miércoles, 16 de diciembre de 2015

"Seis y medio": Los vericuetos de la pareja

Las relaciones de pareja han dado desde siempre mucho juego en la literatura y el cine. Un tema tan antiguo como el mundo tiene que abordarse de distintas maneras para no resultar repetitivo. No todos los directores lo logran pero Julio Fraga en su largometraje Seis y medio sí.

Película de texto y de actores, la propuesta de Fraga nos presenta a una pareja que engaña a terceras personas y, además a ellos mismos mutuamente. Todo ello es transmitido gracias al gran trabajo interpretativo de los dos actores que dan vida a los protagonistas de esta historia: Cristina Rojas y Homero Rodríguez-Soriano. Los diálogos que se establecen entre ambos son auténticas disquisiciones sobre cómo afrontar una relación sentimental con dos personas que dicen lo que piensan sin cortarse.


Sin embargo, uno de los aspectos llamativos de esta película es averiguar a qué se refiere el título, lo cual el espectador puede ir pensando en posibilidades distintas, pero cuando al fin se dice, la película se ve con otros ojos, que no a los protagonistas. El guión juega muy bien con lo que se dice y también, y muy acertadamente, con lo que no se ve ni se dice. Tanto él como ella ocultan hechos y sentimientos que terminan saliendo a la luz (como el hecho de que no puedan olvidar a sus anteriores parejas) y eso hace que la relación se desestabilice, destacando la curiosidad que despierta el guión por verlos en la calle, para saber lo que hacen realmente cuando se sabe que se están mintiendo mutuamente y las únicas pistas son objetos relacionados con aquella actividad llevada a cabo en el espectador.

Otra de las bazas son las decisiones que toman como pareja una vez que los engaños se han descubierto porque introduce un interesante debate sobre situaciones que el espectador, dependiendo de su forma de pensar y su momento personal aceptaría o no. Porque Fraga no impone que en su película todo sea matemático y de una manera, hay tantas maneras de encarar una relación de pareja como personas, y cada una de ellas es un mundo, por lo que hay que pensar que la decisión tomada por la pareja de Seis y medio no es lo que debe hacerse, es sólo una manera de afrontar una relación sentimental y todo lo que ello conlleva.


Seis y medio, que pudo verse en el Festival de Cine Europeo de Sevilla de este año, es un claro ejemplo del menos es más porque con dos actores y un buen guión puede lograrse una película entretenida y que haga reflexionar.   

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