sábado, 13 de junio de 2015

Fronteras físicas y éticas

                                       CRÍTICA TEATRAL: ARIZONA

Juan Carlos Rubio es otro de los tesoros que tenemos ahora mismo en el panorama cultural. Su capacidad para asombrar al público con obras tan variadas como esa maravilla que es Las heridas del viento o Yo lo que quiero es bailar, por mencionar los dos trabajos de su autoría que ya había visto previamente, se reafirman en Arizona, obra que Rubio escribió hace diez años y puso en escena hace siete. Ahora, gracias a Histrión Teatro los espectadores pueden volver a disfrutar de ella, de hecho está hasta mañana en el Teatro Quintero.

Con dirección del propio autor, Arizona es una obra en la que, aunque los protagonistas sean estadounidenses, la historia que cuenta tiene una universalidad que la nacionalidad  es lo de menos. El propósito del matrimonio formado por George y Margaret de vigilar a sus vecinos en la frontera con Méjico se va transformando en una realidad mucho más cruel cuando Magaret conoce otros terribles detalles del plan en el que se han embarcado.

Gema Matarranz y David García Intriago durante la función   Sergio Parra
El montaje se beneficia de una sencilla puesta en escena, precisa por el lugar físico en el que los protagonistas se encuentran. Por otro lado, las interpretaciones de los actores llevan la función a muy buen puerto. Ambos van mostrando claramente la transformación de los personajes a los que dan vida, que, en un principio aparecen como un matrimonio feliz e idílico. 

David García Intriago da vida a George, un hombre consciente de que la misión que realiza debe llevarla a cabo con éxito como una nueva muestra de servicio a su país. El físico contundente de García Intriago ayuda a complementar un trabajo de interpretación muy completo para dar vida a un personaje que muestra su verdadero rostro a través de acciones primarias que desconciertan y sorprenden a la mujer con la que comparte su vida.

Por su parte Gema Matarranz está espléndida interpretando a Margaret, una ama de casa feliz y que sigue a su marido con devoción, pero el conocer ciertos datos sobre la misión le hace dar la vuelta como un calcetín y su actitud cambia derivando hacia el temor ante las reacciones de George. Margaret es un personaje que demuestra lo que suele decirse de que a veces es mejor vivir en la ignorancia porque, conocer la cruda realidad, es a veces terrible y puede traer devastadoras consecuencias.

La elección del tema musical de Sonrisas y lágrimas (Robert Wise, 1965) My favorite things  es un alegre contraste ante una situación que debe servir, si van a ver la obra, para tomar conciencia de cómo vemos a nuestros vecinos del mundo y Juan Carlos Rubio da en la diana al invitar a la reflexión con una obra con una profundidad que te hace ir a casa pensando en lo que acabas de ver, y mostrando la importante función social del teatro.        

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