miércoles, 7 de marzo de 2018

"El caso de Cristo": El viaje del ateo

Últimamente están llegando a nuestras pantallas muchas películas con la frase Basada en hechos reales como elemento clarificador y que dispone de una determinada manera al espectador. El penúltimo ejemplo es El caso de Cristo. dirigida por Jon Gunn, director de El poder de la cruz (2015). En su quinto largometraje Gunn se atreve (un servidor no encuentra otro verbo para definirlo) con la historia plasmada en el libro titulado como el filme escrito por el periodista del Chicago Tribune Lee Strobel. Brian Bird, guionista y productor esencialmente televisivo y detrás de series como Paso a paso (la comedia que protagonizó Patrick Duffy tras finalizar Dallas) o Tocados por un ángel, traslada a la pantalla el libro de Strobel contando su particular "travesía", y aquí entramos ya a explicar las peculiaridades de la misma. 

Lo primero que hay que decir es que, una película, como es el caso, sobre un periodista ateo, el cual, tras un incidente, ve cómo su mujer decide acercarse al cristianismo y  decide destruir los pilares del mismo con hechos, podría hacer aguas por muchas partes. Desmontar la resurrección de Cristo es una tarea titánica que, ya desde el principio, se vislumbra imposible, sobre todo cuando se lleva a cabo una investigación desde el propio país, pero la seriedad con que Gunn y Strobel se toman el asunto hace que no se juegue con la inteligencia del espectador. Además se ve todo el proceso, los datos que se van recabando, las dudas sobre lo que narran las Sagradas Escrituras y cómo la fe es el elemento que explica lo inexplicable, aparte de argumentos médicos para la muerte de Cristo.

El encargado de dar vida a Lee Strobel es Mike Vogel actor que asomó a la pantalla por primera vez en el remake de La matanza de Texas (Marcus Nispel, 2003) y aunque ha aparecido en otros filmes como Poseidón (Wolfgang Petersen, 2006), Monstruoso (Matt Reeves, 2008) o Criadas y señoras (Tate Taylor, 2011) es en la televisión donde se ha hecho popular gracias a, sobre todo, La Cúpula y Bates Motel. Vogel encarna convincentemente a Strobel mostrando todas sus caras, incluso las menos amables, como la intolerante con las creencias de los demás y su desapego con su padre, al que da vida el veterano Robert Forster, en un breve pero determinante papel. 

En el guión, además de la citada investigación y sus relaciones familiares se añade otro caso donde Strobel comprueba de primera mano que muchas veces las evidencias, aunque parezcan muy claras, no son suficientes para declarar culpable a un hombre, porque una sorpresa inesperada lo puede desbaratar todo. Todos estos hechos van minando su moral hasta rendirse a la evidencia y tener una especie de revelación, que le hace ver de otro modo aquello que su ateísmo cuestionaba.

El papel de su mujer es determinante, muy bien interpretada, por cierto, por Erika Christensen, quien ha participado en filmes como Traffic (Steven Soderbergh, 2000) o Plan de vuelo: Desaparecida (Robert Schwentke, 2005). Su postura ante la actitud machista y dominante de su marido, que no puede tolerar su acercamiento al cristianismo es firme aunque el espectador presencia cómo ella no pierde la esperanza de que él cambie.

En el reparto hay que destacar la presencia de L. Scott Caldwell, (recordada por su personaje en la serie Perdidos) quien es el detonante del acercamiento a la Iglesia del personaje de Christensen y, por otro lado está Faye Dunaway. La mítica protagonista de Bonnie & Clide (Arthur Penn, 1967), El compromiso (Elia Kazan, 1969) o Network (Sidney Lumet, 1976), papel por el que ganó el Oscar, interpreta a una eminente psicóloga que ayuda a Strobel en su investigación y hay que decir que aunque sólo es una escena Dunaway la sabe aprovechar muy bien.

El caso de Cristo no es que sea un peliculón pero al menos a un servidor no le aburrió debido a la honestidad de sus responsables y al ímpetu del protagonista de probar lo imposible de la forma que lo hace. Además, tiene un tono y una factura que la identifican como película, no como un sucedáneo televisivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario