razón de esa decisión Pilar me contestó: "Fenisa se enamora de sí misma y qué mejor que enamorarte de tu hija". Clara hacía un personaje precioso: una mujer que se disfraza de hombre para poder sobrevivir en un mundo de hombres y Fenisa, mi personaje, ya lo hacía porque era una prostituta resabiada que era capaz de manipular a todos los hombres que tenía a su alrededor y se enamora de alguien que creía que era un hombre siendo en realidad una mujer, que encima lo hacía mi hija. Nos divertimos mucho, fue una experiencia maravillosa.

P.: Otra obra que fue un suceso fue, en el 2000, Escenas de matrimonio de Ingmar Bergman, un autor con mucha profundidad...

M.M.: En ese caso, se trató de un texto teatral que Bergman escribió a partir de una serie de televisión creada por él donde se reflejaba la vida de la pareja de la obra. Él nos cedió los derechos con la condición de que nos dirigiese la alemana Rita Russek, porque quería estar seguro de que esa función salía como él había pensado. Fue un trabajo muy minucioso pero que disfrutamos mucho. Estuvimos de gira dos años y mucho tiempo en Madrid. Además, volvía a trabajar con José Luis Pellicena tras Séneca o el beneficio de la duda de Antonio Gala (1986).
Programa de Escenas de matrimonio de Bergman

P.: Usted también participó, en 1992, en uno de los espectáculos teatrales más colosales que se han hecho en España: Fiesta Barroca dirigida por Miguel Narros...

M.M.: Sí. Encima iba medio desnuda montada en una carroza por todo Madrid. Iba con una malla transparente con una flor en cada pezón. Yo era la Belleza. Le pregunté a Miguel por qué me escogió a mí para ese personaje habiendo gente más joven y bonita. Pero él se empeñó y la hice con más de cuarenta años de edad medio desnuda en la carroza. Creo que fue un personaje al que le supe dar mucho humor, me divertí mucho haciéndolo en la Plaza Mayor de Madrid. Era una gran cabalgata y cuando llegábamos, hacíamos allí el texto. Miguel Narros estaba en esa época en todo su poderío porque se metió en una historia de la que no sabíamos cómo íbamos a salir vivos de ahí, y salimos. Narros ha marcado la escena de este país porque trabajó con mucha libertad, algo importantísimo, dejó volar libre su imaginación y yo cuando dirijo pienso mucho en él e intento ser fiel a lo que veo y pienso para trabajar desde esa libertad que me parece que es la manera de llegar al espectador y eso hace que se llenen los teatros.

P.: Pasando a su faceta de directora, la primera obra que yo veo dirigida por usted es El perro del hortelano de Lope de Vega protagonizada por su hija Clara Sanchís ¿Cómo es la experiencia de dirigir a su hija?

M.M.: Tiene una parte maravillosa porque yo la conozco mejor que nadie y ella a mí, entonces podemos, con mucha generosidad, sacar lo mejor cada una. Creo que hizo una Condesa Diana espectacular. En ese sentido es una gran suerte porque yo sé hasta dónde puede comprometerse como actriz, hasta dónde puede llegar. Pero luego hay una vida personal de madre e hija y las relaciones personales siempre tienen un punto neurótico que afecta cuando trabajas con tu familia, por lo que hay que protegerse de ello muy bien ya que estamos las dos muy cerca, muy comprometidas y nos importamos mucho y viceversa.
Clara Sanchís en El perro del hortelano
P.: Además del éxito actual de En el estanque dorado, ha tenido a la vez otro éxito en Madrid, con prórroga incluido, gracias a Kathie y el hipopótamo de Mario Vargas Llosa, con Ana Belén. Tengo entendido que no era un texto fácil porque mezclaba lo onírico y lo real ¿Cómo afrontó como directora esa peculiaridad del texto?

M.M.: Yo escogí personalmente ese texto, porque vi que reflejaba lo que vivimos cada día. Todo se mezcla: el recuerdo, lo que piensas, lo que deseas. Podemos tener una escena muy real y me puede venir un pensamiento, por la cazadora que llevas, de un primo mío que vive en Valencia y yo sigo hablando contigo. Pues lo que hace Vargas Llosa es que la conversación real la trunca y escenifica el recuerdo, disecciona eso que nosotros vivimos de una manera automática en el cerebro, donde continuamente mezclamos el recuerdo, el deseo y lo real. Eso me interesó mucho, lo escogí, fui a casa de Ana Belén, se lo propuse y cómo lo veía yo. A los dos días me llamó y me dijo que sí. Además, en la obra suena música francesa porque la acción se desarrolla en una buhardilla en París y decidimos que se crease, y la ha hecho David San José, que ha compuesto la música de muchos de mis proyectos como directora. Si él está libre recurro a él porque tiene un talento inmenso.

La obra es comedia y Ana Belén está espléndida, es una gran actriz, no he visto una cosa igual encima de un escenario. Saldrá de gira en octubre.
Un momento de Kathie y el hipopótamo. Sergio Parra

P.: Su último proyecto es Pluto, de Aristófanes que se verá en el Festival de Mérida ¿en qué momento del proceso está? 

M.M.: Estamos trabajando en las músicas y en mi propuesta escénica. Empezaremos a ensayar en junio, por lo que todavía tengo tiempo para perfilar lo que voy a plantear a los actores, aunque ellos saben ya por dónde voy a ir pero a mí me gusta cerrar mis propuestas.

martes, 25 de marzo de 2014

"La Anarquista", con Magüi Mira y Ana Wagener, llega al Lope de Vega

 Es la última obra escrita y estrenada de David Mamet


El 4 de diciembre de 2012 tuvo lugar un hecho singular en el mundo teatral. En Broadway y en la Sala Pequeña del Teatro Español se estrenaba por primera vez una obra: La Anarquista, del dramaturgo estadounidense David Mamet. Se trata de la última creación de Mamet y ni siquiera está editada actualmente.

La obra, tras una exitosa estancia en Madrid ha estado de gira y del 28 al 30 de marzo se representará en el Teatro Lope de Vega de Sevilla lugar al que fueron a presentarla a los medios sus dos actrices protagonistas: Magüi Mira y Ana Wagener. La dirección corre a cargo de José Pascual en cuyo curriculum se encuentran otras obras de Mamet como Oleanna o Matrimonio de Boston, ambas con Blanca Portillo en el reparto.

La trama gira en torno a la conversación que mantienen Cathy (Magüi Mira), la anarquista del título que está en la cárcel por terrorista y una funcionaria de la misma (Ana Wagener). Se plantea una paradoja: el personaje que está encarcelado tiene una mayor libertad que la otra persona que vive en sociedad, pero presionada por las convenciones.
Ana Wagener y Magüi Mira frente al Lope de Vega. Alejandro Reche Selas
Magüi Mira destacó que "la obra es un riesgo porque aún no está ni publicada, además escrito en Nueva York y podía haberse escrito perfectamente en España. Es un dramaturgo en mayúsculas. Mamet tiene la capacidad de hacer un escáner de lo que se vive hoy. Son cosas que no sabemos resolver pero las vivimos y nos preocupan porque no las hemos resuelto".

Ana Wagener, recordada por su papel de Vicenta en la exitosa serie La Señora resaltó que La Anarquista puede hacer que "el espectador no se sienta identificado con la situación pero sí con los planteamientos de la función, porque son universales. Hace una gran radiografía de la sociedad". Mira añadió que Mamet "no sentencia sino que destripa una cantidad de cosas que pone encima de la mesa.
La Anarquista plantea temas como el arrepentimiento, la homosexualidad femenina, la reinserción o el perdón. Mamet, según Wagener "pone a los espectadores en un punto de atención más allá de lo normal y atrapa al espectador en la butaca. Es un teatro de ideas que el espectador acepta muy bien". Mira calificó este tipo de teatro de "salvaje porque zarandeamos al espectador, es muy directo y es una manera de gozar en el teatro, no sólo con una comedia".

Wagener destacó que la obra "a pesar de estar concebida para una sala de teatro pequeña, ha tenido una respuesta muy positiva en teatros más grandes como el Jovellanos o el Gayarre". Además calificó La Anarquista como un plano secuencia teatral porque "empieza y acaba en el mismo lugar, no hay cambios de luces ni de escena, el espectador presencia la entrevista entre ambos personajes en tiempo real".

Funciones: Viernes 28 y sábado 29, a las 20:30 horas. Domingo, a las 19:30 horas. Entradas de 4 a 21 euros. Pueden adquirirse en las taquillas del teatro o en la web www.generaltickets.com

domingo, 23 de marzo de 2014

Dos bocados de realidad

                                      CRÍTICA TEATRAL: RECORTES

El teatro ofrece no sólo obras para evadirse, divertirse y emocionarse sino también es un espacio para reflexionar. Recortes, concebido por Mariano Barroso a partir de dos monólogos británicos, es un buen ejemplo de ello. El director de películas como Éxtasis, Los lobos de Washington o Todas las mujeres nos deparó una grata sorpresa para los amantes del teatro con su versión de Closer de Patrick Marber, una obra dura tanto en situaciones como en diálogos. Ahora, con Recortes, expone dos situaciones independientes pero que forman parte de la más cruda realidad, empresa que ha llevado a buen puerto gracias a dos actores comprometidos que se entregan absolutamente para dar vida a sus personajes, representativos de miles de ciudadanos en situaciones similares.

Por un lado, Nuria Gallardo, interpretando el monólogo Reflectante de Clara Brennan da muestras una vez más de su dominio escénico y de su capacidad para emocionar. Si anteriormente lo logró con creces con el personaje de Lucrecia en La verdad sospechosa, con su encarnación de Rosario pone los pelos de punta y hace escapar más de una lágrima por la verdad con la que cuenta su historia.
Alberto San Juan y Nuria Gallardo, protagonistas de Recortes
Su decisión de disfrazarse de payaso para poder ver a su hija, en un centro para personas con parálisis cerebral, es digna de una madre coraje que no se resigna a que su hija viva de una manera descuidada. Desea que su hija viva dignamente, lo cual quisiéramos todos si nos encontrásemos en esa situación. Gallardo enseña uno de sus múltiples recursos que la han hecho afrontar personajes como Rosaura en La vida es sueño, Carlota Corday en Marat Sade, Helen Keller en el Estudio 1 de El milagro de Ana Sullivan y un larguísimo etc. Después de ver la verdad que transmite interpretando a Rosario nos quedamos con ganas de verla en más obras, porque será como siempre una gozada.

Por su parte, Alberto San Juan muestra en escena sin fisuras un personaje que corresponde al cien por cien con el título del monólogo que él interpreta: Frágil de David Greig. Gracias a sus habilidades interpretativas transmite la delicada situación por la que atraviesa su personaje, lo cual le hace tener que tomar una decisión desesperada ante el desamparo en el que se encuentra. San Juan muestra con este personaje su fuerte vinculación con un teatro comprometido, ya sea en sus producciones con Animalario o el monólogo Autorretrato... que él mismo dirige e interpreta.

Recortes supone poner las cartas sobre la mesa y decir: "Señores esto está pasando", una manera contundente y eficaz manera  de concienciar a los espectadores del duro momento por el que estamos pasando. 

sábado, 22 de marzo de 2014

Nuria Gallardo:"Hay público que se identifica con mi personaje en "Recortes'"

Nuria Gallardo  regresa a Sevilla por motivos teatrales. Si en enero estuvo en el Lope de Vega representando La verdad sospechosa con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, interpretación que le ha hecho ganar el Premio de la Unión de Actores, la actriz representa hasta hoy en el Teatro Central el monólogo Reflectante de Clara Brennan que, junto a Frágil de David Greig, interpretado por Alberto San Juan, conforma el espectáculo Recortes, dirigido por Mariano Barroso, un auténtico golpe encima de la mesa ante situaciones desgraciadamente muy cotidianas.

La actriz, con la simpatía que le caracteriza habló para El Rinconcillo de Reche de su experiencia con la obra, su entrañable personaje, Rosario, la situación actual y de hasta su próximo viaje a Méjico. Siempre es un placer entrevistarla y, por supuesto, leer sus respuestas.
Con Nuria Gallardo tras la representación de Recortes
Pregunta: Vuelve a Sevilla, esta vez con Recortes, con la que lleva un año desde su estreno en Madrid  ¿cómo se involucra en el proyecto?

Nuria Gallardo: El director Mariano Barroso se fue a Gran Bretaña, lugar donde se está haciendo lo que se denomina Theatre Uncut. Lo forman un grupo de autores que escriben una serie de piezas cortas que dejan libres de derechos para quien lo pueda representar durante un tiempo. Se llevó una serie de libros para leerlos y encontró las dos piezas que forman Recortes: Reflectante de Clara Brennan y Frágil de David Greig. Yo estaba yendo con él a unas clases de cámara para estar siempre entrenada. Me pasó el texto de Reflectante pero no sabía si era para que lo interpretase yo. Cuando lo leí me enamoré y a los dos días hablamos y me pidió que protagonizase el texto mientras que el otro lo haría Alberto San Juan y me pareció maravilloso. 

P.: ¿El espectáculo está concebido así originalmente?

N.G.: No, Mariano Barroso ha creado Recortes juntando los dos monólogos, que son independientes, ya que la duración aproximada de ambos es de media hora. Yo, además hago la presentación del pasaje de Alberto porque está así indicado por el autor: El texto debe de presentarse porque, al haber tantos recortes, el autor ha decidido que el público haga del otro personaje de ese texto leyendo en una pantalla lo que ha de decirle. Él sí interactúa con el público. Yo no. Yo hablo con el público y ensayo con ellos cómo han de hacerlo.

P.: Su personaje, Rosario, es entrañable por lo que hace y por los motivos por lo que lo hace ¿Destacaría alguna reacción del público tras ver la representación?

N.G.: Lo mejor que me ocurrió fue en Barcelona. Allí estrenamos en el Lliure y en el público había un padre que había perdido a su hija con parálisis cerebral y cuando acabó la función habló conmigo de padre a padre que había perdido un hijo. Hubo momentos en que me dijo: "Como tú sabes...". Eso me llegó mucho porque significa que me han identificado con el personaje. Además yo en la función llevo peluca, por lo que no se me reconoce. Voy maquillada de payaso y parezco otra persona y al verme hay una identificación con el personaje. Son personas que, a pesar de pasar por situaciones muy duras tienen fuerzas para tirar hacia adelante, son luchadores natos.

P.: Su personaje se disfraza de payaso por sus circunstancias familiares ¿qué opina de la gente que usa la palabra "payaso" como un insulto? 

N.G.: No merece la pena expresar una opinión sobre esas personas. Creo que un payaso es una persona que desnuda su alma en un escenario a cambio de una sonrisa. No hay nada más bonito. A mí me encantan cuando me dicen "eres una payasa" porque tengo mucho sentido del humor, descaro, me gusta hacer muchas bromas, soy muy coqueta...Pero, ojo, hay que tener una gran calidad humana para ser un buen payaso, y eso es otra cosa diferente. Yo no soy clown. Me hubiese gustado llegar a serlo. He estudiado un poco pero no me lo considero porque es muy difícil ser payaso. Si la  gente conociese un poco más lo que significa ser payaso tendría más respeto.
La actriz en plena actuación, caracterizada como Rosario

P.: Es la primera vez que trabaja con Mariano Barroso ¿qué destacaría de él como director teatral?

N.G.: Es una persona que tiene muy claro en su cabeza lo que quiere y te da el tiempo para que eso llegue a su sitio. Me llevo muy bien con él y le respeto mucho. Ambos teníamos muy claro desde el principio qué es lo que buscábamos en mi personaje. Luego, he hallado algo que para mí es muy difícil: Al llevar tantos años en la profesión tienes una serie de clichés o pequeñas cosas que se te pegan, y con este personaje hemos intentado ser lo más transparentes, desnudos y verdaderos posibles. Hemos intentado que todo salga de dentro sin hacer nada y eso es complicado.

(La actriz hace un paréntesis para exponer una excelente reflexión sobre el momento actual que vivimos)

N.G.: Nosotros, en general, como seres humanos, deberíamos tener menos miedo a equivocarnos y ser más reflexivos con lo que hacemos. Eso políticamente tiene sus consecuencias. El 21% de IVA me parece un error obvio que además parece que no tiene vuelta atrás. Por eso pienso que si todos fuésemos capaces de reconocer nuestros errores, quizás, con muchas de las cosas que están pasando (Recortes en Sanidad, en Educación, Cultura etc...) podríamos aprender de esos errores y restablecer ciertas cosas: En Educación se está perdiendo una generación completa, en el terreno sanitario está muriendo gente y en Cultura ni te cuento, la cantidad de teatros que han cerrado, el 80% de la profesión está en paro y el 70% de los actores no puede vivir de su trabajo, y sólo queremos vivir dignamente de lo que nos gusta, no queremos tener grandes lujos, sólo vivir de nuestro trabajo, poder comer.

P.: Si uno repasa su trayectoria teatral encuentra una serie de obras clásicas pero también obras transgresoras o propuestas radicales, como La vida es sueño dirigida por Calixto Bieito, Marat Sade o La evitable ascensión de Arturo Ui ¿Se puede decir que usted que usted suele ser valiente y tira para delante?

N.G.: Todos vamos en un mismo barco. Cuando un director te contrata, te plantea su propuesta y te pregunta si te interesa y si es así, vas de cabeza, no te quedas a medias. Pienso que si se hacen las cosas se hacen bien hay que arriesgarse hasta el punto de, si está bien, estará estupendo y si esta mal será un resbalón importante pero por lo menos se podrá distinguir claramente lo que está bien de lo que está mal. Si lo haces a medias tintas, nunca lo sabrás del todo, porque se quedará en un proyecto de "hacer", no en algo hecho.

P.: Esas propuestas mencionadas se salían de lo clásico...

N.G.: Pero eso ocurre porque la gente tiene un concepto muy encajonado de lo que es clásico. Por ejemplo, en La vida es sueño, Rosaura, mi personaje, es una mujer que recorre miles de kilómetros a lomos de un caballo, jugándose la vida, disfrazada de hombre para que le devuelvan su honor. Eso ya es una transgresión. Ella busca a un hombre que no quiere dar la cara tras haberse acostado con ella y quiere casarse con él, y a partir de ahí lo que sume. Lo que no quiere es que le pase lo mismo que le pasó a su madre. Ya Calderón era transgresor y ahora puedes contar la historia como te dé la gana. Si no existiese esa transgresión no podrían hacerse esas varias maneras de escenificarlo. Se puede montar desde lo más clásico, sintético, minimalista hasta lo más arriesgado. Mientras se siga y se respete a Calderón todo vale.
En un intenso momento de La vida es sueño, dirigida por Calixto Bieito
P.: ¿Qué me puede decir del Premio de la Unión de Actores por su interpretación en La verdad sospechosa

N.G.: Estoy muy contenta porque es un premio que otorgan los compañeros y es un premio de cariño, respeto y amor, y el hecho de que se hayan acordado de mí siempre es un placer enorme. Pero yo sigo pensando que cuando te dan un premio por una función es un trabajo de equipo. Tú no estás brillante si no lo están tus compañeros. Me he llevado una gran alegría por ganar el premio pero también estaba nominada Pepa Pedroche, que es una actriz excelente. En el reparto está Marta Poveda, que está estupenda. Está Rafael Castejón, Joaquín Notario, David Lorente... Te puedo decir uno a uno todos mis compañeros, los cuales, si no hiciesen bien su trabajo, yo no podría lucir el mío. Esto es un juego de dos y más en este caso que son dos damas. Un partido de tenis no se juega solo sino entre dos. En Recortes se va a ver un monólogo pero en realidad es una conversación con otras personas, que en este caso es el público, pero es un diálogo.

P.: En el horizonte cercano de La verdad sospechosa está el viaje a Méjico para representarla allí ¿Cómo vive la llegada de esa experiencia?

N.G.: Pues con miedo por ir en avión pero el hecho de que un texto de Juan Ruiz de Alarcón se represente en su tierra, cruzando el charco para hacerla allí, da mucho respeto. Yo ya estuve en Méjico haciendo Tirano Banderas y fue maravilloso, ya que también fuimos a Panamá y Colombia, concretamente a Bogotá. Además, la reacción del público fue muy buena. Tirano Banderas habla de una situación relacionada con los terratenientes de allí y el público reía y reaccionaba con cosas que nosotros ni nos las podíamos imaginar en España. Entendían mucho mejor lo que estaba pasando. Mientras que nosotros lo hemos tenido que estudiar y ellos lo tienen en la sangre.

viernes, 21 de marzo de 2014

Sabia mezcla de costumbrismo y modernidad

               CRÍTICA DE ESPECTÁCULOS: LA DEL MANOJO DE ROSAS

Visto lo visto anoche en el Teatro de la Maestranza, a rebosar de público, se pueden reafirmar dos hechos: que la zarzuela gusta y que, gracias al equipo artístico y técnico de La del manojo de rosas se puede decir que ochenta años, los que está a punto de cumplir esta obra de Pablo Sorozábal, no son nada.

La vuelta a la puesta en escena y dirección escénica que ideó Emilio Sagi en 1990 junto con la magnífica coreografía de Goyo Montero y una ejemplar y detallista escenografía de Gerardo Trotti es un enorme acierto por varios motivos: Le da un mayor dinamismo a la acción y una frescura digna de las flores que Ascensión vende en su floristería.

A un entrañable paisaje costumbrista, con personas de toda índole paseándose por la calle o asomándose a las ventanas (un servidor se sintió un poco como James Stewart en La ventana indiscreta(Alfred Hitchcock, 1954), se suma una coreografía digna de los grandes musicales de Hollywood (con referencias a grandes momentos de West Side Story (Robert Wise, Jerome Robbins, 1961) o una nostálgica estampa que recordaba a una versión más melancólica del momento más recordado de Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, Gene Kelly, 1952). Todas estas aportaciones enriquecieron el conjunto sin que desentonase para nada con el ambiente castizo donde se desarrolla la acción donde, con grandes pinceladas de humor se desarrolla una historia en la que el amor verdadero rompe barreras y hace perdonar algunas mentiras.

Un gran momento de la zarzuela
La producción se beneficia de una trama ágil, fácil de seguir, con una parte puramente teatral donde los actores dan lo mejor de sí. El veterano Luis Varela se metió al público en el bolsillo gracias a su composición del personaje de Espasa, con una riqueza y mezcla de vocabulario que hacía las delicias de los espectadores. Su seguridad en el escenario es incuestionable, todo un referente de la escena española. Del mismo modo César Sánchez es otro ilustre de la escena que aporta su experiencia para el personaje de Don Pedro.

Por su parte Ruth Iniesta y Carlos Crooke componen una pareja cómica que funciona como un reloj suizo. Por su parte, el tenor mejicano Ricardo Bernal hace un asombroso trabajo puliendo su acento natural para interpretar al aviador vértice del triángulo amoroso entre Ascensión (Carmen Romeu) y el señorito/mecánico Joaquín (José Julián Frontal).

Las partes musicales, con el maestro Miguel Ángel Gómez Martínez dirigiendo muy bien a la ROSS, están muy logradas y hay canciones que, inevitablemente, se quedan en la memoria, como la romanza Madrileña bonita o esa maravilla que es Dice la gente del barrio, que contiene el estribillo que da título a esta zarzuela que encandiló al público como seguramente lo hará hoy, mañana y siempre.

martes, 18 de marzo de 2014

El Teatro de la Maestranza representa la zarzuela "La del manojo de rosas" con la célebre puesta en escena de Emilio Sagi

El Teatro de la Maestranza llega fiel a su cita con la zarzuela eligiendo otra popular pieza de Pablo Sorozábal (1897-1988). Si la temporada pasada el título que pudo verse en el coliseo sevillano fue Entre Sevilla y Triana, del 20 al 22 de marzo, a las 20:30 horas, se podrá disfrutar de La del manojo de rosas, que, precisamente, cumple ochenta años en noviembre, ya que su estreno tuvo lugar en 1934.

La presente puesta en escena es una producción del Teatro de la Zarzuela que visita Sevilla después de dieciséis representaciones en Madrid. La producción cuenta con la dirección escénica que ideó en 1990 Emilio Sagi, calificada por Pedro Halffter "como una de las más celebradas dentro de  la historia del Teatro de la Zarzuela y es un ejemplo de nuestro género chico que visita de nuevo el Teatro de la Maestranza. Su visión es desprejuiciada y desenfadada".
El equipo de La del manojo de rosas junto a Pedro Halffter e Iñigo Sampil. Alejandro Reche Selas

Esta producción cuenta con la escenografía de Gerardo Trotti, el vestuario de Alfonso Barajas o la coreografía de Goyo Montero y la iluminación de Eduardo Bravo.

La dirección musical corre a cargo del granadino Miguel Ángel Gómez Martínez quien recordó que la última que estuvo en el Teatro de la Maestranza fue con motivo del décimo aniversario de la ROSS, para cuya ocasión se representó I puritani (de Bellini) y un concierto lírico de gala.

El elenco artístico lo componen la soprano Carmen Romeu, que encarna el papel protagonista de Ascensión, el barítono José Luis Frontal, quien estuvo ya el pasado año representando la mencionada zarzuela Entre Sevilla y Triana. Frontal vuelve a interpretar La del manojo de rosas, título con el que debutó en Oviedo con la Compañía del Teatro de la Zarzuela.

Por otra parte intervienen también el tenor mejicano Ricardo Bernal, quien resaltó que ha cantado mucha zarzuela en Latinoamérica "ya que allí tiene el mismo valor que la ópera, por lo que cantar zarzuela es algo grande y exigente". Por su lado, la soprano Ruth Iniesta recordó haber venido a Sevilla a representar musicales y al pasar por el Maestranza siempre tenía la ilusión de cantar en él.

Por otra parte, el tenor Carlos Crooke destacó que "todas las producciones que he interpretado de La del manojo de rosas están inspirados en el montaje ideado por Emilio Sagi, junto con la coreografía de Goyo Montero, que supuso un antes y un después".

Finalmente, el veterano actor Luis Varela resaltó que es la tercera vez que actúa en el Maestranza, donde interpretó La canción del olvido en 1997  y La del manojo de rosas en una ocasión anterior, señaló que "sales a caballo ganador, por el Teatro, sus medios y todo el equipo que nos rodea. Este espectáculo es como un hueso de mi cuerpo".

El elenco lo completan el tenor Ricardo Muñiz, tres actores: Pilar de la Torriente, César Sánchez y Javier Crespo y, además, tres papeles: dos parroquianos y El del Mantecao, están interpretados por miembros del Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza, que volverá a estar dirigido por Iñigo Sampil.

Los precios de las entradas oscilan entre los 29 y los 55 euros y pueden adquirirse en las taquillas del Teatro y en la web http://www.generaltickets.com/

viernes, 14 de marzo de 2014

La noche de los conspiradores

                                CRÍTICA TEATRAL: PODER ABSOLUTO

El panorama teatral nacional, con el paso del tiempo, se ha ido modernizando tanto en temática como en contenidos. Gracias a varios autores, en la actualidad se puede disfrutar de obras de teatro contemporáneas que hablan de nuestro tiempo y de la realidad más candente. Este es el caso de lo que plantea Roger Peña Carulla en Poder Absoluto, en el Teatro Lope de Vega de Sevilla hasta el domingo.

El autor se sirve de dos actores solidísimos para construir un thriller político que, aunque ambientado en otro país, contiene partes que hablan de cosas de las que, desgraciadamente, estamos habituados a escuchar en los informativos: el manejo de capital, la necesidad de que exista el Tercer Mundo etc... todo ello para crear una tela de araña que atrapa al que la tejió y también al espectador gracias a las soberbias interpretaciones de Emilio Gutiérrrez Caba y Eduard Farelo.

Ver en un escenario a Emilio Gutiérrez Caba, Premio Ceres por esta obra, es siempre una gozada, porque la seguridad con la que habla y se mueve sobre las tablas es de reclinatorio. Un servidor recuerda con agrado su interpretación del doctor Van Helsing en Drácula, cuyo estreno absoluto tuvo lugar en el mismo teatro donde ayer encarnó al ambicioso líder político con un pasado que ocultar y un encargo especial. 
Eduard Farelo y Emilio Gutiérrez Caba en la función. David Ruano
Estos papeles recientes en el teatro no hacen sino constatar la versatilidad y cantidad de recursos que ha demostrado este gran actor desde que comenzara su carrera, ya que, entre teatro y televisión, ha encarnado personajes muy variados en obras de toda índole: Hamlet, El jardín de los cerezos de Chejov, El Pelícano de Strindberg, Olvida los tambores de Ana Diosdado, La verdad sospechosa de Ruiz de Alarcón, Julio César de Shakespeare, La mujer de negro o ese impecable Vicente Cortázar de la serie Gran Reserva. Todo un muestrario de un actor muy completo que, en la obra que nos ocupa, capta la atención del espectador desde el primer momento.

Por su parte, Eduard Farelo da correctísimamente bien la réplica como el político más joven y ambicioso. Ambos actores sostienen la función con solidez para tratar temas actuales o deudores del pasado, que en muchas ocasiones, pesa como una losa.

Del montaje hay un aspecto escenográfico que me llamó la atención: Los cristales que dan al jardín de la casa del político veterano distorsionan la imagen de los actores dependiendo de sus movimientos, un elemento que parece indicarnos la dualidad personal de los personajes que guardan secretos y ases en la manga.

Poder Absoluto es una obra que hace reflexionar sobre los manejos de la política y deja una idea inquietante en el aire: Las operaciones clandestinas para llevar a cabo acciones que van en contra de la ética o de los Derechos Humanos, pueden fraguarse en una tranquila velada tomando unas copas y escuchando música. Cuidado.... 

jueves, 13 de marzo de 2014

Emilio Gutiérrez Caba y Eduard Farelo interpretan en el Lope de Vega "Poder Absoluto", un intenso thriller político

La obra, escrita y dirigida por Roger Peña Carulla, estará en cartel desde hoy hasta el domingo


Un tema actual y candente como es la corrupción política, dos sólidos actores y sorpresas. Estos son los elementos con los que ha contado Roger Peña Carulla para escribir el texto de uno de los grandes éxitos de la pasada temporada teatral, Poder Absoluto, el cual también dirige. La obra lleva representándose desde hace año y medio con un éxito rotundo y llega hoy al Teatro Lope de Vega de Sevilla.

La obra fue presentada a los medios por el director del Teatro, Juan Víctor Rodríguez Yagüe, Roger Peña Carulla y Eduard Farelo, que interpreta al ambicioso delfín de un veterano político (Emilio Gutiérrez Caba) el cual tiene como pretensión llegar a la presidencia del país.
Cartel de la obra
Peña Carulla explicó que el texto lo escribió hace ocho años "al final de la segunda legislatura del PP de Aznar. La tuve aparcada en un cajón y la rescaté hace dos años. Desgraciadamente, el tema de la corrupción nos invade cada vez más, ahora nos ahoga. La obra trata principalmente de la maldad humana de manos de aquellos que tienen el poder. Es prácticamente un obra de terror".

Peña Carulla añadió que "Gutiérrez Caba y Farelo han convertido el texto en buen teatro y el público vivirá una experiencia teatral inolvidable, porque son dos 'bestias'".

Eduard Farelo ha matizado que "ha cambiado la percepción de la obra por parte del público desde el estreno. La obra es el encuentro privado de un político veterano con otro más joven de su mismo partido, que quiere escalar posiciones, en casa del primero". Farelo alabó a Gutiérrez Caba "que nunca defrauda".
Roger Peña Carulla y Eduard Farelo durante la presentación. Alejandro Reche
Peña Carulla matizó que la obra trata de "una situación hipotética en un país hipotético, que en este caso es Austria el personaje está basado en Kurt Waldheim, pero podría ser cualquier político mayor y cualquier político joven. El caso austriaco me interesó mucho por la complicidad del pueblo en un tema tan sangriento como es el Holocausto y, además, aún hoy, mira hacia otro lado al tratar el tema porque tienen la mochila de la culpa. La obra lo que transmite es: 'Como estemos quietos todo seguirá igual'".

"La obra", continuó el autor y director, "habla de cómo jugar sucio se convierte en la norma y la honradez es la excepción. Lo que ocurría en el 2000-2004 no es muy diferente a lo de hoy, la carne ya estaba podrida, ahora vemos los gusanos".

Preguntado por su faceta de director, Peña Carulla afirmó que, para esta obra, "necesitaba un personaje con una cierta siniestralidad, atractivo pero diabólico y Eduard Farelo ya lo da sólo con verlo, y luego necesitaba a alguien dulce, convincente, pero que pudiera tener a la vez una mala leche desbocada, y Emilio Gutiérrez Caba da eso".

Farelo ensalzó la modernidad de Gutiérrez Caba, un actor "que, con toda la profundidad por todo lo que ha hecho, se ha adaptado a los tiempos de una forma extraordinaria".

Funciones: Jueves y viernes a las 20:30 horas; sábado doble función: a las 18:30 y las 22:00 horas y el domingo a las 19:30 horas.

Entradas de 4 a 21 euros. Pueden adquirirse en las taquillas del teatro o en la web http://www.generaltickets.com/

lunes, 10 de marzo de 2014

David Castillo: "Trabajar con mis compañeros de 'Emilia' es una delicia"

Con tan solo 21 años el actor David Castillo ya es una referencia para muchos españoles gracias al personaje de Jonathan de la veterana serie Aída. Este talentoso intérprete, que empezó en la profesión siendo un niño, ha crecido ante nuestros ojos físicamente pero también profesionalmente. Prueba de ello es la obra Emilia, escrita y dirigida por Claudio Tolcachir en la que comparte escenario con Gloria Muñoz (Gran Reserva, la obra Todos eran mis hijos, dirigida también por Tolcachir), Malena Alterio, Alfonso Lara (ambos en la reciente obra Los hijos se han dormido, dirigida por Daniel Veronese) y Daniel Grao (visto en la serie Acusados o en la obra La Avería, ambas experiencias junto a Blanca Portillo). 
David Castillo
Aprovechando el paso de Emilia por el Teatro Central de Sevilla, donde ha permanecido en cartel el pasado fin de semana, David Castillo concedió una entrevista a El Rinconcillo de Reche donde habló de Emilia, sus anteriores experiencias sobre las tablas, sus recuerdos de la película Cachorro (Daniel Albaladejo, 2004) o impresiones sobre Aída, que afronta su recta final.

Pregunta: ¿Cómo surge su participación en Emilia?

David Castillo: Se hicieron unas audiciones previamente por parte de Rosa Esteve, con un vídeo que Claudio Tolcachir vio y supuestamente le gustó. Luego hice audiciones con más actores en los Teatros del Canal. Me llamaron finalmente y, según me llegó el texto y viendo los compañeros con los que iba a estar en el escenario y dirigido, además, por Claudio, no me hizo falta ni leerlo.

P.: ¿Qué destacaría de Claudio Tolcachir como director de escena?

D.C.: Creo que es un director muy completo: te entiende, te escucha, te apoya, te anima, te hace ver las cosas por ti solo sin darte cuenta de que, en realidad, te lo está diciendo él. Tiene esa cosa de enseñar pero sin querer hacerlo, como si le saliera solo. Además, es muy buena persona y eso favorece el trabajo con el equipo, creando una muy buena conexión entre todos. Eso hace que haya una facilidad para trabajar bastante grande y, eso, para mí, es lo máximo.

P.: ¿Se puede decir que todos los personajes en Emilia se encuentran en una situación no habitual?

D.C.: En efecto, no es una familia muy convencional pero tampoco se diferencia mucho de una familia considerada "normal". Todos estamos más inestables a nivel emocional, pero después la obra transcurre con mucha normalidad hasta que vas entrando y empiezan a cambiar las cosas. Al principio suele ser bastante cotidiano.
Junto a Alfonso Lara y Daniel Grao en Emilia
P.: Por las relaciones entre los personajes, favorece el que el grupo de actores esté muy compenetrado ¿no?

D.C.: Claro, sobre todo cuando interpretamos, como en este caso, a los miembros de una familia y han de mostrarse las conexiones entre los personajes. Tener unos compañeros, con los que trabajar es una delicia, es un lujo. Mirarles a los ojos y poder decirles las cosas con una gran complicidad es algo que se nota, es un placer. Es como trabajar con las herramientas que tú quieres, como un pintor al que le han dado las mejores pinturas y unas brochas que pintan casi solas.

P.: ¿Qué puede decir de la reacción del público desde el estreno de la obra el año pasado?

D.C.: La verdad es que a la gente le gusta mucho. Suelen quedarse a los encuentros con el público, algo que llama mucho la atención. La gente se queda bastante y sale con muchas preguntas, mucha incertidumbre y eso me gusta.

P.: Emilia es su tercera obra de teatro tras Münchhausen y Naturaleza muerta en una cuneta ¿Se puede decir que las tres son propuestas, en el buen sentido, arriesgadas?

D.C.: Sobre todo Emilia y Münchhausen porque tratan más el tema de la familia. Naturaleza muerta en una cuneta era más un thriller que no se había llevado nunca al teatro y que Adolfo Fernández adaptó muy bien junto a Ángel Solo, y de hecho es candidata a los Premios Max, por lo que parece que ha gustado.
Con Carmen Conesa en su debut sobre las tablas, Münchhausen

P.: ¿Cómo recuerda su primera experiencia sobre las tablas con Münchhausen?

D.C.: Pues la verdad es que fue  una bonita experiencia. De esa función estoy muy orgulloso... se me ponen los pelos de gallina al recordarla. Lo recuerdo con mucho placer, a la vez que miedo e incertidumbre al ser mi primera función y no sabía en ese momento como iba a resultar. También viví un bonito proceso de ensayos con Salva Bolta y Luis Luque, a los que admiro y quiero y compartía escenas con gente con la que tuve mucha complicidad: Adolfo Fernández, Carmen Conesa, Samuel Viyuela que interpretaba a mi hermano y es como un solete. Tener estas gratas experiencias en el teatro hace que ames más este trabajo y que lo disfrutes a lo grande con tus compañeros.

P.: Usted protagonizó siendo un niño junto a José Luis García-Pérez la película Cachorro, con una temática adulta y que mostraba escenas muy explícitas ¿recuerda si le dejaron verla en el estreno, o no?

D.C.: Fui a verla, pero cuando salía una escena de sexo me sacaban del cine. El director me decía "Esto no lo puedes ver" y luego volvía a entrar. Cachorro la guardo en mi recuerdo como una experiencia brutal porque recuerdo que era verano, yo tenía diez años, era lo primero grande que hacía, y para la que disponía de más tiempo. Al ser, además, el niño en una película de mayores, era el "niño mimado".
Con José Luis García-Pérez en la película Cachorro
P.: Centrándonos en Aída ¿cómo lleva el tema de la popularidad que le ha reportado la serie?

D.C.: Al empezar de pequeño, al principio no tenía mucha noción de las cosas. Fui creciendo con eso y de pequeño no te dicen tantas cosas, y al ser más mayor ya se te acercan pequeños y adultos. Es muy bonito que la gente te muestre su cariño, sobre todo ahora que va a terminar la gente te muestra con sus comentarios que la serie forma parte de sus vidas y es algo magnífico, ya que hay mucha gente que ha crecido con ella.

P.: En la serie, además de la crítica a través del humor, han ido apareciendo actores veteranos como Concha Hidalgo con la usted compartía escenas. Supongo que eso supondría para usted un gran aprendizaje...

D.C.: La verdad es que es un placer aplicar a tu trabajo lo que has aprendido en las escuelas, y tener una continuidad en el trabajo y estar rodeado de actores que son maestros como Concha Hidalgo o Carmen Machi, te da la posibilidad de observar la forma de trabajar que tiene cada uno de ellos y es muy bonito poder aprender de ellos; como Luis San Narciso me dijo en una ocasión "La mejor escuela es el trabajo".
Con Eduardo Casanova al comienzo de Aída
P.: La serie tiene además un mensaje de tolerancia muy positivo, que está muy bien que se muestre,  precisamente con la relación que se establece entre su personaje y el de Eduardo Casanova, teniendo en cuenta que, muy al principio de la serie, él le declaraba su amor a Jonathan y éste lo llega a considerar amigo... 

D.C.: Claro, es algo que se ha ido naturalizando. Eduardo y yo somos grandes amigos y nos queremos mucho y eso los guionistas lo ven y traspasa la serie por lo que se establece una relación de amigos, como tiene que ser.

lunes, 3 de marzo de 2014

Oscars 2014: "12 años de esclavitud" irrumpe en "La noche mejicana"

Gravity, ganadora en número de premios con siete estatuillas


Brad Pitt remató la noche de la 86º edición de los Oscar al convertirse en ganador del Oscar, como coproductor de 12 años de esclavitud de Steve McQueen, Mejor Película de la noche, que sumó dos premios más: Oscar a la Mejor Actriz Secundaria para Lupita Nynog'o, que deslumbró por su frescura y su hermoso traje azul, y al Mejor Guión Adaptado para esta dura historia real.
Brad Pitt y el Oscar como coproductor de 12 años de esclavitud
Sin embargo, la película que arrasó en la noche fue Gravity, la odisea espacial de Sandra Bullock y George Clooney. Se llevó siete estatuillas doradas, donde destacó el Oscar al Mejor Director para Alfonso Cuarón, que terminó el discurso de agradecimiento con unas palabras en castellano. El resto de premios recibidos fue en la mayoría de apartados técnicos: Fotografía, Montaje, Efectos Visuales , los dos Oscar de Sonido y la Mejor Banda Sonora.
Alfonso Cuarón, Oscar al Mejor Director por Gravity

Cate Blanchett gana su segundo Oscar y Dallas Buyers Club hace ganar a Matthew McConaughey y Jared Leto, dejando a DiCaprio a las puertas 


En toda noche de premios hay ganadores y derrotados, y en cuestión de películas, La gran estafa americana de David O.Russell, con varias candidaturas de interpretación, y, sobre todo El lobo de Wall Street de Martin Scorsese fueron las grandes ignoradas de la noche.

Leonardo DiCaprio tuvo que resignarse a perder de nuevo, esta vez frente a Matthew McConaughey, Mejor Actor por Dallas Buyers Club de Jean-Marc Valée. Su transformación física para interpretar a un enfermo de SIDA que lucha contra el sistema farmacéutico para combatir la enfermedad no pasó desapercibida para los académicos.

Matthew McConaughey, Mejor Actor por Dallas Buyers Club
Lo mismo ocurrió con su compañero de reparto Jared Leto, quien se llevó el Oscar al Mejor Actor Secundario. El actor, visto en filmes como Inocencia Interrumpida (James Mangold, 1999) o Alejandro Magno (Oliver Stone, 2004) tiene otra antológica transformación en el filme y dedicó el premio a su madre. La película de Valée recibió también el Oscar al Mejor Maquillaje.
Jared Leto, Mejor Actor Secundario por Dallas Buyers Club
Otra de las triunfadoras indiscutibles fue Cate Blanchett. La magnífica intérprete australiana se llevó el Oscar a la Mejor Actriz por su interpretación en Blue Jasmine, el último filme hasta la fecha de Woody Allen. Se trata del segundo Oscar de su carrera para la protagonista de Elizabeth (Shekhar Kapur, 1998) o Diario de un escándalo (Richard Eyre, 2006). En 2005 ganó el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria por interpretar a Katharine Hepburn en El Aviador de Scorsese
Cate Blanchett, Mejor Actriz por Blue Jasmine
Este premio además confirma el talento de Woody Allen para crear personajes premiables ya que, gracias a sus películas,  habían antes ganado el  Oscar Diane Keaton (Annie Hall, 1977), Diane Wiest (Hannah y sus hermanas, 1986, filme que también le hizo ganar el Oscar a Michael Caine, y Balas sobre Broadway, 1994), Mira Sorvino (Poderosa Afrodita, 1995) o Penélope Cruz (Vicky Cristina Barcelona, 2008).

Oscars para El Gran Gatsby, Her, Frozen y La gran belleza


La noche deparó agradables sorpresas como los dos Oscar conseguidos por El Gran Gatsby, la revisión de la célebre novela de F.Scott Fitzgerald por parte de Baz Luhrmann: Mejor Vestuario y Mejor Diseño de Producción, ambos ganados por Catherine Martin, esposa de Luhrman, repitiendo así los Oscar ganados en 2002 por Moulin Rouge y demostrando que forman un  gran equipo. Estos premios, sin embargo, no parecían inmutar a Leonardo DiCaprio, protagonista del filme, más pendiente de su nominación por la película de Scorsese.

Otro premio muy celebrado fue el Oscar al Mejor Guión Original para Spike Jonze por su filme Her, una de las revelaciones de la temporada.

De igual modo se celebraron los Oscar para el filme de animación Frozen, hermoso derroche visual de los estudios Disney sin la intervención de los estudios Pixar. La recompensa fue doble: Mejor película de animación y Mejor Canción para la hermosa Let it go.

En el apartado de Mejor Película de Habla No Inglesa se cumplieron los pronósticos y la cinta italiana La gran belleza de Paolo Sorrentino se llevó la dorada estatuilla, confirmando a Italia como el país con más Oscar ganados en la categoría, desde que Vittorio De Sica y Federico Fellini comenzaron la cosecha de premios en los años 40 y 50.

No hubo suerte para la representación española: El cortometraje Aquel no era yo de Esteban Crespo perdió frente al corto danés Helium de Anders Walter.

Momentos destacados de la noche

Ellen DeGeneres se confirmó como una eficaz y divertida maestra de ceremonias con las bromas justas y dos momentos antológicos: El selfie multitudinario en el que participaron Meryl Streep, Julia Roberts, Brad Pitt, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Lupita Nyong'o, Jared Leto, Angelina Jolie o Kevin Spacey.


El reparto de pizza donde Harrison Ford, Julia Roberts o Brad Pitt no dudaron en participar. 
Uno de los divertidos momentos de la gala
Algunas parejas de presentadores llamaron positivamente la atención como Robert De Niro y Penélope Cruz, Matthew McConaughey y la mítica Kim Novak o Angelina Jolie con el siempre elegante Sidney Poitier.

Por último, destaco el hermoso homenaje a al 75º aniversario de El mago de Oz (Victor Fleming, 1939), con la cantante Pink cantando el mítico tema Somewhere over the rainbow mientras salían escenas  de la película con la añorada Judy Garland y su hija Liza Minnelli en el patio de butacas.

De igual modo fue hermoso el recuerdo del evento donde se entregaron los Premios Honoríficos: a la eterna Angela Lansbury, Steve Martin, el diseñador de vestuario Piero Tosi (responsable de la vestimenta en míticas películas de, entre otros Luchino Visconti: El Gatopardo, 1963; Muerte en Venecia, 1971 o Luis II de Baviera, el rey loco, 1972) y el Humanitario a Angelina Jolie.

Finalmente fue muy emotivo el In Memoriam presentado por Glenn Close donde se vieron grandes del cine que nos quedarán para siempre en el recuerdo: Joan Fontaine, Peter O'Toole, Esther Williams, Eleanor Parker, o los prematuramente desaparecidos James Galdonfini, Paul Walker y Philip Seymour Hoffman. Estoy de acuerdo en que debería haberse incluido a Sara Montiel por el papel que desempeñó en el Hollywood de los años 50.
Paul Walker, una de las trágicas pérdidas de estos meses

Esta ha sido mi crónica, hasta el año que viene.

domingo, 2 de marzo de 2014

Concha Velasco: "La gente sabe que cuando va a ver 'Hécuba' va a presenciar algo extraordinario"

La cita es en los camerinos. Concha Velasco acaba de llegar y está endulzando el paladar con unos bombones y durante la entrevista se toma un café calentito. Está relajada y habla con soltura de una obra, Hécuba de Eurípides, que ha supuesto otro hito en su carrera desde su estreno en el pasado Festival de Mérida y que la ha traído al Teatro Lope de Vega de Sevilla donde el público ha acudido en masa todos los días.

Con Concha Velasco tras la entrevistaAlejandro Reche
La actriz, que actúa junto a José Pedro Carrión, Juan Gea, María Isasi o Pilar Bayona, tiene que afrontar tras esta entrevista un cambio de aspecto radical para dar vida a la reina de Troya quien, tras la Guerra, es rebajada a esclava y presencia la muerte de sus hijos, lo que le llevará a perpetrar una gran venganza. Con la simpatía y sinceridad que le caracteriza la gran actriz vallisoletana ha hablado para El Rinconcillo de Reche de la obra, sus compañeros en escena, su trabajo con el director José Carlos Plaza (había hecho con él previamente Carmen, Carmen de Antonio Gala, La rosa tatuada de Tennessee Williams o el musical Hello Dolly), nos adelanta su siguiente proyecto teatral y nos habla también de la serie Gran Hotel. Señoras y señores, es Concha Velasco en estado puro, no hay más que decir para que se decidan a leer esta entrevista.

Pregunta: En Hécuba usted hace una interpretación memorable y que dejó sorprendido a un servidor...

Concha Velasco: Hécuba es el personaje central de la obra pero a mí, una de las cosas que más me gustan es estar en el escenario con José Pedro Carrión. Yo le he visto todo lo que ha hecho en teatro desde que empezó, nunca habíamos trabajado juntos y es una delicia, nos sabe a poco. Creo que hay un reparto excepcional con un personaje central que puede absorber todo lo que pasa en el escenario. El reparto es estupendo.

P.: La obra ha tenido un éxito tremendo desde su estreno en Mérida, de hecho Juan Gea y José Pedro Carrión me comentaron que había pasado de ser un éxito a un acontecimiento

C.V.: Sí, es verdad porque además, Hécuba no tiene un momento de respiro. Ha habido críticos que lo han referido en sentido peyorativo. Pero yo llevo un tiempo que, cuando las críticas son malas o ignorantes las guardo en una "gilipoteca". A veces no se entienden, cuando dicen "a pesar de que no hay ninguna sorpresa". Pero ¿qué sorpresa va a haber? Si la Guerra de Troya duró diez años, han pasado dos y no hay viento a favor y los soldados están comiéndose los unos a los otros. Hécuba le dice a Agamenón en la obra: "Terrible es la muchedumbre, imparable, ciega". No tienen nada, no hay sorpresa, lo que hay son cadáveres, destrucción total. Hay un crítico que dijo que era un spin off de Las Troyanas. Yo cada vez que me preparo un personaje me leo la obra, por qué se escribió, quién la escribió y por qué. Ha habido una cierta ironía con la obra, pero da igual porque la gente sabe que va a ver algo extraordinario. Además, José Carlos Plaza es un director magnífico. 

P.: ¿Cómo le llega la propuesta de Hécuba?

C.V.: Esta obra no me la proponen, me la pido yo, como siempre. Yo trabajo con Focus y Cimarro, que le compraron a Lina Morgan el Teatro La Latina, y esa unión se inauguró con La vida por delante, que fue un gran éxito y me preguntaron qué quería hacer después y dije que un musical e hice Yo lo que quiero es bailar. Jesús Cimarro me dijo que iba a dirigir el Festival de Mérida y me pidió que, para la inauguración, hiciese un espectáculo que se llamó Hélade junto con José Mª Pou, Lluis Homar y Maribel Verdú. Yo me sabía de memoria el monólogo de Hécuba en Las Troyanas

Tras ese espectáculo me plantearon hacer algo en Mérida, ya que yo no había hecho nada allí. Les dije que quería hacer Hécuba, no Las Troyanas sino Hécuba, que no se había hecho nunca. Parece que hay una especie de maldición con esa obra. Es una obra tremenda que le supuso a Eurípides el destierro, del que pudo volver gracias a Sócrates. Eurípides escribe Hécuba para denunciar al gobierno corrupto de aquel momento. Es una obra muy política, muy crítica sobre el Estado.
Concha Velasco con José Pedro Carrión y el grupo de cautivas
Una vez que me puse a estudiar el texto me di puñetazos en la cabeza por ser tan valiente. Me ha costado mucho, no el memorizar, porque tengo buena memoria, sino racionalizar el texto.

P.: Claro, a ir procesando lo que se va diciendo...

C.V.: Sí, porque hay un momento  en el que Pilar Bayona expresa lo que es la obra. Su personaje dice: "¿Qué te queda Hécuba? Te queda la luz, ¿y de qué sirve la luz? Una desgracia, y viene otra y otra desgracia te conduce a otra". Esa es la obra y Hécuba dice: "No me llames Hécuba, llámame desgracia". Cuesta entender el conjunto de la belleza poética del texto.

P.: ¿Qué destacaría de la dirección de José Carlos Plaza para esta obra?

C.V.: José Carlos Plaza es José Carlos Plaza. Es incansable y es un director caro en dos sentidos: cobra mucho y sus espectáculos son caros y hay que trabajar con quien él quiere y cómo él quiere. Pero, sin embargo, también es el más barato porque desde el primer día lleva estudiada la obra. Se la sabe entera, sabe todo lo nuestro, sabe lo que quiere y nadie lo va a mover de ahí. En cuarenta días te puede poner en pie una función. No está meses perdiendo el tiempo. Es muy meticuloso. Yo llevo las notas que él me da, donde corrige y sugiere cosas. Yo quiero que él venga a ver la función  porque yo mejoro cada vez que él viene. Siempre encuentra algo diferente. 

Lo más difícil para mí en los ensayos fue que Hécuba es una reina e hija de reyes, no se puede olvidar de la educación recibida. Por muy esclava que sea, ella no pide piedad, ella demanda. Con eso estuvimos un día entero. La diferencia entre pedir y demandar. Todas sus actitudes son las de una reina por muy mal que esté. Ella, si siente dolor, no se está quejando todo el día. ¿De qué se va a quejar? Si no tiene nada, se le han muerto sus hijos, los hijos de sus hijos y los hijos de su pueblo ¿Cómo va a estar tres horas llorando porque le peguen? Ella no llora. 
Uno de los impactantes momentos de la obra
Hubo un momento que a mí me costó comprender y es cuando ella le pide al soldado que trae a su hija muerta que le cuente cómo fue. José Carlos me explicó que Hécuba para sentir dolor, tiene que "ver" y para "ver" se lo tienen que contar. Ella quiere sentir el dolor de que no ha estado presente en la muerte de su hija. 

José Carlos es el mejor, con él haré mi próxima función que no será un musical sino Olivia y Eugenio sobre un adulto con síndrome de Down. Es una obra estupenda. José Carlos ya tiene hecho el decorado y me lo trajo hace unos días. Tiene una gran capacidad de trabajo.

(La actriz hace ahora una reflexión sobre la situación del teatro y del poco recorrido que tienen algunas obras)

C.V.: Ha habido obras carísimas y maravillosas que sólo se han visto en el lugar de origen: Sevilla, Madrid, Barcelona etc... por eso cuando me comprometí a hacer Hécuba en el Festival de Mérida yo le dije a Cimarro: "Jesús, yo no hago una cosa para que muera aquí, invéntate dónde vamos". Curiosamente al principio nadie quiso comprar Hécuba, porque vieron la grandiosidad y pensaron que en un teatro a la italiana no iba a tener la misma respuesta. Pero José Carlos es muy listo, porque la acción de esta obra transcurre en una playa, es una obra pequeña dentro de lo que son las tragedias griegas por el lugar donde transcurre la acción, al borde del mar. Plaza no ha querido vestirnos de modernos, pero para acercar la acción los cadáveres que hay en el suelo llevan vaqueros o zapatillas de deporte. Yo al andar piso y me tambaleo porque piso una camisa que de tanto pisarse está ya incrustada en el suelo. Además, la obra consta de cuatro actos que están concentrados pero la esencia de la obra completa se mantiene.
Momento desgarrador de la función
P.: La obra tiene varios momentos impactantes y que encogen el alma. Como el abrazo de Políxena a Hécuba antes de ir al sacrificio...

C.V.: María Isasi es una compañera estupenda. Yo la sigo porque yo veo desde el principio la serie Amar en tiempos revueltos. Allí ella hacía un papel hermoso y dificilísimo que no tenía que ver ni con ella ni con su edad. 

No hay trabajos pequeños lo que hay que hacer es trabajar constantemente en todas las profesiones. Las escuelas de interpretación sirven para perder la timidez pero si no sales a un escenario o haces una película o una serie, no se tiene esa experiencia que el trabajo diario necesita.

P.: Por último querría comentarle el tema de Gran Hotel. Ha sido una serie magnífica que incluso va a tener adaptación en Italia y a mí se me hace difícil ver a otras actrices hacer su personaje y el de Adriana Ozores, porque hacían un tándem interpretativo difícil de superar...

C.V.: No sabía la noticia de la adaptación. Gran Hotel para mí era una gran producción y todos nos llevábamos muy bien. Había una actriz, Marta Larralde, que es una gran profesional y esto te lo puedo confirmar al trabajar día a día con ella y otros actores como Llorenç González, que hacía de mi hijo. Tenían tramas secundarias  pero yo trabajaba más con ellos y son extraordinarios. Todos eran majísimos.

Con Adriana Ozores en Gran Hotel
Para mí hacer la primera escena con Adriana fue muy especial porque yo la he visto nacer, ya que soy amiga de los Ozores de siempre. Nunca había trabajado con ella antes y en la primera escena con ella me impresionó mucho.