domingo, 22 de marzo de 2015

Natalia Dicenta: "La actualidad es bestial"

Directora de un periódico. Ése es el papel que interpreta la actriz Natalia Dicenta en la obra Última Edición, escrita por Eduardo Galán y Gabriel Olivares, también director de la función. 

La actriz, que estuvo hace dos años en Sevilla con la obra Al final del arcoiris, donde interpretaba a Judy Garland y que presentó hace dos semanas su disco Colours en el Teatro Lope de Vega, lugar donde vuelve ahora con esta función que estará en cartel hasta hoy, tiene como compañeros en escena a Javier Martín, Ana Ruiz y Patxi Freytez.

Natalia Dicenta concedió una entrevista a El Rinconcillo de Reche para hablarnos de esta obra, algunos títulos de su extensa carrera sobre los escenarios, de jazz y de un amigo muy querido. Pasen y lean.
Natalia Dicenta en la obra Última Edición. Secuencia 3
Pregunta: ¿Cómo llega Última Edición?

Natalia Dicenta: Me llamó Eduardo Galán, productor de la obra y coautor junto a Gabriel Olivares. En ese momento estábamos preparando la presentación de mi disco Colours, que tuvo lugar el 5 de noviembre de 2013 en el Teatro Bellas Artes de Madrid. Me leí la obra muy rápido y le dije a Eduardo que me divertía. Me gustaba mi personaje, un personaje que lidera un periódico de tirada nacional durante más de veinte años, es decir, en los años noventa una mujer dirigiendo un periódico como puede ser El Mundo o El New York Times, un gran periódico. Eso me gustaba mucho, porque como mujer y feminista me apetecía que todas las mujeres desde el patio de butacas viesen cómo es una mujer empoderada y cómo lidera un periódico, ya que el liderazgo femenino no tiene nada que ver con el masculino. Es una mujer que conecta con las mujeres de hoy en día. Me parece muy interesante lo que ocurre en esta función, lo que cuenta es un espejo espectacular de la realidad. Me interesa que lo que se vea en un escenario sea rabiosa actualidad, porque la actualidad es bestial. Lo que está ocurriendo nos compete como personas, ciudadanos y trabajadores. Pagamos nuestros impuestos y tenemos el perfecto derecho a justicia, alimentación, vivienda, cultura.

Por otro lado, trabajar con Ana Ruiz, Patxi Freytez y Javier Martín significa trabajar con gente joven y que yo fuese la decana de la compañía, la primera vez que me ha ocurrido. Yo he absorbido como una esponja lo que ellos me aportan porque me refrescan mucho personal y profesionalmente y yo espero haberles aportado algo de mi experiencia también. Estrenamos la función en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián el 29 de noviembre de 2013 y desde entonces me he llevado un año intercalando los conciertos de jazz con las representaciones de la función y me ha gustado mucho.

P.: Esta obra tiene muchas referencias cinematográficas y hay muchas películas sobre el mundo del periodismo como Network, que a mí me encanta... 

N.D.: Network es una maravilla, como Primera Plana o Todos los hombres del presidente, hay muchas películas fantásticas sobre el mundo del periodismo. En teatro no había tantas. En realidad, esta obra se desarrolla en la redacción de un periódico, algo que no es habitual, y eso también me atrajo de la obra. Yo he estado desde siempre muy ligada al periodismo por motivos familiares. Yo crecí viendo a mi abuelo, Eugenio Herrera, sentado en su sillón, con las gafas puestas leyendo varios periódicos y nos leía las noticias en alto a la familia. Además le gustaba contrastar las noticias en distintos periódicos.


P.: Echando la vista atrás, usted debuta como actriz en un Estudio 1 de Seis personajes en busca de autor y se da la casualidad que yo entrevisté a Kiti Mánver, que la hizo con Miguel Narros y también leí la obra. Usted no pudo comenzar con mejor pie...

N.D.: Se trata de una obra de Pirandello, premio Nobel, y mi madre hacía el personaje de la Hijastra. La hice con diez años y yo no era consciente, para mí era un juego. Luego hice Verano y humo de Tennessee Williams. Siempre he estado vinculada a esto y lo pude hacer porque se rodó en verano y no perdía colegio. La familia cedió a que hiciese esos trabajos. Luego hice un espacio de Novela, de veinte capítulos, Selma Lagerlöf, la historia de la Premio Nobel de Literatura. Interpreté al personaje cuando era niña, igual que ocurrió con Alma en Verano y humo. Fueron bonitas experiencias, pero mi familia decidió que tuviese una vida normal tanto en la infancia como en la adolescencia.


P.: Su carrera abarca obras de autores del siglo de Oro, contemporáneos, españoles, americanos, europeos...Esa variedad ¿es necesaria en la formación de un actor?

N.D.: Creo que, cuanto más variados sean los personajes que tenga que interpretar, el arco de emociones y los colores del mismo serán más amplios.

P.: Usted hizo La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca ¿qué significa para usted este autor?

N.D.: Fue un trabajo preciosísimo que lo agradecí muchísimo y me lo reconocieron con premios incluso. Considero que Lorca, si hubiese seguido entre nosotros, con el desarrollo que ya llevaba, habría sido absolutamente portentoso, pensando en lo alto que habría llegado.


P.: Usted vuelve al universo de Tennessee Williams con Un tranvía llamado deseo, dirigida por el maestro José Tamayo...

N.D.: Cuando tienes la oportunidad de trabajar textos de grandes autores y autoras autoras, el trabajo te lo dan ya muy preparado, porque construyen personajes con una gran solidez y hondura que está en las propias acotaciones de los autores, te dan tantos datos y tantas claves, que es un placer interpretar textos de autores como Tennessee Williams, que tiene una gran sensibilidad. Fue un placer esa función y nos pudimos desligar de la referencia cinematográfica, que era muy grande. He tenido la suerte de que, de vez en cuando, me hayan tocado hermosísimos personajes, y por eso me siento afortunada.

P.: Una obra que no llegué a ver pero sí el vídeo promocional fue Los Persas dirigida por Calixto Bieito...

N.D.: Fue de las cosas más apasionantes que me han pasado profesionalmente. Trabajar con Calixto Bieito y ver cómo él cogía un texto como Los Persas de Esquilo y hacer que entronque con una realidad contemporánea como es tener soldados en Afganistán en aquel momento. Lo entroncaba con la primera soldado española que falleció allí, Idoia Rodríguez Buján. Por eso él convierte en mujer al personaje central de Los Persas, en homenaje a ella. Su visión de convertirlo en un revulsivo valiente contra todas las guerras me hace decir: Bravo, por Calixto Bieito. Un honor trabajar con él, algo que hace desde el caos, pero sabía perfectamente lo que era útil para cada personaje. Ves que es algo importante cuando socialmente crea movimientos. Recuerdo que, cuando estrenamos en el Festival de Mérida, teníamos a las fuerzas vivas vestidas de calle en el Anfiteatro. Y recuerdo que, una noche, vinieron dos jóvenes legionarios, que estaban de permiso y vieron la función. Nos dieron las gracias por hacer la función. Yo hablé con mujeres soldado y me produjo algo que aún me cuesta comprender: Somos dadoras de vida, pacificadoras, cuidadoras, especialistas en resolver conflictos. Que una mujer se haga soldado no lo entiendo. Calixto Bieito, con el que deseo trabajar de nuevo, es un genio que se mete a saco con la realidad, con la denuncia.
La actriz en Los Persas dirigida por Calixto Bieito
Una de las funciones que debe cumplir el teatro es hacer textos cómodos para que la gente se lo pase bien pero a mí lo que me apasiona es, como ciudadana pegada a la realidad, a través de la música o del teatro, comunicarme con tanta gente que se siente como como yo, que quieren oír hablar claro sobre ciertas cosas y que alguien les ponga voz. Desde los inicios del teatro los intérpretes han sido la avanzadilla de lo  que ocurría en la sociedad, porque lo que hacían entre humor y tramas diversas era una denuncia a lo que ocurría: abusos de poder, explotaciones, con lo de siempre porque en la Historia vamos cambiando de siglo pero hemos perdido el tren como seres humanos hace mucho tiempo.

P.: También trabajó con José Carlos Plaza en Solas, que es un maestro de maestro...

N.D.: Cronológicamente, hay dos puntales en mi carrera. Calixto fue el último en llegar. Después de la experiencia con José Tamayo, llegó a mi vida José Luis Gómez, que me dirigió en Ay, Carmela. Luego llegó José Carlos Plaza con Solas de Benito Zambrano, que estrenamos aquí en el Teatro Central y luego estuvimos de gira por toda España dos años con esa función.
Natalia Dicenta en un momento de SolasLuis Castilla
 Trabajar con personas como las que he nombrado te aporta claves definitivas, que son la base del trabajo como intérprete. He tenido esa suerte. Además de ellos tenemos a Miguel del Arco, con el que estoy deseando trabajar con él, porque sé que voy a trabajar con él, me encanta aprender. Yo quiero estar con gente a las que yo pueda aportar cosas y que también me aporten a mí para enriquecernos mutuamente. Yo ya no soy persona de mitos. Actualmente está él, Alfredo Sanzol, Andrés Lima. Luego están Helena Pimenta al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Natalia Menéndez dirigiendo el Festival de Almagro, que son mujeres talentosísimas, como Laila Ripoll o Amelia Ochandiano, a la que conocí en el Teatro de la Danza cuando hice La zapatera prodigiosa.

Yo me considero una persona que siempre está empezando, no tengo problemas en decirle a Miguel del Arco que quiero una entrevista con él. Quiero hablar con todos los directores mencionados para que me hagan una prueba porque son personas que están trayendo aire fresco todo el rato, como Gabriel Olivares que es un hombre hiperactivo con mucho talento. Yo no quiero quedarme anquilosada y la manera de conseguirlo es agarrarme a la gente más joven que está haciendo el teatro, el cine y la televisión de manera muy diferente, contando historias que me competen, que entroncan con nuestra realidad. Deseo aportar mi experiencia a todas estas personas.

(La actriz hace un inciso para recordar a alguien muy querido para ella)

N.D.: Quiero nombrar en esta entrevista a un hombre al que acabamos de despedir, al que más sabe de jazz en este país y que, durante cuarenta y cuatro años, desde el año 1961 que vino aquí desde París. Ha sido el hombre que nos descubrió el jazz a todos en este país y nos enseñó a amar esa música hermosa llena de libertad, desde la radio con los programas Jazz porque sí y A todo jazz y en la televisión con Jazz entre amigos. Me refiero a Juan Claudio Cifuentes, Cifu para los amigos como él decía. El jazz se ha quedado mudo. Se impregnó en París del jazz, que estaba en cada esquina y se enamoró de esa música desde pequeño. A mediados de los sesenta estaba aquel maravilloso Whisky Jazz en Madrid donde estaban Tete Montoliú, Juan Claudio Cifuentes y todos aquellos apasionados por el jazz que se reunían en aquel club. Juan Claudio Cifuentes ha dejado un legado que nadie puede continuarlo. Era una enciclopedia viviente. No sólo te contaba todas las historias del jazz y del blues sino también las intrahistorias, se sabía todo. Le gustaba compartir y contar historias. Tenía un gran sentido del ritmo y swing contando historias.
Juan Claudio Cifuentes Cifu, gran amigo de Natalia Dicenta
Yo tuve la fortuna de conocerle y que estuviese presente durante unos años de mi vida. Me dio su respaldo como intérprete de jazz y eso son palabras muy gordas. Tuve el honor de que él viniese un día a escuchar a una actriz que había decidido cantar y que se presentaba al Festival de Jazz de Madrid en el año 2003. Se quedó sentado en la última fila al lado de una puerta. Cuando terminamos de actuar estaba él en primera fila y me empezaron a temblar las piernas, algo que no me había ocurrido en todo el concierto. Desde entonces, inseparables.

(Natalia Dicenta acaba la entrevista con un mensaje para su amigo Juan Claudio Cifuentes)

N.D.: Cifu, como no te voy a ver últimamente quiero que sepas que voy a seguir cantando. El hecho de que me sea difícil contactar contigo quiere decir que me voy a esforzar muchísimo más. Voy a seguir estudiando, escuchar muchos discos para volver a encontrar mi inspiración para cantar todas esas canciones que a ti te gustan y nos gustan a los dos, para meterme en berenjenales más complicados y seguir aprendiendo y enriqueciéndome como cantante. Esto sabes que no tiene vuelta atrás porque soy tan apasionada como tú y voy a cantar mucho para que a la gente, igual que disfrutaba contigo contando esas historias con esas maravillosas músicas que pones, pueda transmitirle, a través de mis canciones, la pasión por esta música y por la libertad, amigo mío, que es lo que más nos gusta. Un beso, Cifu, cariño, ya quedamos para tomar un vino.       

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