sábado, 24 de enero de 2015

Carlos García Cortázar: "Mis compañeros en 'El zoo de cristal' son personas diez'"

Carlos García Cortázar es un actor muy querido en este país. Este joven santanderino llamó la atención de los telespectadores desde que interpretó el personaje de Fernando Solís en la tercera temporada de Amar en tiempos revueltos. Desde entonces ha intervenido en otras populares series como Bandolera, Gran Hotel, Los misterios de Laura, Velvet, Homicidios o Padre Medina. A sus capacidades interpretativas hay que sumar una simpatía desbordante que hace que una entrevista se convierta en una agradable conversación. Actualmente el público puede verlo en los escenarios en El zoo de cristal de Tennessee Williams, su espléndido debut teatral, donde, dirigido por Francisco Vidal y acompañado por Silvia Marsó, Alejandro Arestegui y Pilar Gil, da vida a Jim, el hombre que puede convertirse en la tabla de salvación para la familia Wingfield. 

Con Carlos García Cortázar tras la entrevista. Alejandro Reche
El actor habló para El Rinconcillo de Reche de la obra que representa hasta mañana en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, para proseguir su exitosa y extensa gira por toda España, de su personaje en la obra y del mencionado personaje televisivo. Como siempre digo: Pasen y lean.   

Pregunta: ¿Cómo llega a participar en este nuevo montaje de El zoo de cristal?

Carlos García Cortázar: Me llamó mi representante y me dijo que tenía una entrevista con Francisco Vidal y Eduardo Galán. Durante la charla que mantuvimos me comentaron el proyecto y que les faltaba un actor que hiciese el personaje de Jim. Me lo ofrecieron y con Francisco Vidal estuve trabajando una escena y fue muy bien. Así de natural y sencillo.

P.: Cuando empieza a trabajar el personaje ¿hay una mezcla de su propia lectura e indicaciones específicas de Francisco Vidal para afrontarlo de alguna manera concreta?

C.G.C.: Justamente, fue una mezcla de ambas cosas. El actor siempre cuenta con su instinto y su intuición y lo que te llega de la obra y sobre eso se empieza a construir el personaje. El director te va guiando diciéndote: "Por aquí sí o por aquí no". Es un trabajo entre ambos poco a poco afinando para ir hacia donde se quería. Ha sido un proceso natural y divertido. Además ha sido muy fácil trabajar con Francisco Vidal. Me gusta también mucho su forma de ser y todo eso ha contribuido a que yo a que yo confíe plenamente en él también artísticamente, por esa confianza que me daba nivel personal.

P.: Ahondando un poco en la anterior pregunta, cuando usted lee la obra ¿tuvo una ya idea de por dónde podía enfocar al personaje? 

C.G.C.: Cuando releí la obra me pasó algo que le pasa a mucha gente. Cuando lees algo te lees de algún modo a ti mismo, trasladas a tu vida lo que lees. Hay cosas de Jim que me recuerdan a mi adolescencia y que me hizo entender ya algunos aspectos del personaje. Luego, de alguna manera me doy cuanta de lo influidos que estamos por la cultura americana. Yo cuando miro la biblioteca del salón de mi casa, donde están todos que tengo desde que me trasladé a Madrid hace trece años, me doy cuenta de que la mayoría de novelas u obras de teatro que he leído son estadounidenses. Es algo curioso, he leído más novelas americanas que españolas, y el noventa por ciento de las películas que he visto también proceden de allí y vemos constantemente ciudades como Los Angeles o Nueva York. Entonces, al leer El zoo de cristal, noto como una familiaridad y es por todo lo que leído y he visto.

P.: Esta obra supone su debut en el teatro y ya hemos dicho que le dirige Francisco Vidal pero, además, tiene unos maravillosos compañeros de escena. Supongo que, como actor, tiene que sentir una gran satisfacción interior ¿no?   

C.G.C.: Siento que he tenido mucha suerte porque, al igual que con Francisco Vidal, mis compañeros, aparte del aspecto artístico, son tres personas diez: Buenos compañeros, generosos, me han apoyado todo el tiempo porque sabían que era mi primer proyecto teatral, animándome y encima, tienen un talento y una calidad profesional impresionantes. Era imposible, con ellos, que el proyecto no saliese bien.

P.: Ahondando ya en Jim le quiero plantear una serie de cuestiones con respecto al desarrollo del argumento de la obra y al comportamiento de su personaje. Lo primero sería lo siguiente: ¿Cree que la obra hubiese sido muy distinta si, cuando Jim va a casa de la familia Wingfield, fuera un total desconocido para el personaje de Laura?

C.G.C.: Sí, creo que hubiese cambiado mucho. Por una parte, el hombre que llega es el único amor de Laura y para ella es muy importante porque, además, se enamoró de él en la adolescencia. Ella sabe que se conocieron en la peor época de su vida, cuando ella más marginada se ha sentido. Por eso reacciona cono lo hace cuando sabe que Jim va a venir a su casa. Además luego comprueba que hablan y se entienden. Si no se hubiesen conocido, el "golpe" del final para Laura no sería tan grande.
Con Silvia Marsó y Alejandro Arestegui durante la función. Javier de la Riva

P.: Con respecto a los comportamientos de Jim llama la atención que cierre la puerta de una amistad con Laura después de que él le confiese que tiene novia ¿Cree que es motivado a que en los años 30 no se concebía la amistad entre un hombre y una mujer?

C.G.C.: Estados Unidos era un país más avanzado  que, por ejemplo, España, en los años treinta. Es cierto que Jim podría haberle ofrecido su amistad, pero creo que Jim se da cuenta de que, al besar a Laura, ha cometido un error tan grande, que lo único que quiere es salir corriendo y no se plantea nada más. Yo estoy seguro de que Jim, días más tarde, tendría ganas de disculparse con ella. También ocurre otra cosa: Laura ha tocado en Jim una fibra que a él no le hace estar a gusto porque él ha sido auténtico con Laura. Seguro que mucho más que con su novia. Porque Laura le entiende, lo valora y le ve como un triunfador, algo que, excepto ella, nadie hace. Jim trabaja en una zapatería y es un fracasado para todo el mundo porque se pensaba que él iba a triunfar a lo grande. A Laura no le importa nada de eso, está dispuesta a aceptar a Jim tal y como es. Yo pienso que la novia de Jim, Betty, es una mujer ambiciosa que está esperando a que él triunfe y Laura no, y tanto Jim como Laura se ayudan mutuamente porque Jim tiene muchas inseguridades aunque haga el papel de triunfador. 
P.: Hay otro aspecto que me interesa que es la relación con Tom. Él confiesa que Jim es su mejor amigo en el trabajo pero, cuando se marcha de la casa de los Wingfield, Tom admite que no sabía que Jim tenía novia lo cual sorprende mucho a Amanda. Eso hace pensar que la amistad entre ambos no es muy profunda...

C.G.C.: En algunas de las acotaciones de Tennessee Williams y en un texto inédito que hallamos en Internet descubrimos cómo era esa relación: Tom, en el trabajo, está un poco marginado, es el raro. Le tienen un poco apartado menos Jim porque Tom le hace gracia, aparte de conocerle del instituto. Jim es el único que se acerca a Tom, pero no son realmente amigos. Tom dice que Jim es su mejor amigo en la zapatería pero porque los demás ni le hablan. Aparte, como decisión personal mía, en donde el autor no tiene nada que ver, creo que Jim no cuenta que tiene novia porque no está muy convencido de ello.

P.: Esta obra cuenta con la última escenografía diseñada por Andrea D'Odorico ¿qué recuerdos tiene de él?

C.G.C.: Yo no lo conocía personalmente antes de este montaje, al contrario que mis compañeros. Traté con él los días que vino a los ensayos. Me pareció un hombre especial, que sabía mucho. Le gustó el montaje desde el primer ensayo que presenció y eso nos animó mucho, porque confiábamos mucho en su criterio. Tenía un sentido del humor especial, muy gentleman. Fue una verdadera lástima.

P.: Hablando de la obra de Tennessee Williams, a El zoo de cristal, que no tiene temas controvertidos le sigue justamente después Un tranvía llamado deseo que contiene violencia, sexo, sentimientos reprimidos, tormento por pasados turbios o secretos no confesados como en gran parte de sus obras ¿Qué cree que le hace pasar de una obra como El zoo de cristal a la mencionada y a otras como La gata sobre el tejado de zinc caliente o De repente, el último verano?

C.G.C.: Yo creo que, como El zoo de cristal, es un homenaje de Williams a su madre y a su hermana, él no iba a hacer una obra violenta ni sexual. La obra ya es bastante dura como para añadirle esos elementos. Si esta obra no hubiese estado inspirada en su familia lo más probable es que sí hubiese introducido sexo y violencia, porque son constantes en la temática de sus obras. A pesar de las diferencias, El zoo de cristal y Un tranvía llamado deseo comparten una atmósfera asfixiante.

P.: Para terminar, quisiera recordar al personaje de Fernando Solís que ha marcado a los espectadores de Amar en tiempos revueltos/ Amar es para siempre. ¿Qué ha significado para usted este personaje que reapareció, tras la temporada íntegra que protagonizó, en dos ocasiones más y que además la gente sigue pidiendo que vuelva?

C.G.C.: Es al personaje al que le tengo más cariño. Fue mi primera gran oportunidad y me dio muchas alegrías. 
En la piel de Fernando Solís en Amar en tiempos revueltos

La temporada donde participé fue muy fuerte, era muy política e interesante, con la trama del atentado a Franco y llamó mucho la atención. Aún la gente me lo recuerda por la calle y me llama Fernando.

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