lunes, 29 de junio de 2015

Tabúes fuera

                          CRÍTICA TEATRAL: MONÓLOGOS DE LA VAGINA

El eclecticismo es algo que siempre he valorado en cualquier profesión. Poder abordar trabajos diferentes con la misma eficacia es algo a reivindicar. Producciones Imperdibles ha dado muestras de ello representando, la semana posterior al fin de las funciones de esa maravilla que es Santa Clara. Leyendas de Sevilla, la obra Monólogos de la vagina de Eve Ensler. La obra puede disfrutarse en el sevillano Palacio de los Marqueses de la Algaba hasta el 1 de agosto.

El año que viene se cumplirán veinte años de la primera representación de esta obra, que supuso un impacto en el mundo teatral y que ha incrementado su prestigio con el paso del tiempo. Eve Ensler (Nueva York, 1953) demostró su valentía al hablar sin tapujos sobre muchos aspectos alrededor del órgano sexual femenino, cómicos algunos, muy serios otros.

José María Roca ha contado con dos actrices para representar Monólogos de la vagina, Antonia Zurera y Alicia Remesal, para representar los diferentes textos de una manera muy original. Ambas se reparten los monólogos pero también se desdoblan en la propia autora, que entrevistó a más de doscientas mujeres para elaborar la obra, para poner en antecedentes al público sobre los diversos temas que se tratarán en cada pieza.

El trabajo de Zurera y Remesal está hecho con gran naturalidad, y emoción y comicidad cuando lo requiere. Apoyados  por una música que evoca a Francia y un diseño de luces fabuloso de Sergio Collantes, los textos son escuchados por el público sin pestañear por el peculiar ambiente que se crea con los elementos mencionados.
Antonia Zurera y Alicia Remesal  durante la obra
Los temas tratados son variados y suponen un carrusel de emociones: Desde la carcajada con los monólogos sobre los diferentes nombres que recibe la vagina o los distintos tipos de orgasmos, que ambas actrices escenifican espléndidamente, hasta el sobrecogimiento cuando se describe, por ejemplo, una violación.

La obra tiene un carácter universal innato porque los temas que trata son reconocibles para cualquier sociedad, o bien porque se hayan vivido directamente o porque se tenga constancia de esas realidades, por duras que sean. Lo que sí es cierto es que todos los espectadores, sean hombres o mujeres, empatizan con los textos de Ensler  porque los ciudadanos de cualquier lugar del mundo son conscientes de que, en  algún momento de la Historia, su país ha vivido tiempos revueltos donde la represión y una pésima educación sexual y sentimental ha hecho que varias generaciones de mujeres desconociesen aspectos de su propia sexualidad, como la menstruación, o no han podido gozar del placer que proporciona el conocer el propio cuerpo, sin atisbo de pecado, como querían hacer creer a mujeres (y hombres) en la adolescencia.

Monólogos de la vagina es una obra que trata con realismo y sin cortapisas este y otros temas y es un muestrario idóneo para que el público conozca realidades diversas, o que desconocía o que se les refrescó en la mente por haberlas vivido o escuchado. Así que, por todo ello, un aplauso para Producciones Imperdibles

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