viernes, 12 de junio de 2015

Silvia Marsó: "El público sale fascinado de ver 'El zoo de cristal" porque conecta con la realidad actual"

Silvia Marsó se siente muy feliz. El teatro sigue dándole muchas satisfacciones. Como ejemplo se puede referir que en los últimos cinco años ha interpretado a personajes emblemáticos como Nora, de Casa de muñecas, de Ibsen, Yerma, de la obra homónima de Federico García Lorca, y desde el año pasado, Amanda Wingfield de El zoo de cristal de Tennessee Williams. Con esta obra, dirigida por el maestro Francisco Vidal y donde comparte escena con Alejandro Arestegui, Pilar Gil y Carlos García Cortázar, regresa a Madrid, concretamente al Teatro Bellas Artes, para representarse del 24 de junio al 26 de julio. Por tal motivo El Rinconcillo de Reche entrevistó a Silvia Marsó para hablar de la obra, la gira y su personaje, además de evocar otros dos títulos de su fantástica trayectoria teatral. Como siempre digo, pasen y lean. 
Silvia Marsó                                                                                                                                                       Nacho García

Pregunta: Después de una gira tan exitosa vuelven a Madrid, concretamente al Teatro Bellas Artes ¿Qué supone para usted y sus compañeros?

Silvia Marsó: Estamos muy contentos e ilusionados. Cuando estuvimos anteriormente en el Teatro Fernán Gómez el teatro se llenaba y sentíamos que la obra gustaba mucho al público. Por lo tanto, ésta es una nueva oportunidad para la gente que no pudo ver la obra en Madrid.

P.: Después de tantos meses metida en la piel de Amanda Wingfield ¿le ha encontrado nuevos matices al personaje?

S.M.: Sí, todos los personajes evolucionan a medida que se van interpretando. Se van descubriendo matices, giros, que están latentes y presentes desde el principio, pero hay cosas que surgen durante las representaciones. También ayuda el trabajo de los compañeros porque te nutres de lo que ellos te dan en el escenario.

P.: El apellido de la familia, Wingfield, significa "campo de alas" ¿sabe si tiene algún tipo de simbología?

S.M.: No tenemos constancia de ese detalle. Deberían haberse llamado Wiiliams, porque el autor se inspira en su propia familia. En la obra hay, además, muchas referencias a apellidos relacionados con su vida. Cuando mi personaje menciona los pretendientes que tuvo, los apellidos que  nombra lo más probable es que se refirieran a amigos, enemigos y personas que Tennessee Williams conoció.

P.: La gira está siendo larga y están teniendo una respuesta muy positiva  ¿qué destacaría después de tanto tiempo representando El zoo de cristal?

S.M.: Pues lo que más me llama la atención es que el público, ya sea adulto o joven, sale fascinado de ver la función porque ven que conecta con la realidad actual. Lo que viven los Wingfield es muy similar a lo está ocurriendo ahora, sobre todo en España, porque los jóvenes tienen que irse al extranjero para incluso trabajar en cosas que no tienen que ver con lo que han estudiado. Otras veces tienen suerte, pero tienen que irse fuera de todas maneras, que es lo que le ocurre al personaje de Tom y, por extensión Amanda lo sufre porque tiene unas expectativas para sus hijos y se convierte en una obsesión para ella.
Silvia Marsó con Pilar Gil en la obra de Tennessee Williams. Pedro Gato
P.: Para afrontar el personaje de Amanda ¿Francisco Vidal le dio algunas indicaciones concretas para llevarlo por un lado determinado?  

S.M.: Sí, él quería que fuese una mujer en la que priorizase el dominio, la crueldad y la dureza. Pero lo que está claro es que es un torbellino de sentimientos. Es una mujer contradictoria con unos estados  de ánimo muy al límite que están continuamente contrapuestos. Puede pasar de la ternura a la crueldad en un segundo.

P.: Haciendo un salto hacia atrás, yo la entrevisté por primera vez cuando vino a Sevilla con Yerma, pero un tiempo antes ya se había metido en el universo creativo de Federico García Lorca con Doña Rosita la soltera ¿Qué opinión tiene de Lorca como autor teatral?

S.M.: Pienso que es de los grandes autores a nivel mundial y creo que cualquier actor debería interpretar alguna obra de él. Yo destacaría de García Lorca que es un autor que consigue plasmar en las palabras, como dardos, las emociones de lo que quiere transmitir.


P.: Supongo entonces que esa experiencia en Doña Rosita la soltera, tuvo que ser muy importante para usted...

S.M.: Sí. Fue mi primer encuentro con García Lorca y la oportunidad de trabajar con un maestro como José Tamayo, uno de los directores más importantes del siglo XX de este país. Fue una gran oportunidad, porque, además, esa obra la hice con treinta y pocos años. Era un personaje por el que vemos cómo va pasando su vida: De los años de la adolescencia salta a la época de la mujer hecha y derecha, terminando con la mujer otoñal. Representar esas tres edades en la misma obra supone para cualquier actriz un ejercicio de interpretación muy interesante, debido a que se ha de cambiar la forma de moverse, la voz, la expresión. Es uno de los personajes más ricos y completos que he podido interpretar en mi carrera.   

P.: También interpretó La dama del alba de Alejandro Casona...

S.M.: Sí, esa obra supuso la vuelta a los escenarios de María Jesús Valdés, que era una de las grandes actrices de este país, tras haber estado retirada treinta años. Era una gran actriz y una gran compañera.


P.: Para finalizar, usted ha participado en la película Sólo química ¿qué puede adelantar de ella y de su personaje?

S.M.: Se estrena en julio y es una comedia romántica muy divertida. Yo hago un papel pequeño, de malvada. La película está llena de pequeños homenajes y guiños al espectador.

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