martes, 29 de mayo de 2018

"La chica en la niebla": Unos cuantos giros

En las buenas películas policíacas, los giros de guión y las sorpresas finales son elementos fundamentales para que la historia ofrezca algo más que los cánones repetidos una y otra vez en filmes de este tipo. La chica en la niebla ofrece lo mencionado en una historia con muchos lugares comunes pero hecha con empaque y con buenas interpretaciones. El italiano Donato Carrisi, autor de varios libros, debuta en la dirección de largometrajes con el mencionado título del que también escribe el guión.

La desaparición de una joven en un pueblo en la montaña pone en jaque a la policía que han de vérselas con los medios de comunicación y una comunidad religiosa algo particular. Carrisi no obvia escenas miles veces vista: el operativo para encontrar a la adolescente, las preguntas a los padres, las filtraciones de la prensa. Pero en este caso Carrisi ofrece novedades con el comienzo: la visita del inspector a la consulta de un psiquiatra tras un incidente. A partir de ahí el espectador debe estar atento por los sutiles saltos temporales que hay para ordenar la historia. El guión tiene la suficiente pericia para engañar al público haciéndole creer cosas que finalmente no son de una manera que se cree inicialmente.

Además de la trama, destaca un reparto, que, como un servidor siempre sostiene, ayuda a elevar el resultado final, de ahí que la presencia de Toni Servillo como el inspector sea un reclamo importante. El protagonista de La gran belleza (Paolo Sorrentino, 2013) hace una interpretación sobria que casa con el carácter de un veterano en su oficio como es su caso. En el reparto se encuentran los eficaces Lorenzo Richelmy, visto en la serie Marco Polo o en la última película de los Hermanos Taviani, Una questione privata como otro agente del equipo de investigación, Alessio Boni, protagonista de títulos como La mejor juventud (Marco Tulio Giordana, 2003) dando vida un profesor sobre el que recaen las sospechas.

El reparto tiene además a dos actores para dos personajes clave: Jean Reno interpreta al psiquiatra al que acude el inspector, y Greta Scacchi interpreta a una periodista que pone a Servillo al corriente de un asesino en serie que parece estar muy vinculado con la desaparición actual. La presencia de Scacchi a un servidor le hizo recordar Presunto inocente (Alan J. Pakula, 1990) donde ella era la víctima de un asesinato del que era sospechoso Harrison Ford. Parece que la referencia a esta película no es casual porque tiene en común con La chica en la niebla el tener la certeza de algo que cambia de manera drástica en el último minuto, como ocurría también en Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992) o Las dos caras de la verdad (Gregory Hoblit, 1996) otros filmes con logrados giros y final sorpresa.

La chica en la niebla tiene una buena ambientación, con una curiosa panorámica sobre lo que parecen ser maquetas del pueblo donde transcurre la acción, y está filmada con seguridad sirviéndose de la fotografía de Federico Masiero para crear atmósferas inquietantes, en consonancia con el tono de la película y la música de Vito Lo Re.

Esta es una película de la que un servidor cree que ha hablado bastante, pero, sólo una advertencia: no den nunca nada por supuesto hasta que parezcan los títulos de crédito finales. 

2 comentarios:

  1. La tengo en la agenda para ver la lo antes posible
    Un saludo

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    1. Pues para mí, que iba viendo cosas que había visto muchas veces, he de reconocer que me ha sorprendido para bien y el final no lo vi venir para nada. Saludos

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